Sistemas y sistemismo (por Jan Doxrud)
En este escrito me propongo proporcionar una introducción a un tema fundamental: me refiero a los conceptos de sistema y sistemismo, de acuerdo al filósofo de la ciencia argentino Mario Bunge (1919). ¿ Por qué es relevante saber esto ? La razón es que, como señala Bunge, todas las ciencias estudian sistemas de alguna clase, ya sean naturales (físico, químicos, biológicos o sociales) o ratifícales. Es más, las ciencias no estudia otra cosa que sistemas. Por ejemplo, la sociología estudia sociosistemas, la biología hace lo mismo con los biosistemas y la tecnología estudia tecnosistemas. En suma, nadie escapa a los sistemas puesto que cada uno de nosotros estamos inserto no en uno, sino que en varios sistemas. La economía del hogar, de la empresa, nacional e internacional constituyen sistemas. En palabras de nuestro autor, todas las cosas interaccionan con alguna otra cosas, excepto el universo puesto que constituye un sistema cerrado en todo los instantes. Sin importar si el universo es infinito o infinito, el universo puede ser definido como la cosa que posee un entorno vacío, es decir, que es autocontenida, comenta Bunge. El intento de estudio de los sistemas de una manera no parcelada o, por el contrario, unificada fue llevada a cabo por algunos investigadores motivados por alcanzar un enfoque unificado de problemas que pertenecía a distintos ámbitos de investigación. En virtud de lo anterior se establecer, en primer lugar, que existían conceptos y principios estructurales que parecían tener validez para sistemas de distintas clases y, en segundo lugar, que existían ciertas estrategias de modelización que parecían funcionar en distintas partes.
Tal disciplina que intenta desarrollar tal enfoque unificado se denomina “teoría general de los sistemas”. Por su parte, Bunge denomina como “sistémica” al conjunto de teorías “que se ocupan centralmente de las características estructurales de los sistemas” y que pueden, por ende, atravesar las barreras disciplinarias existentes. Bunge explica que utiliza este concepto y no el de “teoría de sistemas” debido a que este último, en primer lugar, tal como se dio a conocer en la década de 1970 fue un nombre para el viejo holismo (al que me referiré más adelante) que fue desacreditado puesto que no realizaba investigaciones empíricas ni teorización seria para resolver problemas. En segundo lugar añade Bunge es que existen casi tantas teorías de sistemas como teóricos de sistemas.
Esta visión sistémica que describimos implica una ontología a saber: el materialismo sistémico y emergentista que defiende Bunge y que da crédito a D’Hollbach (1723-1789) por haber sido el que llevó a cabo la unión entre el materialismo y sistemismo. Las dos motivaciones que guían a la sistémica, explica Bunge, son dos, siendo el primero uno de tipo cognitivo o teórico que consiste en el deseo de descubrir las semejanzas extenúes entre los sistemas de toda clase, más allá de sus diferencia específicas. La segunda motivación es la práctica y que consiste en “la necesidad de tratar con los inmensos y polifacéticos sistemas característicos de las sociedades industriales, tales como las redes de comunicación, las fábricas, los hospitales y los ejércitos. En síntesis, la sistémica es para Bunge un campo de investigación científica y tecnológica que es de gran interés para la filosofía. Los sistemistas deben trabajar con conceptos propios de la metafísica (u ontología) como el de cambio, propiedad, tiempo y posibilidad.
Pasemos ahora a la pregunta central: ¿qué es un sistema? Bunge, en primer lugar, define un sistema como un objeto complejo cuyas partes o componentes se relacionan con, al menos, algún otro componente. Así, tenemos que un “agregado” o “ensamblado” no constituye un sistema puesto que consiste en una colección de elementos (concretos o conceptuales) que carecen de vínculos de unión, de manera que carecen de integridad o unidad. Por ende Bunge señala que todo sistema es una totalidad, pero no la inversa, puesto que, como ya señalé, un agregado de componentes independientes puede ser una totalidad, pero no un sistema
En segundo lugar, un sistema está compuesto de subsistemas, por ejemplo los cinco géneros de cosas que constituyen el moblaje del mundo señala Bunge son: las cosas físicas, sistemas químicos, bioquimiosistemas, biosistemas, psicosistemas y socio y tecnosistemas. El principal postulado de la cosmovisión sistémica, explica nuestro autor, es que todo es un sistema o parte de un sistema, en otras palabras, una cosa compuesta de cosas interrelacionadas. Como ya señalé, en el caso del universo, estaos ante lo que Bunge denomina como “sistema de todos los sistemas”. En el caso de los seres humanos, Bunge menciona los siguientes sistemas y supersistemas:
-Nivel físico: partículas elementales, campos y átomos.
-Nivel químico: moléculas y orgánulos.
-Nivel biológico: células, microsistemas, órganos, supersistemas, individuos.
-Nivel social: grupos sociales, sociedades, sistema mundial.
No es de extrañar que el sistemismo va de la mano con la sistemática o clasificación de cosas. Se denomina taxonomía a la metodología de la sistemática, esto es, a la investigación de los principios de investigación. En tercer lugar tenemos que existen tipos de sistemas básicos como los concretos y conceptuales. Los sistemas concretos se pueden dividir a su vez en naturales (átomos, sistema nervioso), sociales (escuelas, empresas, Estado) y artificiales, es decir, construidos por el ser humano, como pueden ser los autos, computadores o edificios. En virtud de los anterior, Bunge define un “sistema técnico” como un sistema social en el que se emplea de un modo destacado la tecnología avanzada. También podemos incluir los sistemas semióticos que es un sistema concreto que incluye signos que poseen un significado para alguien de aquel sistema. En lo que respecta a un “sistema filosófico”, este consistiría en lo que justamente hoy no existe en filosofía: un sistema de ideas filosóficas. De acuerdo a Bunge, la razón para construir sistemas filosóficos es que todas las ideas filosóficas importantes se presentan en grupos y atraviesan los límites de las disciplinas. A esto el autor añade que todo problema filosófico pertenece, al menos, a dos de las principales disciplinas filosóficas a saber: lógica, semántica, epistemología, ontología, ética.
En cuarto lugar tenemos que un sistema puede ser entendido por medio del análisis CEEM ( componente, entorno, estructura y mecanismo ). Expliquemos cada una de estas. La composición consiste en la colección de las partes de un sistema, por ejemplo individuos, hogares, empresas , etc. El entorno consiste en la colección de las cosas que actúan sobre los componentes del sistema o a la inversa. La estructura es la colección de las relaciones (vínculos o enlaces) entre los componentes del sistema (endoestructura), así como de estos con el entorno (exoestructura), de manera que la unión de estos dos conjuntos de relaciones se denomina estructura total. La estructura, añade Bunge, incluye no solamente aquellos vínculos que establecen una diferencia respecto de la conducta individual, sino que también las relaciones no vinculantes que puedan ser socialmente relevantes. La estructura es una propiedad de todos los sistemas, ya sean conceptuales o materiales, naturales o sociales, técnicos o semióticos. Por ejemplo, la estructura de una oración es el orden de sus distintos tipos de constituyentes: “Sócrates es un ser mora” (Sujeto-Verbo-Complemento Directo). Otro ejemplo: la estructura del ADN es la secuencia de los nucleótidos que la componen. Es importante precisar e insistir que las estructuras (así como la energía) son propiedades de los sistemas de manera que no existen estructuras en sí mismas. En pocas palabras, la estructura es siempre “estructura de…”. Tal advertencia no fue seguida por el “Estructuralismo” que colocó el énfasis en la estructura a expensas de su composición y entorno. También cita Bunge el caso de Marx y su idea del individuo como un conjunto de relaciones sociales. Caso más patológico es el del textualismo y representantes como Jacques Derrida que sustituye el estudio de personas reales por símbolos
Por último, está el mecanismo que está compuesto por los procesos internos que hacen funcionar el sistema o cambiar algunos aspectos mientras se conservan otros. Por ejemplo tenemos el amor, el aprendizaje en un colegio o el trabajo en una unidad productiva. Una precisión importante es que son los sistemas materiales los únicos que poseen mecanismos. Los mecanismo son procesos de sistemas concretos (materiales) ya sean físicos, sociales o técnicos, explica Bunge. Para comprender esto hay que tener presente la concepción de materia del autor en donde para todo “x” (x es material = posee energía), en otras palabras todas las cosas materiales son mutables, esto es, cambian y la palabra técnica que se utilizamos es la de energía. Así, la energía no es una propiedad entre muchas sino que es la propiedad universal por excelencia. Las propiedades no existen por sí mismas puesto que siempre son propiedades de un objeto, propiedades que son finitas, esenciales o accidentales e intrínsecas o relacionales. Es por ello que sólo los sistemas materiales cambian y no así los conceptuales, puesto que los conceptos no son materiales, por ende, no tienen esa propiedad que denominamos como “energía”. En palabras de Bunge:
“En contraposición, los sistemas conceptuales y semióticos, tales como las teorías y los lenguajes respectivamente, poseen composiciones, entornos y estructuras, pero no mecanismos. La razón es que la mutabilidad (o energía) es la propiedad que define la materia, ya sea física, química, viviente, social o técnica”.
Continúa explicando que los mecanismos puede ser causales o estocásticos. En relación con los primeros, tenemos que un mecanismo que es causal es uno gobernado por leyes causales, siendo el caso de un sistema social la cooperación entre dos personas (o 2 sistemas sociales) según normas definidas, aunque no necesariamente explícitas. En cuanto a los procesos estocásticos (o aleatorios) tenemos los casos tenemos las bolas que se mueven al azar en una lotería, la colisión atómica o la mutación génica (igualmente existe un componente causal, por ejemplo las bolas de la lotería son arrastradas por la gravedad y las partículas de un acelerador atómico son aceleradas por campos eléctricos y magnéticos). Ahora bien, Bunge realiza una precisión importante y es que en los estudios sociales las leyes y mecanismos son insuficientes para explicar, puesto que los hechos sociales no sólo se rigen por leyes, sino también por normas y tales normas sociales, si bien son consistentes con las leyes de la naturaleza, no son reducibles a ellas.
Un ejemplo simple de este análisis CEEM dado por Bunge es el de una familiaen donde tenemos que sus componentes son los padres e hijos (caso de una familia nuclear), el entorno corresponde al entorno físico inmediato, el vecindario, el lugar de trabajo; la estructura se encuentra constituida por los vínculos biológicos y psicológicos y el mecanismo consiste en la crianza de los hijos, encuentros maritales de diversa clase o los quehaceres domésticos. Añade el autor que si el mecanismo central se desintegra, entonces se desintegra el sistema como totalidad. Otro ejemplo dado por Bunge es el de un sistema semióticoen donde su composiciónla constituye el grupo de personas que emplean una colección de símbolos para comunicarse con los demás. El entorno es la comunidad o sociedad. Así, los sistemas semióticos no existen en un vacío social y que los símbolos representan elementos naturales o sociales. La estructura son las relaciones sintácticas, semánticas y fonológicas entre los símbolos, así como la relación entre estos y sus usuarios. Por último, el mecanismo, es la comunicación, ya sea a través del habla, la escritura o el lenguaje corporal. Un último ejemplo dado por Bunge es el deun partido político.Los componentes del partido son sus miembros desde los más históricos hasta las bases. Su entorno lo constituye la población del distrito, la provincia o el país. La estructura es la comunicación, la cooperación entre miembros, la obediencia al líder, el clientelismo y el compartir el botín. Por último, el mecanismo es el proselitismo político, las campañas puerta a puerta, reunir fondos, organizar campañas, etc.
Mario Bunge establece los siguientes 2 teoremas(consecuencia lógica de un conjunto de premisas) y 2 corolarios, a partir de 2 (de 15) postulados de su sociología sistémica: P.14: Todo sistema social debe ser analizado en su composición, entorno, estructura y mecanismo; P15: Las ciencias sociales estudian sistemas sociales:
T1: El estudio científico de un sistema social cualquiera implica la investigación (tanto empírica como teórica) de su composición, entorno, estructura y mecanismo.
T2: El estudio científico de toda sociedad humana implica la investigación (tanto empírica como teórica) de sus subsistemas biológico, económico, político y cultural.
C1: Toda explicación puramente biológica, económica, política o cultural de un sistema social es, en el mejor de los casos, sólo parcialmente cierta.
C2: Ninguna ciencia social es autosuficiente.
Regresemos a la preguntas planteadas en un comienzo. Los conceptos de sistema y sistemismo son de suma relevancia puesto se traducen en una visión de mundo. En otras palabras, el enfoque sistémico implica una ontología y una epistemología. En relación con la ontología sistémica, Bunge explica que consiste en una concepción de mundo en donde el mundo se nos presenta como un sistema de sistemas en lugar de un bloque sólido (holismo) o un agregado de individuos (atomismo). En otras palabras, el sistemismo defiende la idea de que toda cosa concreta y toda idea son un sistema o un componente de algún sistema. En lo que respecta al sistemismo epistemológico, Bunge señala nos previene de la tentación de realizar estudios reduccionistas del mundo. El reduccionismo, en palabras del autor, es aquella estrategia de investigación en virtud de la cual lo complejo se explica mejor reduciéndolo a sus constituyentes. Ahora bien, el reduccionismo no solamente opera como microreduccionismo, sino que también como macroreduccionismo (por ej: somos solamente el resultado del sistema económico imperante o de una superestructura ideológica). En su versión radical y fuerte, el reduccionismo niega las propiedades emergentes como el pensamiento (propiedad emergente de la interacción entre neuronas) o el amor (propiedad emergente producto de la relación entre dos personas).
Otro punto importante de la epistemología sistémica es la necesidad de reforzar las conexiones entre distintos campos de investigación, en otras palabras, fomentar las investigaciones interdisciplinarias. Por último, el enfoque sistémico del holismo y el atomismo que mencioné anteriormente. El holismo ontológico, en su versión radical, nos viene a señalar que la totalidad determina a las partes y que, por ende, no hace falta la investigación analítica. El holismo, añade Bunge, es una de las cosmologías primigenias y que considera que las partes se encuentran y mantienen firmemente unidas y se encuentran subordinadas al todo. Ejemplos de este cosmovisión son aquellos que defienden la idea de que la sociedad, la nación, la clase social o la “raza” precede al individuo. Como explica el autor, esta idea que la totalidad precede a sus partes es falsa y que un sistema precede a sus componentes sólo durante el proceso de descomposición y le sucede durante el proceso de síntesis o formación. No está de más señalar que no existiría una totalidad sin la coordinación previa de las partes y, por ende, intentar entender una totalidad prescindiendo de sus componentes e interacciones resulta estéril. El holismo, por lo demás, desalienta la investigación seria, el análisis y los estudio interdisciplinario. Además niega que el mundo se estructure en sistemas y subsistemas. Por otro lado, el sistemismo se opone al atomismo y su tesis de que la totalidad se encuentra contenida en las partes. Como doctrina ontológica, explica Bunge, el atomismo está aliado habitualmente con el reduccionismo.
Para finalizar, resumamos la cosmovisión sistémica de Mario Bunge en sus siguientes:
P1: Toda cosa concreta es un sistema, o bien un componente de un sistema.
P2: Todo sistema, con excepción del universo, es un subsistema de otro sistema.
P3: El universo es un sistema, a saber, el sistema tal que todas las demás cosas son componentes del mismo.
P4: En el actual estado de la evolución del universo hay cinco géneros de sistemas: físicos, químicos, biológicos, sociales y técnicos. Existe un relación de precedencia entre estos géneros de sistemas. Los componentes de un sistema poseen propiedades emergente de las cuales carecen sus componentes aislados.
P5: Cuanto más complejo sea un sistema, más numerosas serán las etapas del proceso de su ensamblaje. Esto se traduce en que los sistemas complejos pueden desintegrarse de diversas maneras y que cada una de ellas corresponde al debilitamiento de un conjunto de vínculos entre los componentes.
P6: Cuanto más complejo sea un sistema, más numerosos serán sus modos de descomposición.
Bibliografía
-Mario Bunge, A la caza de la realidad. La controversia sobre el realismo.
-Mario Bunge, Ontología II. Un mundo de sistemas.
Mario Bunge, Crisis y reconstrucción de la filosofía.
-Mario Bunge, Diccionario de filosofía.
-Mario Bunge, Filosofía Política. Solidaridad, cooperación y Democracia Integral.