6/8-Guerra y Guerrilla (por Jan Doxrud)

6) Guerra y Guerrilla (por Jan Doxrud)

Volviendo a Lenin, el líder bolchevique distinguía entre varios tipos de guerras, como por ejemplo las imperialista, inter-imperialistas, contrarrevolucionaria, guerra civil, guerra por el socialismo y en defensa del socialismo. En su escrito “El socialismo y la guerra” (1915) Lenin cita la célebre frase de Clausewitz “La guerra es la prolongación de la política por otros medios”, es decir, por medio de la violencia.  Lenin escribe que tal sentencia   pertenece a Clausewitz, “uno de los más profundos escritores sobre temas militares”.

Añade que  los marxistas siempre habían  considerado tal tesis, “como la base teórica de las ideas sobre la significación de cada guerra en particular”. Así, para Lenin toda guerra iba inseparablemente unida al régimen político del que surge, por lo que la guerra imperialista (Primera Guerra Mundial) es la continuación de la política imperialista “por otros medios”.  En suma, en opinión de Aron, la influencia de Clausewitz en Lenin no fue marginal:

La conclusión se impone por sí misma: el pensamiento de Clausewitz, interpretado por un marxista, sirvió de marco teórico o ideología justificatoria para Lenin y los marxistas-leninistas desde 1915 hasta nuestros días”.

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Schmitt también hace referencia al cuaderno de notas de Lenin – Tetradka – que, en su opinión, constituía uno de los documentos más extraordinarios de la historia universal e intelectual. De acuerdo a Schmitt, a partir de estas notas, acotaciones destacadas y extractos se puede deducir de Lenin una nueva teoría de la guerra total y de la enemistad absoluta “que determina la época de la guerra revolucionaria y los métodos de la moderna guerra fría”. Así, la guerra de Lenin desborda los márgenes de la guerra acotada la cual sería un mero juego. 

Este enemigo absoluto era, claro está, el enemigo de clase, encarnado en la figura del burgués y el capitalista aunque, a la larga se extendió a cualquiera que se opusiera a las ideas de Lenin quienes caerían también bajo el rótulo de “enemigos del pueblo”. Lenin seguía las ideas Marx y Engels en el sentido de que violencia revolucionaria  era la partera de la historia. Ahora bien, para Lenin esta violencia no podía ser dejada eternamente a su propia suerte o a la espontaneidad absoluta, por lo que en algún momento sus fuerzas debían ser canalizadas y subordinadas a los intereses del partido.

Continuemos ahora con Mao Zedong (1893-1976).  El líder y padre del comunismo chino, tuvo una dilatada trayectoria en combate que tuvo sus frutos: logró llevar la revolución del campo a la ciudad, de manera que el proletariado no fue el protagonista de este episodio y, tal como sucedió en Rusia (y contra del pronóstico marxista), el comunismo triunfaba nuevamente en un país subdesarrollado. La trayectoria de Mao suele dividirse en diferentes períodos. 

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En primer lugar tenemos los años 1 926-1937, que representa el primer período de la guerra civil que enfrento a los comunistas chinos con las fuerzas de Chiang Kai Shek. En segundo lugar tenemos los años que van de 1937 a 1945, marcada por la resistencia contra Japón, formándose así un frente único antijaponés. Finalmente tenemos los años que van de  1945 a 1949, en donde se reinicia la guerra civil que termina con la victoria comunista en 1949.

Para Mao, y aquí sigue a Clausewitz (aunque no se sabe si acaso lo leyó), la guerra era la continuación de la política, de manera que la guerra era política y, en sí misma era una acción política. Añadía que no había habido jamás una guerra que no hubiese tenido carácter político. Como comentaba Raymond Aron:

Los textos de Mao, tanto los que datan del primer período, antes de la agresión japonesa, como los del período siguiente, jamás divorcian acción política de acción militar, y la finalidad política-militar, o sea la toma del poder mediante una victoria militar total, se evoca y subraya a cada instante”.

Así, para el líder chino, la política constituía un componente esencial dentro de la guerra. Es más, para Mao una guerra revolucionaria nacional no podía triunfar sin una amplia y profunda movilización política. Añadía que desear alcanzar la victoria, por un lado, pero   descuidar la movilización política, por el otro, era lo mismo que tratar de dirigirse al Sur con el carruaje orientado al Norte”. De acuerdo a Aron la unidad entre política y guerra en Mao va más allá de lo que Clausewitz escribió y pensó. Esto significa que ambos elementos se entremezclan de manera que la transformación social del proyecto revolucionario es emprendido por el ejército mismo en el curso de la acción.

Otro elemento central en la teoría de Mao es el apoyo de las masas populares que constituían un verdadero manantial de fuerza para sostener la guerra. En los problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de China (1936) Mao asevera que  su guerra era una guerra revolucionaria que se estaba llevando a cabo en un país semifeudal. Paso seguido, Mao se refiere a la necesidad de estudiar no sólo las leyes generales de la guerra, sino que también las leyes específicas de la guerra revolucionaria y las leyes aún más específicas de la guerra revolucionaria de China. Por  “guerra”, Mao entiende un fenómeno que ha existido desde la aparición de la propiedad privada y las clases. 

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Sumado a lo anterior,   la “guerra” constituye   la forma más alta de lucha para resolver las contradicciones entre clases, naciones, Estados o grupos políticos. En cuanto al objetivo de la guerra, Mao afirma que es justamente “eliminar la guerra”. En palabras de Mao, la guerra es un  monstruo de matanza entre los hombres, pero que finalmente será eliminada producto del progreso de la sociedad humana. A esto añade: 

Pero sólo hay un medio para eliminarla: oponer la guerra a la guerra, oponer la guerra revolucionaria a la guerra contrarrevolucionaria, oponer la guerra revolucionaria nacional a la guerra contrarrevolucionaria nacional y oponer la guerra revolucionaria de clase a la guerra contrarrevolucionaria de clase. La historia conoce sólo dos tipos de guerras: las justas y las injustas. apoyamos las guerras justas y nos oponemos a las injustas”. 

En cuanto a la “guerra revolucionaria, ya sea de “clases” o “nacionalista, esta se caracteriza por circunstancias y naturaleza que le son específicas y que difieren de la “guerra” como fenómeno general. De acuerdo a esto, Mao reduce más el foco hasta llegar a la “guerra revolucionaria en China”, la cual tiene particularidades que la diferencian de otras guerras revolucionarias. Es en virtud de lo anterior que no se pueden copiar y aplicar las experiencias exitosas de otras guerras revolucionarias ni estudiando manuales o estudiando las leyes generales de la guerra. En palabras de Mao, llas leyes de la dirección de la guerra cambian en función de las condiciones de la guerra, es decir, el tiempo, lugar y carácter de la misma. A esto añade el mismo autor:

Cada etapa histórica tiene sus características, y, por lo tanto, las leyes de la guerra en cada etapa histórica tienen las suyas y no pueden ser trasladadas mecánicamente de una etapa a otra. Desde el punto de vista del carácter de la guerra, ya que la guerra revolucionaria y la contrarrevolucionaria tienen sus respectivas características, también las tienen sus leyes, las que no pueden trasladarse mecánicamente de una guerra a la otra”. 

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Más adelante en el escrito Mao pasa a temas estratégicos y tácticos. En primer lugar reconoce el carácter “guerrillero” de su ejército. En segundo lugar apoya la estrategia de guerra prolongada y las campañas de decisión rápidas. En tercer lugar apoya los frentes “fluidos” de operaciones y de la guerra de movimientos. En cuarto lugar apoya las operaciones de aniquilamiento (y no solo desbaratar al enemigo). Sumado a lo anterior Mao se refiere a otros puntos como el de favorecer la centralización relativa (no absoluta) del mando, condenar el bandolerismo y fomentar la estricta disciplina y propiciar la democracia hasta ciertos límites.

Una linea de pensamiento similar sigue el General vietnamita Võ Nguyên Giáp (1911-2013). Al igual que Clausewitz y Mao, consideraba que la guerra se encontraba supeditada a la guerra, de manera que esta último constituía un medio para alcanzar las metas políticas. Al igual que Mao, Giáp defiende la guerra que busca desgastar y desmoralizar al enemigo. Al igual que Mao, Giáp destaca la importancia del apoyo popular. En virtud de lo anterior, para el militar resultaba ser  de suma relevancia educar, movilizar, organizar y armar a todo el pueblo para que participara en la resistencia. A esto añadía que el pueblo era al ejército como el agua al pez. Por último, y al igual que Mao, era el campesino quienes encarnaban el sujeto revolucionario protagonista de la liberación nacional.

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Ernesto “Che” Guevara (1928-1967) por su parte también expresó sus ideas sobre las guerrillas en distintos escritos y discursos De acuerdo a Guevara la Revolución cubana realizó 3 aportaciones fundamentales a la mecánica de los movimientos revolucionarios en América. En primer lugar, que las guerras “populares” pueden ganar una guerra con un ejército profesional. En segundo lugar, y esto es una herencia leninista, y es que no es necesaria que se den las condiciones objetivas para llevar a cabo la revolución. Aquí es donde el “foco insurreccional” puede ayudar a crear tales condiciones y acelerar el proceso revolucionario.

En tercer y último lugar, Guevara señala que, en el caso de América Latina, el terreno de la lucha armada deber ser fundamentalmente el campo. De estos 3 puntos se pueden desprender casi todas las ideas que Guevara desarrolla sobre la guerrilla. Al igual que Mao, Guevara habla de “leyes” generales de la guerrilla pero también “leyes” accesorias que responden a las circunstancias, a las condiciones geográficas y sociales de cada país. Un aspecto central de la guerrilla – y que destacaban también Mao y Giáp –  es la importancia de las masas. Para Guevara lo que diferencia a un bandolero de un guerrillero es el apoyo popular. Sumado a esto, el marxista argentino retrataba a la figura del guerrillero como un “reformador social” que empuña las armas como respuesta a la protesta airada del pueblo contra sus opresores.