1) Las mentiras de los comunistas chilenos (por Jan Doxrud)
En el programa chileno “Tolerancia Cero” se entrevistó a la abogada, diputada y miembro del Partido Comunista, Carmen Hertz, sobre temas relacionados con las elecciones parlamentarias y la primera vuelta presidencial. Lo que pretendo aquí es analizar unas breves aseveraciones realizadas por la diputada en el transcurso de la entrevista que podrán llamar la atención de algún telespectador (sinceramente no en mi caso) y que merecen ser abordadas, ya que lo que señala son lisa y llanamente mentiras. Como ya he señalado en otro artículo, la característica central del comunismo no es el ser una aberración antropológica, política y económica, que significó la muerte de millones de personas, sino que es su capacidad de mentir, manipular y deformar la realidad (y la historia) para adaptarla a sus intereses.
Es por ello que son capaces de justificar una alianza con los nazis en 1939 y luego vanagloriarse de combatir contra el nazismo a partir de 1941 (tras la traición de Hitler). También son capaces de lanzar las más apasionadas diatribas contra la dictadura de Pinochet, pero alabar la dictadura cubana y norcoreana. Sumado a esto, tienen una imaginación perversa como para hacer pasar personajes como Ernesto Guevara, como un gran revolucionario amante de la paz y la libertad
Por último, pretenden convencernos de la existencia de una supuesta benigna dictadura del proletariado que nunca ha existido en la historia (y nunca existirá). Fue el anarquista Bakunin quien, con un sentido de realidad, criticó la absurda idea de que, supuestamente, la dictadura de los marxistas era la que podía dar la libertad al pueblo. Frente a esto Bakunin respondía toda dictadura tenía como único objeto eternizarse (y nunca a disolverse como creían los comunistas). El otro absurdo que critica Bakunin es la idea de que tal dictadura sería dirigida por los trabajadores, es decir, una dictadura dirigida por una mayoría sobre una minoría. Pero sabemos que tal idea es falaz y la realidad demostró que en todos los regímenes comunistas se formó una nueva élite que reprimió sistemáticamente y continuamente a los ciudadanos. En palabras del anarquista ruso:
“¿Qué significa el proletariado elevado a condición de clase dominante? ¿Acaso todo el proletariado estaría a la cabeza del gobierno? Hay cerca de 40 millones de alemanes, ¿Acaso todos ellos serán miembros del gobierno? Todo el pueblo será director v no habrá gobierno, no habrá Estado. Pero toda vez que haya Estado, habrá dirigidos, existirán esclavos]”.
En suma los comunistas chilenos intentan convencernos de que, si bien en el pasado formaron parte y fueron cómplices de las dictaduras socialistas, eso no es lo que desean para Chile. Y, si bien en nuestros días defienden a la dictadura cubana, la de Corea del Norte (recordemos la carta de condolencias por la muerte del dictador Kim Jong-il) y al Estado fallido de Venezuela y Nicaragua, nos advierten que eso no es lo que desean para Chile. Una idea recurrente que utilizan es que supuestamente el marxismo vendría a ser una ideología los suficientemente flexible que debe adaptase a la realidad de cada país. El problema es que tal idea es falsa puesto que el marxismo constituye una doctrina con una serie de dogmas rígidos y no adaptables. Más relevante aun es que la realidad empírica nos ha enseñado que el marxismo nunca ese adaptó, sino que forzó a los seres humanos a adaptarse a la ideología sin importar si había que eliminar a millones, tal como lo hicieron Lenin, Mao, la dinastía Kim, Pol Por, un Ceausescu o un Castro
Es por ello que a pesar de todas las atrocidades cometidas por el comunismo(hasta en nuestros días), existe un Partido Comunista en Chile que no reniega de ese cáncer llamado “marxismo-leninismo” y que ha tergiversado la historia mostrándose a sí mismos como un partido respetuoso de la democracia y la república. También han instrumentalizado a su favor el período de la dictadura de Pinochet, es decir, mostrándose como luchadores por la libertad y la democracia.
Si bien es cierto que fueron opositores, la pregunta es en nombre de qué ideal luchaban los comunistas, desde el MIR pasando por el FPMR. Ciertamente si lucharon contra Pinochet, no lo hicieron ni en nombre de la libertad, ni la justicia, ni la democracia. Digamos que, el hecho de que desde 1941 Stalin y Hitler entraran en una guerra, no hace de ninguno de los dictadores amantes de la libertad. Así, el comunismo no solo es una aberración antropológica, económica y política, sino que también es una aberración desde el punto de vista de la lógica más elemental.
¿Cuáles fueron los dichos de Carmen Hertz? Con ese tono un tanto arrogante y con exceso de seguridad aseveró que la falta de memoria histórica de este país se ha traducido en un anticomunismo (y el cual se ha hecho patente en las elecciones presidenciales). En segundo lugar la diputada declara que el Partido Comunista es un partido que tiene 109 años de historia republicana y democrática, y que el PC es uno con una historia democrática sin ninguna mancha.
Cabe aclarar que Hertz es solamente una de entre muchas voces que pronuncian estos absurdos. Como no olvidar las palabras del Secretario General del Partido, Lautaro Carmona, en un artículo publicado en El Siglo, a propósito de los 108 años de vida del PC. Leer tal texto es un verdadero viaje al pasado, debido al lenguaje anacrónico empleado por Carmona. Pero más curioso resulta ser el hecho de que Carmona considera que el PC se ha consagrado en la lucha por las causas
“(…) democráticas más nobles y libertarias, con contenidos de justicia social, por derechos de quienes viven de su fuerza de trabajo, en la perspectiva de conquistar una mayor y justa calidad de vida para trabajadores y sus familias. Pone el desarrollo pleno del ser humano como la centralidad principal de su actividad y lucha”.
Uno se pregunta cómo ha llegado Lautaro Carmona a tales conclusiones que son totalmente incompatibles con lo que es la historia del comunismo (realmente existente) y con la historia específica del Partido Comunista chileno. ¿Cómo es posible que un miembro de la ideología más criminal del siglo XX hable de la defensa de los DD.HH?
Como ya señalé, el problema con estas aseveraciones es que son falsas e incompatibles con la realidad. Por ende, en el caso de Hertz, (o un Lautaro Carmona) podemos esgrimir 2 hipótesis de por qué la diputada realizó tales aseveraciones. En primer lugar, porque desconoce la historia del Partido Comunista chileno, así como también la propia doctrina que predica su partido (el marxismo-leninismo) y las terribles experiencias de los socialismos reales que costaron la vida de millones de personas. En segundo lugar podríamos aventurar la idea de que la parlamentaria conoce perfectamente la historia de su partido, así como también el contenido ideológico del marxismo-leninismo y las experiencias de los socialismos reales. En virtud de lo anterior, Hertz ha decidido simplemente mentir y pasar a llevar hechos históricos bien estudiados por la academia.
Para guiar al lector, en lo que sigue señalaré que los dichos de Carmen Hertz son, por decirlo sutilmente, un insulto a la inteligencia y constituyen un negacionismo histórico simplemente intolerable. La principal idea que subyace a este escrito es que el comunismo no puede promover la libertad, la igualdad ni la justicia, puesto que son valores que se contraponen al marxismo-leninismo. Así como está en el ADN del movimiento talibán el reprimir a la población en nombre de una sociedad más pura, los comunistas adolecen del mismo problema: su ideología es intrínsecamente criminal y totalitaria. Los socialismos realmente existentes en el siglo XX y los restantes del siglo XXI no fueron anomalías ni desviaciones de un supuesto prístino e inmaculado ideal, sino que fueron la consecuencia inevitable de un credo secular que borró la línea entre el mundo real y la utopía, e implantó esta última a hierro y sangre.
El comunismo es incompatible con la democracia liberal y pluripartidista, con el Estado de Derecho y, por ende, con la república. Así mismo, el comunismo rechaza la propiedad privada de los medios de producción , rechazan el libre mercado, la libre iniciativa, el libre emprendimiento y funcionamiento del sistema de precios. Es por ello que la burocratización del sistema es una consecuencia inevitable, puesto que la mano invisible y el mercado deben ser sustituidos por la mano visible, arbitraria y dictatorial del Estado. Esto ya era algo que el economista e intelectual austriaco Ludwig von Mises había señalado en la década de 1920: la inviabilidad del comunismo y el sistema de planificación central. Esto ya lo abordé en otro artículo y es que, como lo resume el economista de la Universidad de George Mason, Peter Boetkke, el argumento de Mises se resume en los siguientes:
-Sin propiedad privada de los medios de producción, no existirá un mercado para los medios de producción.
-Sin un mercado de los medios de producción, no existirán precios monetarios para los medios de producción.
-Sin precios monetarios que reflejen las escasez relativa de los bienes de capital, los responsables de tomar las decisiones económicas no podrán calcular racionalmente los usos alternativos de los bienes de capital.
-Lo anterior se resume en los siguiente: en ausencia de propiedad privada de los medios de producción, no es posible llevar a cabo el cálculo económico de manera racional.
No profundizaré en temas que ya he desarrollado en otros artículos, como el leninismo, crímenes del comunismo o el pacto nazi-soviético – de manera que al final del artículo dejaré los links correspondientes para que el lector pueda leerlos y sirvan de complemento. En síntesis, el mensaje es que el comunismo en sí mismo es iliberal y totalitario, y que el comunismo chileno, que era parte de la Internacional Comunista, no fue un partido que predicara los valores de la democracia (liberal y pluripartidista) y, como los demás partidos comunistas, fue cómplice de y adulador de las medidas tomadas por la URSS como fue el caso de Hungría, Checoslovaquia, Polonia y Afganistán. Por último, el comunismo en Chile nunca tuvo el suficiente poder como para hacerse con el poder total, es por ello que este nunca logró instaurar lo que siempre quiso: una dictadura totalitaria como la de los demás regímenes existentes.
Artículos complementarios (hacer click en los títulos)
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El Libro Negro del Comunismo (II): planificación y control social (por Jan Doxrud)
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El Libro Negro del Comunismo (IV): El Libro (por Jan Doxrud)
El Libro Negro del Comunismo (VII): La pregunta de Isaac Steinberg (por Jan Doxrud)
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(2) Konrad Löw, ¿por qué fascina el marxismo? (por Jan Doxrud)
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(2) La destrucción del Estado de Derecho por la izquierda en Chile, 1969-1973 (por Jan Doxrud)
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