1/10-René Descartes y el racionalismo: una breve introducción a su pensamiento (por Jan Doxrud)

René Descartes y el racionalismo: una breve introducción a su pensamiento (por Jan Doxrud)

René Descartes es sin duda uno de los pensadores medulares dentro de la historia de la filosofía occidental. La duda, el cuestionamiento, el no aceptar verdades simplemente porque han sido aceptadas por siglos, son parte del “ethos” del pensador francés, aunque fue más cauteloso que Galileo a la hora de hacer público otras obras concerniente a los planetas. Descartes abrió una grieta en el edificio de la filosofía que imperaba hasta ese entonces. Lanzó un fuerte golpe a la escolástica y cuestionó a las autoridades filosóficas como Aristóteles y Tomás de Aquino. Si bien fue sólo una grieta, esta ya no tendría arreglo y sería la labor de otros filósofos la de enterrar la antigua filosofía o lo que se concebía como “filosofía” hasta ese entonces. Por esa razón Descartes es considerado el padre de la filosofía moderna. El pensador francés vivió en un mundo de contradicciones, por un lado se realizaban grandes avances en matemáticas así como en ciencia, y por otro lado Europa se veía azotada por la Guerra de los Treinta Años. Por lo demás, la filosofía de Descartes se desarrollaría dentro de este caos en el que se encontraba sumido Europa.

René Descartes es famoso por la célebre frase “cogito ergo sum”. Su nombre se asocia al racionalismo, a la modernidad, al surgimiento del sujeto como centro epistemológico y  protagonista de la historia. El nombre de Descartes también suele asociarse al clásico problema del dualismo mente-cuerpo del que la filosofía de la mente aún se ocupa. Veremos que Descartes es un sujeto admirado, odiado y los dardos provienen de distintos frentes. Pero si algo que es seguro es que este pensador francés no deja a nadie indiferente, ya que planteó un problema que hasta nuestros días es objeto de discusiones, como es el caso del problema mente-cuerpo, aunque hay algunos filósofos y científicos que dicen ya haberlo superado.  Hegel (1770-1831)consideró a Descartes como “un héroe del pensamiento”, mientras que para Bertrand Russell (1872-1970), Descartes representaba la nueva autoconfianza derivada de los progresos logrados por las ciencias. Descartes, a pesar de su fama de racionalista, matemático y científico, tenía una forma prístina de escribir lo que hace de su lectura un verdadero placer. Russell escribió que en la obra de Descartes se nota una frescura que no se veía desde Platón. Agregaba que Descartes no escribía como un profesor sino que como un explorador, un descubridor ansioso de comunicar lo que había descubierto. Por último Russell señala que fue una fortuna que la filosofía moderna tuviese un pionero con tal extraordinario estilo literario[1].

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El filósofo y crítico cultural esloveno  Slavoj  Žižekse refiere a la actualidad que goza Descartes en nuestros tiempos y cómo es aún un autor que genera debates entre distintas corrientes de pensamiento. Parafraseando el Manifiesto Comunista de Marx y Engels Žižekescribió: 

Un espectro ronda la academia occidental…el espectro del sujeto cartesiano. Todos los poderes académicos ha entrado en una santa alianza para exorcizarlo: la New Age oscurantista (que quiere reemplazar el paradigma cartesiano por un  nuevo enfoque holístico) y el descontruccionismo posmoderno (para el cual el sujeto cartesiano es una ficción discursiva, un efecto de mecanismo textuales descentrados); los teóricos habermasianos  de la comunicación (que insisten en pasar de la subjetividad monológica c artesiana a una intersubjetividad discursiva) y los defensores heideggerianos del pensamiento del ser (quienes subrayan la necesidad de atravesar el horizonte de la subjetividad moderna que culminado en el actual nihilismo devastador); los científicos cognitivos (quienes se empeñan en demostrar empíricamente que no hay una única escena del sí-mismo, sino un pandemónium de fuerzas competitivas) y los ecólogos profundos (quienes acusan al materialismo mecanicista cartesiano de proporcionar el fundamento filosófico para la explotación implacable de la naturaleza)…y las feministas (quienes observan que el cogito supuestamente asexuado es en realidad una formación patriarcal masculina)”[2].

A esto podemos añadir otra crítica, aquella que acusa al pensador francés de eurocentrista. Después de todo, Descartes escribió que si un mismo hombre poseyendo el mismo espíritu fuese criado entre franceses o alemanes llegaría a ser muy diferente si se hubiese sido criado entre chinos o caníbales. Al parecer, la “razón” para Descartes sería europea. Incluso Descartes no se salva de los movimientos animalistas y ecologistas ya que, de acuerdo al pensador francés, los seres vivos “no humanos” eran incapaces de sentir. Para el autor eran como máquinas, ya que carecían de razón.

Otro tema es que, con Descartes, la subjetividad humana se constituye en el núcleo desde donde la realidad se comprende, se analiza y se explica. De acuerdo a esto, tendríamos que el hombre o el “sujeto moderno”, concebido como centro epistemológico, es un invento o creación de la filosofía moderna, como lo había sugerido  Michel Foucault (1926-1984). Con el concepto de modernidad se hace referencia,  en primer lugar, a esta centralidad del hombre, quien se convierte en el protagonista en la historia. En segundo lugar, se hace referencia a una nueva época (siguiendo la ya retrógrada división de la historia universal de Celarius), la de los nuevos descubrimientos, la época de Colón, Magallanes, Vasco de Gama y Bartolomé Díaz. Para otros la modernidad es también la época del saqueo y genocidio de la población indígena.

Es así mismo la época del desarrollo científico y la visión de una naturaleza sometida a los designos del ser humano. La naturaleza, con su marcado carácter femenino (la madre naturaleza), es explotada por el sujeto racional y cuantificador que, como denuncian algunas corrientes feministas, tiene un carácter masculino y dominador. El sistema capitalista que se desarrolla en esta época también representaría la mentalidad patriarcal que violenta y saquea la naturaleza. Personajes como Francis Bacon (y Descartes), serían representantes de esta  mentalidad patriarcal, obstinada en buscar el conocimiento para ejercer dominio sobre la naturaleza. Lo anterior explica la razón por la cual estos autores se han transformado en uno de los principales blancos de las corrientes feministas así como del ecofeminismo.  Esta Edad Modena también es una época de cruentas guerras en Europa y es testigo de la fragmentación de la cristiandad, con la Refroma protestante.

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En medio de esta época de cambios y trastornos, sería Descartes quien construiría un marco filosófico que daría cierta estabilidad, poniendo en el centro al  yo que piensa o el cogito. Isaac Newton, por su parte, proporcionaría el marco científico, al presentar el universo como un reloj mecánico puesto a andar por Dios, claro que un Dios no trinitario ni personalista. Descartes sería, para algunos, el responsable de imponer un paradigma que sobreviviría por cientos de años y que se caracteriza principalmente por el mecanicismo, la cuantificación y medición como criterio de existencia, el racionalismo radical y   frívolo , el dualismo ontológico e incluso un promotor el ateísmo (la obra de Descartes estuvo dentro del Index Librorum Prohibitorum del Vaticano).

Sobre la época en cuestión Ludovico Geymonat escribió: 

el Renacimiento dejó en herencia al pensamiento moderno un conjunto verdaderamente admirable de investigaciones científicas, repleto de resultados seguros y en vías de rápido desarrollo. Pero no dejó un sistema filosófico que estuviese en condiciones de reemplazar al aristotélico, sometido a la críticas más duras por parte de muchos y valiosos desde las orientaciones más dispares”[3].

Es importante señalar que la ciencia en ese entonces no era la ciencia tal como la concebimos en nuestro tiempo. Como señalaba el filósofo británico, Bernard Williams, la ciencia como la entendemos hoy día no existía, es decir , no había una ciencia entendida como una “empresa internacional organizada”, con métodos de investigación, laboratorios y otras elementos por el estilo. Existían personas, como el mencionado Francis Bacon, que creían que sólo era una cuestión de tiempo cuando el hombre descubriera finalmente todas las leyes de la naturaleza a través de un método. El problema es que  no existía un método en el cual confiar y con el cual las personas pudiesen avanzar en el conocimiento del mundo. No existía un método confiable que pudiese garantizar un conocimiento cierto. El escepticismo por otra parte establecía que no había un método que permitiera al ser humano progresar en el conocimiento de la naturaleza, negando así la posibilidad de tener conocimiento cierto. Hay que entender el trasfondo histórico para entender este escepticismo que afectó directamente a Descartes. 

[1]Bertrand Russell, History of Westen Philosophy ( London,: Routledge, 2000) p. 542.

[2]Slavoj Zizek, El espinoso sujeto. El centro ausente de la ontología política (Buenos Aires: Paidós, 2007) p.9.

[3]Ludiovico Geymonat,29