Konrad Löw, ¿por qué fascina el marxismo? (por Jan Doxrud)
Konrad Löw es un jurista y politólogo alemán nacido en Munich, en 1931. También se desempeñó como académico en la Universidad de Erlangen-Nüremberg, Bayreuth y en el Instituto de Política de Munich. El libro al que me referiré en estos escritos es uno que fue publicado en 1981 bajo el título: La fascinación del comunismo. La edición que tengo en mis manos es la de la Editorial Andrés Bello, del año 1983. Ahora bien, en este caso específico Konrad Löw se refiere al comunismo marxista - leninista, razón por la cual el título de este escrito es: “La fascinación por el marxismo”.
El objetivo de este escrito es dar respuesta, en la medida de lo posible, a las siguientes preguntas.
-¿Por qué razón fascinan las ideas de Marx? Marx es un autor complejo, con escritos filosóficos y políticos que no son amigables para el lector debido al estilo, uso de conceptos y conocimientos previos para comprenderlos (por ejemplo: la filosofía de Hegel o el pensamiento de Feuerbach entre otros).
-¿Qué es lo que fascina de Marx? ¿Sus ideas económicas? ¿Sus escritos políticos? ¿Sus escritos económicos? Como señalé en otro artículo, lo que más seduce a las personas de las ideas de Marx no son las ideas contenidas en alguno de los 3 volúmenes de “El Capital” (pocas personas tendrían la paciencia de pasar más allá del volumen 1) En realidad El Capital del Marx es un libro indigerible y, como bien señaló Henri de Man, su hechizo radica precisamente en su carácter incomprensible, a sus “alardes de erudición, a su mística algebraica, a su pesada indigestabilidad·.
-¿Acaso lo que seduce es más bien el mensaje redentor, las promesas de una perfectamente igualitaria, una sociedad sin contradicciones de clases y bajo la cual se vive en una perfecta armonía?
-En virtud del punto anterior podemos preguntarnos: ¿Fue Marx un economista? ¿Un filósofo? ¿Fue un profeta que fracasó rotundamente en su diagnóstico sobre la evolución de la sociedad? ¿Se ha transformado el marxismo en una religión dogmática que operó y opera en el reino de la utopía y, por ende, al margen del mundo real?
-¿Es Marx un autor importante dentro del pensamiento pero que, por otro lado, está excesivamente sobrevalorado? Sobrevalorado en el sentido de que se le atribuye a Marx una importancia exagerada que NO la merece puesto que sus ideas están completamente superadas. Su pensamiento económico, sus ideas y lenguaje empleado pertenecen más a la mentalidad del siglo XIX que a la del XXI. Su pensamiento filosófico es estéril, añejo y que no aporta en nada a los problemas contemporáneos. En fin, las ideas medulares del pensamiento de Marx resultaron ser falsas y lo verdadero resulta ser trivial y, por lo demás, no fueron creaciones originales de Marx.
Hay varios aspectos del marxismo y el leninismo que omitiré puesto que los he desarrollado en distintos artículos en mi página web.
Entremos de lleno al tema. El comunismo, el marxismo y el leninismo han fracasado y esto es un hecho que no resiste mayores análisis.Es un hecho que durante el siglo XX absolutamente todos los regímenes que se declararon como marxistas-leninistas fueron dictaduras criminales que se mantuvieron en el poder por medio de un control absoluto y una represión brutal. Así sucedió con la dictadura leninista que tomó forma y se perfeccionó bajo Stalin, así sucedió con ese hecatombe que fue la revolución China bajo el dogmatismo purista de Mao, así sucedió (y sucede) con Corea del Norte bajo la dinastía comunista Kim, así sucedió con la Rumania del matrimonio Ceaucescu, así sucedió con la República Democrática Alemana bajo el ojo de la Stasi, así sucedió con la utopía agraria de los Jemeres Rojos en Camboya, así sucedió (y sucede) con la dictadura tropical cubana, y la lista puede continuar. Como señalé en otro artículo, el comunismo ya no era una mera fantasía de idealistas bien intencionados sino que pasó a ser una ideología intrínsecamente criminal.Quedó en evidencia que el comunismo y la represión continua van de la mano, vale decir, mantienen una relación simbiótica puesto que el primero no sobrevive sin el segundo.
Los “socialismo reales” terminaron por colapsar sin que mediara una guerra. Ahora bien, lo impactante no resulta ser el desplome del bloque socialista sino que, más bien, ¿cómo logró un sistema tan ineficiente perdurar tanto en el tiempo? Quizás lo más impactante, y sobre lo cual advirtió también Jean Francoise Revel, son las conclusiones a las que llegaron los comunistas huérfanos de ideología. En primer lugar no hubo ninguna autocrítica, menos frente a personas que no pertenecieran a las filas del comunismo. Las únicas autocríticas que pueden escucharse son aquellas “de manual”, como las que realiza la diputada chilena del Partido Comunista: Camila Vallejo.Frente a la pregunta ¿No mostró la Unión Soviética que el comunismo está destinado al fracaso?, Vallejo responde:
“Yo creo que en el mundo no ha existido el comunismo, se han hecho, de acuerdo a particularidades y momentos históricos, distintos procesos de construcción de socialismo, algunos han desencadenado en el fracaso, condiciones adversas para su desarrollo, burocracias extremas, caudillismos y creo que el comunismo es un ideal de sociedad que todavía no se ha visto en su plenitud en ninguna parte del mundo. El comunismo básicamente es generar una sociedad donde tengamos realmente igualdad de condiciones, donde cada uno reciba de acuerdo a sus necesidades y aporte a través del trabajo según sus capacidades, eso es el comunismo, una sociedad sin clases, una sociedad donde existan hombres y mujeres verdaderamente libres y que logren su plena emancipación moral, intelectual y material”.
Veamos. La diputada señala un ya “clásica” frase y es que el comunismo nunca ha existido, y que todos los intentos anteriores encarnados por los socialismos reales del siglo XX fueron proyectos bien intencionados pero que, en el camino, se desviaron del “ideal”. Y esto último, el “IDEAL” resulta ser central. El comunista vive y se refugia en una utopía y juzga todo, esto es, la realidad social política y económica realmente existente desde la cómoda perspectiva de un ideal utópico que es el comunismo. El ideal comunista es perfecto, vale decir, es un instrumento inmaculadoque no puede errar, de manera que todas los fracasos y atrocidades ocurridas en el pasado (y las que puedan ocurrir en el futuro) se explican por el simple hecho de que fueron los seres humanos los que no tuvieron la habilidad de hacer un buen uso del “instrumento”. Este es un razonamiento bastante cómodo puesto que otorga al militante comunista de una protección perpetua frente a cualquier error: el error se debe a los seres humanos y no al instrumento o al ideal comunista.
Como bien comentaba Revel, la caída del comunismo fue un alivio para los comunistas puesto que el fracaso de los socialismos reales era tan evidente que ya se hacía extremadamente difícil poder defenderlo. Así, señala Revel, el derrumbe del socialismo significó que el ideal volvió a transformarse en una utopía y, como tal, más fácil de defender puesto que la utopía, por definición, es inmune a la crítica. Otro punto que llama la atención de las palabras de Vallejoes que el fracaso del proceso de construcción de un mundo comunista se debe siempre a factores externos, por ejemplo la burocratización y el caudillismo. Pero si estos dos rasgos son considerados como algo negativo en el proceso de construcción de la utopía comunista, ¿por qué razón la diputada Vallejo apoya a delirantes caudillos megalomaníacos como Fidel Castro, Ernesto Guevara o Hugo Chávez? ¿Por qué apoya al régimen “dictatorial y a la burocracia ineficiente del chavismo que ha dejado al país en la ruina?
Fina parte 1