1/4-Libro: “El triunfo de la injusticia. Cómo los ricos eluden impuestos y cómo hacerles pagar (por Jan Doxrud)

1/4-Libro: “El triunfo de la injusticia. Cómo los ricos eluden impuestos y cómo hacerles pagar (por Jan Doxrud)

En estos artículos abordaré las ideas centrales del libro de los economistas Gabriel Zucman y Emmanuel Saez titulado “El triunfo de la injusticia. Cómo los ricos eluden impuestos y cómo hacerles pagar” (2021). Zucman (1986) es un economista de origen francés que obtuvo tanto su Master of Science como su Doctorado en la École d'économie de Paris. Actualmente se desempeña como académico en la Universidad de California (Berkeley), la École d'économie y la Ecole normal supérieure en Paris. El joven economista ha sido galardonado con varios premios entre los cuales destaca la medalla John Bates Clark en el año 2023.

Por su parte, Emmanuel Saez (1972) es un economista nacido en España y que cursó sus estudios en matemáticas y economía en Francia, y su Doctorado en el MIT. Saez es profesor en la Universidad de California, Berkeley. También es Director del Stone Center on Wealth and Income Inequality de la misma universidad. Al igual que Zucman, ganó la prestigiosa medalla John Bates Clark en el año 2009). En suma estamos ante dos reputados economistas que se especializan en temáticas relacionadas con los impuestos, las dinámicas en torno a la desigualdad del ingreso, los incentivos y respuestas de los agentes ante los cambios impositivos.

Estos artículos son una continuación de una serie de artículos que publiqué en diciembre (y que dejo al final de este artículo) sobre el libro “Los impuestos tienen consecuencias” en donde se abordó la temática de la curva de Laffer, las cargas impositivas así como los incentivos y respuestas que estos generan. El presente artículo abordará una visión completamente opuesta – la de Saez y Zucman –  a la de Laffer, Domitrovic y Sinquefield. Si Laffer, Domitrovic y Sinquefield se mostraban críticos con Franklin Delano Roosevelt (FDR) y favorables a la reforma del presidente Ronald Reagan, tenemos que, en el caso de Saez y Zucman, la postura completamente la opuesta como examinaremos más adelante.

El libro de estos dos autores se encuentra en sintonía con la obra del economista francés, Thomás Piketty, titulada “El Capital en el siglo XXI”. De hecho Piketty fue supervisor y director de su tesis Doctoral titulada: “Tres ensayos sobre la distribución global de fortunas”. Así la idea es que tengamos distintas perspectivas sobre un mismo tema.

Este es un libro con ideas provocadoras y medidas que pueden llegar a ser radicales e incluso contraintuitivas en materia de impuestos. Sin duda existe, al menos, dos conceptos que atraviesan todo el libro y que constituye uno de los pilares fundamentales en que se fundamentan las ideas de los autores y las reformas que proponen: la igualdad económica y la justicia social.

Para los autores los impuestos importan y tienen consecuencias pero, a diferencia de Laffer, Domitrovic y Sinquefield, para los dos economistas los sistemas impositivos no están bien diseñados.  Lo anterior tiene como consecuencia en que no sean justos puesto que los más ricos no están pagando lo que deberían, lo que se traduce en una mayor desigualdad, concentración de la riqueza y una carga desigual y regresivo en el pago de impuestos.

No existen economistas ideológicamente neutrales y, lo relevante, es que las ideas sean evaluadas en virtud de su coherencia interna y externa, es decir, que sean compatibles con el mundo real, con las experiencias históricas pasadas y con los datos. Los cambio que proponen los autores va más allá de asuntos técnicos que están dentro del campo del economista profesional para incluir una transformación en materia ideológica.

Es por ello que los autores afirman más adelante, en el capítulo 3, que lo que hace que funcione la tributación es algo más que la existencia de un código recaudatorio e inspectores diligentes. Para Saez y Zucman, lo que hace que funcione la tributación es “un sistema de creencias, con convicciones compartidas sobre los beneficios de la acción colectiva (…), sobre el papel central del gobierno en su organización y sobre los méritos de la democracia”.  Más adelante añaden:

“Cuando prevalece este sistema de creencias, hasta el esquema impositivo más progresivo puede funcionar. Cuando se va a pique, las fuerzas de la elusión de impuestos, desatadas y legitimadas, son capaces de abrumar hasta a la más sofisticada autoridad fiscal y de derrotar al mejor código tributario”.

Zucman y Saez (https://www.nytimes.com/2020/02/21/us/politics/the-liberal-economists-behind-the-wealth-tax-debate.html)

El punto es que los impuestos son medulares y la razón– tal como lo afirman en su introducción–  , es que sin estos, “no hay cooperación, ni prosperidad ni destino común (…)”. Cuando hablan de impuestos, los autores los agrupan en 4. El primero es el impuesto sobre la renta individual creado en Estados Unidos en el año 1913 y que se cobra a nivel federal así como también estatal (salvo 7 estados). Incluso algunas ciudades cuentan con su propio impuesto a la renta individual. Quisiera añadir algunos datos más sobre este impuesto. Este se logró establecer por medio de la ratificación de la Decimosexta Enmienda.

Como explican los autores, Estados Unidos no fue pionero en este tema ya que otras naciones como Japón, Alemania y Suecia fueron los primeros en introducirlo entre las décadas de 1870 y 1890. Sin embargo Saez  y Zucman destacan que la innovación de Estados Unidos fue el haber acelerado la progresividad del impuesto sobre la renta. En palabras de los autores: “En 1913, la tasa marginal máxima del impuesto en el país era del 7%. Tan pronto como en 1917 alcanzó el 67%. En ese momento ningún otro país del planeta gravaba con tanta firmeza a los ricos”.

En segundo lugar está el impuesto sobre la nómina  de la Seguridad Social, los cuales se aplican a los ingresos por concepto de trabajo y que se descuentan de la nómina de los asalariados a un tipo de 12,4%. En tercer lugar tenemos el impuesto sobre el capital en donde los autores incluyen el impuesto de sociedades, impuestos sobre bienes inmuebles (residenciales y comerciales) y el impuesto sobre sucesiones.

Por último tenemos  el impuesto sobre el consumo, es decir, el impuesto sobre las ventas e impuestos especiales sobre, por ejemplo, la gasolina, alcohol, tabaco, etc. Junto con lo anterior Saez y Zucman añaden los aranceles e impuestos de licencias. Este impuesto supone un promedio de 3.500 dólares por adulto lo que equivale a una contribución media del 6% sobre el gasto en consumo personal.

https://us.meruaccounting.com/types-of-taxes-in-usa/

Cabe precisar que los autores se centran principalmente en Estados Unidos, aunque también dedican páginas para examinar la situación de países de otros continentes. Como señalan en la introducción, el objetivo de su libro es entender cómo pudo Estados Unidos verse sumido en el caos en materia tributaria. Para ello, los economistas explican la historia sobre cómo, en los Estados Unidos, se ha ido socavando el sistema tributario establecido por el New Deal de FDR. Como los mismos autores señalan, esta historia de la fiscalidad en Estados Unidos es cualquier cosa menos lineal debido a las transformaciones ideológicas y políticas, así como también por las innovaciones van surgiendo.

Los economistas evalúan positivamente las políticas de FDR de garantizar que nadie ganara más de una cierta cantidad de dinero. En 1936 elevó la tasa marginal máxima del impuesto sobre la renta al 79%, en 1940 llegó al 81% y durante la guerra se acercó al 100% (en 1944 el tipo impositivo marginal máximo del 94% fue aplicado a montos por encima de los 200.000 dólares). En opinión de los académicos, las políticas de FDR tuvieron éxito en la reducción de la desigualdad y de la concentración de la riqueza. En suma la opinión de Saez y Zucman sobre FDR y sus políticas son claras: 

“En los años treinta, Roosevelt había sido de la estrategia de recaudación que mantendría bajo control la evasión y la elusión de impuestos durante las décadas subsiguientes. Dotó al IRS de los recursos legales y presupuestarios  y  para hacer cumplir el espíritu del código tributario. Pero, y tal vez fuera esto lo más relevante, también dedicó tiempo a explicar por qué eran importantes los impuestos, apelando a la moralidad y rechazando a los evasores fiscales”.

Es precisamente el alejamiento de los ideales de FDR lo que ha significado que, en Estados Unidos, triunfe la injusticia, es decir, que los ricos puedan eludir y evadir impuestos. Ahora bien, este “triunfo de la injusticia”, aclaran los autores, no es un fenómeno exclusivo de este país, puesto que en la mayor parte de las naciones la progresividad tributaria ha disminuido por la evasión y competencia impositiva, y como consecuencia, se ha profundizado la desigualdad.

Así, los autores cuestionan el statu quo y no hay que considerar estas “reglas del juego” como si fuesen leyes naturales o pensar que es una consecuencia inevitable de la globalización económica. En segundo lugar los autores proponen alternativas y medidas concretas para arreglar la situación en materia tributaria lo cual implicaría una importante coordinación a nivel globa, mayor fiscalización y, claro está, aumento de impuestos y creación de otros nuevos.

En otras palabras, lo que los autores se proponen es establecer un nuevo sistema tributario para el siglo XXI.  Ahora bien, la gran incógnita es dar con ese número áureo, es decir, aquella tasa impositiva que maximice los ingresos fiscales sin que perjudique la producción y la inversión. Aquí llegamos nuevamente a una problema conocida desde hace tiempo pero que fue popularizado Arthur Laffer con la curva que lleva su apellido.

 Artículos complementarios:

1/4-Libro: Los impuestos tienen consecuencias (por Jan Doxrud)

2/4-Libro: Los impuestos tienen consecuencias (por Jan Doxrud)

3/4-Libro: Los impuestos tienen consecuencias (por Jan Doxrud)

4/4-Libro: Los impuestos tienen consecuencias (por Jan Doxrud)

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