6) La teoría económica de John Maynard Keynes (por Jan Doxrud)
Más adelante en su libro Marshall hace una precisión y es que la Economía no podía compararse con las ciencias físicas exactas, puesto que la Economía tenía que enfrentarse con “las fuerzas siempre variables y sutiles de la naturaleza humana”. Sumado a esto Marshall reconocía una ventaja de la Economía sobre las demás ciencias sociales, ventaja que derivaba del hecho de que su campo especial de trabajo proporcionaba amplias oportunidades para aplicar métodos exactos de manera indirecta, es decir, no se podían medir los “afectos”, pero si podían ser medidos indirectamente atendiendo a sus consecuencias. Marshall tiene claro que no se pueden medir los estados mentales de las personas, por ejemplo, el autor señala que no puede medirse directamente el placer que se deriva de fumar, pero sí podemos acercarnos a esto cuando vemos que una persona decide destinar más peniques a fumar que a tomar té o viceversa.
De acuerdo al economista británico, la Economía se ocupa principalmente
“(…) de aquellos deseos, aspiraciones y afectos de la naturaleza humana, cuyas manifestaciones exteriores constituyen incentivos de acción tales que la fuerza o cantidad de los mismos puede ser estimada v medida con bastante exactitud, y que, por consiguiente, son en cierto modo susceptibles de ser tratados por medios científicos”.
Luego, añade el mismo autor
“Se presenta una oportunidad para el empleo de los métodos y experimentos científicos desde que la fuerza de los móviles de una persona y los mismos móviles pueden ser medidos aproximadamente por la cantidad de dinero que dará para asegurarse una satisfacción deseada, o también por la suma que se requiera para inducirla a sufrir cierta fatiga”.
Ahora bien cabe precisar que Marshall también tenía en consideración los límites de la “medida en dinero de los móviles económicos”, puesto que las variaciones de la cantidad de placer o satisfacción derivada de una suma determinada de dinero podía variar de acuerdo a las personas y las circunstancias. En palabras de Marshall:
“Cuando dos personas que tienen cada cual una renta de 300 libras esterlinas al año pagan un impuesto de una libra, cada una de ellas se privará, al dar esa libra, de un valor igual del placer (u otra satisfacción) de que puede más fácilmente dispensarse, pero las intensidades de la satisfacción de que uno y otro se privan puede no ser exactamente igual”.
¿Qué es la economía para Marshall? En el capítulo I del Libro I responde que la Economía es, a su vez, el estudio de la riqueza y una rama del estudio del hombre. A esto añadía Marshall:
“La Economía Política o Economía es el estudio de la humanidad en los negocios usuales de la vida; examina aquella parte de la acción individual y social que esta mas íntimamente relacionada con la consecusión y con el uso de los requisitos materiales del bienestar”.
Así, tenemos que la economía tiene un doble objeto de estudio, pero que se encuentran entrelazados. Por un lado tenemos la creación de riqueza y, por otro lado, el estudio del ser humano, su conductas y preferencias. Marshall destaca la influencia de los móviles religiosos y económicos en los seres humanos y, si bien los primeros son más intensos que los segundo, resulta ser que los móviles económicos ejercen una influencia más directa en la vida de la personas debido a que
“(…) el trabajo que proporciona al hombre sus medios de vida ocupa generalmente su pensamiento durante la mayor parte de las horas en que su mente está en la mejor disposición, y durante ellas su carácter se está formando según la manera en que. utiliza sus facultades para la ejecución de su trabajo, los sentimientos que éste le sugiere, y las relaciones que sostiene con sus asociados en el trabajo, con sus empleados o con los que lo emplean”.
La influencia de Marshall todavía es gravitante, incluso para aquellos que no lo conocen pero que sí han utilizado los clásicos manuales de economía. En el centro del pensamiento de Marshall estaba la temática del dinero y, por ende, el del valor, tal como lo aborda en el Libro V. Ahora bien Jevons, Walras y Menger también habían puesto como eje central el tema del valor y la subjetividad de este mismo. Lo que el economista inglés intentó fue reconciliar la visión de Smith y Ricardo (teoría de los costes) con la de los modernos economistas y su teoría subjetiva del valor. Para ello, Marshall apeló a la analogía de las tijeras, es decir, en donde una hoja representaba la oferta y la otra la demanda, de manera que ambas variables eran necesarias a la hora de explicar la formación de los precios.
Así, Marshall escribió que se podría discutir de manera razonable si lo que corta un trozo de papel es la hoja superior o inferior de las tijeras, y determinar si el valor está gobernado por la “utilidad” o por el costo de producción. La respuesta de Marshall sería que está determinado por ambos. El economista británico definió la demanda como el total de bienes que un comprador puede adquirir en el mercado, en un tiempo y aun precio dado. Por otro lado, definió la oferta como el conjunto de bienes que los vendedores suministran en el mercado en un momento y precio determinado.
En su explicación de la demanda, Marshall apeló a los conceptos de utilidad, utilidad marginal y la ley de utilidad marginal decreciente, mientras que al explicar la oferta, apeló a los clásicos: la ley de los rendimientos decrecientes en el ámbito agrícola, la división del trabajo y su efecto en la productividad y a la teoría de Malthus de la población. Ya son de sobra conocidos los gráficos de oferta y demanda por parte de los estudiantes de economía, y que constituye un legado de Marshall, así como también el concepto de “equilibrio temporal” que depende, en el corto plazo, más de la demanda que de la oferta. En el caso de la oferta, representada por medio de una curva con pendiente ascendente hacia la derecha, podía variar en el presente inmediato, el corto plazo y el largo plazo.
En el presente inmediato la oferta no se puede incrementar como respuesta a un aumento repentino de la demanda, tal como ha sucedido en la actualidad con algunos productos por causa del Covid19. La cantidad tampoco puede reducirse de inmediato debido a una disminución repentina de la demanda, puesto que toma tiempo reducir tanto la producción como los inventarios. En el corto plazo Marshall dividió los costos en suplementarios y primarios. Los primeros corresponden a lo que hoy conocemos como costos fijos y los segundos corresponde a los costos variable. Los costos suplementarios no pueden cambiarse en el corto plazo pero sí pueden hacerlo los costos variables, como los del trabajo y las materias primas. Por último, en el largo plazo, tpdos los costos son variables.
En lo que respecta a la demanda, esta se basa en la ley de la utilidad marginal decreciente en virtud de la cual la utilidad marginal de un bien para cualquier persona disminuye con cada incremento en la cantidad de ese bien. En lo anterior Marshall introdujo las siguiente condiciones: un lapso de tiempo breve y que los bienes deben ser indivisibles para el consumidor. Como ya señalé anteriormente, la forma de medir la utilidad era de manera indirecta, puesto que no se podía mensurar los placeres y dolores de los seres humanos. Es aquí donde entraba en juego el dinero. Es esta capacidad de medir en dinero las preferencias lo que hacía de la ciencia económica una más exacta que las demás ciencias sociales. Marshall terminó por elaborar la “ley de la demanda” que nos viene a señalar que la cantidad demandada se incrementa con una baja en el precio y disminuye con un aumento en el precio.
Ahora bien, Marshall asumía que esto se daba dentro de un lapso de tiempo breve y, por lo demás, asumía como constantes(ceteris paribus) los gustos o preferencias, el poder adquisitivo del dinero, la riqueza de la persona y el precio de los bienes sustitutos. Pero sabemos que fuera de estas suposiciones los bienes no son todos iguales, de manera que la elasticidad de la demanda no será la misma, como es el caso del insulino dependiente. Esto también explixa el porqué las políticas impositivas del Estado sobre ciertos productos como el alcohol o el tabaco no altera significativamente la demanda de tales productos (lo mismo en el mercado ilegal de las drogas) En suma estamos ante una demanda elástica cuando el porcentaje del cambio en la cantidad excede el porcentaje de cambio en el precio
Obviamente estas nos fueron las únicas temática de las que se ocupó Marshall puesto que también abordó el tema de los salarios (determinados principalmente pro la oferta y la demanda y no pro la productividad marginal del trabajo), la renta, el interés (su influencia en la oferta de ahorro y en la inversión) y la distribución del ingreso nacional.
En el plano ideológico, Marshall en “The Social Possibilities of Economic Chivalry” (1907) había advertido que entre los economistas profesionales había una tendencia a favorecer la expansión de la intervención estatal, aunque no habían llegado al extremo al que habían llegado lo socialistas y colectivistas. Marshall advertía también que era ir demasiado lejos el pretender que la propiedad privada fuese sustituida por la propiedad estatal de los medios de producción. En el mismo escrito se puede leer sobre el tema de la distribución del ingreso y la disatisfacción que esto generaba en muchas personas.
No obstante lo anterior, advertía en contra de la perversión de este tema por parte de los “utópicos”, para quienes la riqueza debía dividirse de manera igualitaria como condición previa para lograr la felicidad del ser humano. Ahora bien, Marshall añade que por si “socialista” se entiende a aquella persona interesada por mejorar las condiciones de vida de las personas, entonces él sería uno, pero no estaba dispuesto a alcanzar tal objetivo por medio de los métodos colectivistas de un Estado omnipotente y la supresión de la libre empresa.
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