10/10- Historia de Chile: de Arturo Alessandri a Carlos Ibáñez del Campo, 1920-1931 (por Jan Doxrud)

Historia de Chile: de Arturo Alessandri a Carlos Ibáñez del Campo, 1920-1931 (por Jan Doxrud)

Pasemos ahora a examinar el fin del régimen de Ibáñez producto de la depresión económica. Para comprender la crisis económica de 1929 puede leer mis ARTÍCULO 1ARTÍCULO 2 al respecto. Patricio Meller nos recuerda que el informe de la Liga de las Naciones demostró que Chile fue el país más golpeado por la Gran Depresión. Meller, tomando como referencia el promedio de los años 1927-1929, explica que la situación económica de Chile en 1932 era la siguiente: el PGB cayó en un 38,3%, el nivel de exportaciones se redujo en 78,3% mientras que las importaciones en un 83,5%., los volúmenes de exportación de nitrato y cobre cayeron en casi un 70% y en lo que respecta a los precios internacionales de estos productos, se redujeron en cerca del 60% y 70% respectivamente. Por su parte, Sofía Correa añade que el valor de las exportaciones chilenas en 1932 sólo llegó al 12% de lo que se exportaba en 1929. Así, de 2.293 millones de pesos oro que se exportaba en 1929 se bajo a 282 millones en 1932. A esto se suma la paralización de los préstamos que recibía Chile de los Estados Unidos, lo que se tradujo que de los 443 millones de pesos recibidos en 1929 se pasara a 22.4 millones y a cero en 1933.

Todo esto se tradujo en un masivo desempleo en la minería. Correa señala que de los 91.000 obreros que trabajaban en este sector hacia fines de 1929, sólo quedaban 31.000 hacia fines de 1931 La producción industrial cayó un 25% en 1931 y las exportaciones agrícolas cayeron un 86% entre 1929 y 1932. Eduardo Ortiz cita el informe del estado de la hacienda pública realizada por Blanquier en 1931. En esta se señalaba que la deuda externa e interna del país ascendía a $2.909.704.714 y la suma total de la deuda era de $4.576.970.359, lo que se traducía en un pago anual de intereses y amortizaciones de $ 311 millones. Para el gobierno esto fue literalmente quedarse sin bencina para seguir conduciendo el coche, de manera que había que adoptar medidas de austeridad: reducir el gasto público. Ibáñez recibió en 1931 poderes de emergencia por parte del Congreso con los cuales pudo reducir los salarios del personal de la administración civil del Estado y de las Fuerzas Armadas. Como explica Ortiz, Pedro Blanquier aceptó organizar un nuevo gabinete bajo las siguientes condiciones que Ibáñez aceptó:

a) Reducir el número de carteras.

b) Libertad absoluta de acción para la constitución del gabinete.

c) Restablecimiento del régimen constitucional y de las libertades públicas.

d) Reducción del gasto fiscal.

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De esa manera quedo articulado el “Gabinete de la Confianza Pública” que no tendría larga duración debido a las diferencias con Ibáñez. Las medidas de austeridad sólo vino a agudizar la paralización, la cesantía. Además el levantamiento de la censura incentivó a que resurgieran las protestas y la oposición. Por ejemplo, hubo una toma estudiantil de la Universidad de Chile, el Presidente del Centro de Derecho de la misma Universidad, tras una asamblea también se mostró crítico del régimen. Lo mismo hicieron la FOCH y el Partido Comunista, así como la pequeña burguesía que jugó un rol central en el derrocamiento de Ibáñez por medio de paralizaciones. Este fue el caso de la Unión Civilista que logró movilizar a los médicos y paralizar sus actividades (tras una asamblea libre citada por Sótero del Río y Julio Bustos) La situación del país no mejoró con las medidas tomadas tales como controles de precios, feriado bancario, cuotas de importación, controles de exportación, controles cambiarios, etc.

Por su parte, Alessandri aprovechó la ocasión para hacer un campaña, desde París, en contra de Ibáñez y lograr desincentivar inversiones en Chile. Ortiz cita las palabras de Pablo Ramírez, quien se había dirigido a París para obtener, infructuosamente, nuevos créditos. Ramírez culpaba a los expatriados de París de impedir que Ibáñez y sus agentes obtuvieran empréstitos lo cual habría agravado la situación económica del país. En 1931 Ibáñez hizo expulsar a los 5 hijos de Alessandri quienes se reunieron en Buenos Aires con otros deportados. El mismo Arturo Alessandri decidió continuar su oposición a la dictadura de Ibáñez desde la capital argentina.

Antes la ola de protestas Ibáñez podía optar por descansar en el Ejército, pero arriesgar una espiral de violencia o renuncia. Finalmente Ibáñez optó por esto último y entregar el poder al presidente del Senado, puesto que al no haber Ministro del Interior (todo el gabinete había renunciado), le correspondía (de acuerdo al Artículo 66º de la Constitución) asumir la Presidencia al presidente del Senado Pedro Opazo Letelier. 

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Ibáñez y los Derechos Humanos

Quisiera cerrar con el tema de los Derechos humanos durante el régimen de Ibáñez. Felipe Portales se refiere a lo que califica como violación sistemática de diversos DDHH durante este período. En primer lugar Ibáñez recurrió al espionaje para estar al tanto de lo que acontecía en sindicatos, mancomunales y mutuales. También ejerció u fuerte control de los medios de comunicación y la supresión de la prensa obrera anarquista y comunista. Se interfirieron las radiotransmisoras críticas hacia Ibáñez, se violó la correspondencia mediante la instrumentalización política de la Dirección General de Correos y Telégrafos.

También se impuso un control sobre los contenidos de los espectáculos públicos así como también sobre el cine. También se empleó sistemáticamente la represión contra la oposición por medio de detenciones, relegaciones y exilios. Algunos destinos de estas relegaciones fueron la Isla de Más Afuera (Alejandro Selkirk), Isla de Pascua y Calbuco. También Portales habla de vejaciones y torturas. Interesante son los 4 detenidos desaparecidos citados por Portales. Por ejemplo, está el caso de un dirigente sindical español de nombre Casimiro Barrios Fernández . Este hombre debía ser llevado a la frontera con Perú (había sido expulsado del país) por agentes de investigaciones, pero nunca más se supo de su paradero.

La caída de Ibáñez no significaría un regreso inmediato a la democracia y el Estado de Derecho, puesto que se le seguiría un breve período de inestabilidad e incluso el establecimiento del primer experimento de una República Socialista en Chile. Finalmente se regresaría a una cierta normalidad con el regreso de Alessandri, quien triunfaría en las elecciones presidenciales. 

 

Bibliografía 

Adolfo Ibáñez Santa María, Historia de Chile (1860-1973)

Simon Collier y William Sater (1808-1994)

Edgardo Boeninger, Gobernabilidad. Democracia en Chile.

Patricio Silva. En el nombre de la razón. Tecnocracia y política en Chile.

Sofía Corra et al, Historia del Siglo XX chileno

Iván Jaksic y Juan Luis Ossa (Ed.), Historia política de Chile, 1810-2010. Tomo I. Prácticas políticas.

Patricio Meller, Un siglo de Economía Política chilena (1890-1990)

Eduardo Ortiz, La Gran Depresión. 1929, impacto en Chile.

 

Documentos sitio web Memoriachilena

Arturo Alessandri Palma, Recuerdos de Gobierno, Adminsitración 1920-1925 (Tomo I)

René Millar Carvacho, La elección presidencial de 1920

Jorge Rojas Flores, La Dictadura de Ibáñez y los sindicatos (1927-1931)

René Millar Carvacho, Significados y antecedentes del movimiento militar de 1924.

Patricio Bernedo, Prosperidad económica bajo Carlos Ibáñez del Campo, 1927-1929. Historia Volumen 24, Instituto de Historia PUC (1989) 

Boletín de las Leyes i Decretos del gobierno, Libro XCVI (1927)