(III) El Manifiesto Comunista (por Jan Doxrud)
En el siglo XXI se hace difícil saber a que nos referimos con clase trabajadora. ¿Quién es ahora el agente de cambio que logre la transición hacia una sociedad más justa y equitativa? En el documental “Max reloaded” Slavoj Žižek señala que la definición de proletariado ha cambiado y ya no corresponde a la clase obrera. Por su parte, Antonio Negri agrega que la explotación de la fuerza de trabajo no corresponde solamente a la explotación de los trabajadores fabriles sino que a la explotación de los trabajadores a lo largo de toda la sociedad: el trabajador intelectual, incluyendo la esfera de las artes y cine entre otras. El concepto de proletario y junto a este, el de explotación y lucha de clases, se ha vuelto problemática con el fenómeno de la terciarización que tiene como consecuencia una transformación económica y social que se puede apreciar por la alta concentración de la población en el sector terciario, lo que lleva a autores a hablar de una era posindustrial. Los grandes magnates ya no son los Rockefeller, Rothschild, J. P Morgan, sino que son Carlos Slim, Bill Gates, Warren Buffet o Lawrence J. Ellison.
La época de la burguesía, leemos en el Manifiesto:
“se distingue…por haber simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más, en dos grandes campos enemigo, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado. La burguesía ha progresivamente aumentado su poder con eldescubrimiento, conquista y explotación de nuevos continentes, los mercados de India, China y la colonización de América. Esto, junto al “intercambio con estos mercados, la multiplicación de los medio de cambio y de las mercancías en general imprimieron alcomercio, a la navegación y a la industria un impulso hasta entonces desconocido y aceleraron, con ello, el desarrollo del elemento revolucionario de la sociedad feudal en descomposición”[1].
La manufactura vino a reemplazar a la organización feudal y gremial que no podía continuar satisfaciendo la demanda y la división del trabajo entre las distintas corporaciones, fue reemplazada por la división del trabajo al interior del mismo taller. El desarrollo y masificación de los nuevos medios de transporte repercutió en el auge de la industria, abarató los costos de transportes y aumentó el flujo de mercancías y, a medida que esto sucedía, “desarrollábase la burguesía, multiplicando sus capitales y relegando a segundo término atodas las clases legadas por la Edad Media”[2]. La burguesía moderna era el resultado de un proceso de desarrollo de revoluciones en el modo de producción y relaciones de producción. Con cada revolución, la burguesía progresaba políticamente, llegando a conquistar el poder político en el Estado tras el establecimiento de la gran industria y el mercado universal. Para los autores, el gobierno del Estado representaba una junta que administra los negocios comunes de la burguesía. Lo relevante es el importante rol de la burguesía debido a su carácter revolucionario.
“Donde quiera queha conquistado el poder, la burguesía ha destruido las relaciones feudales, patriarcales, idílicas…Ha ahogado el sagrado éxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco y el sentimentalismo del pequeño burgués en las aguas heladas del cálculo egoísta. Ha hechode la dignidad personal un simple valor de cambio…En una palabra, en lugar de laexplotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una explotación abierta, descarada, directa y brutal”[3].
La burguesía no existe sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción y todas las relaciones sociales. La burguesía tiene un proyección universalista, no se contenta con el dominio local. “Necesita anidar en todas partes, establecerse en todas partes, crear vínculos en todas partes”[4]. Esto es inevitable que así sea, ya que la burguesía ha dado un carácter cosmopolita a la producción, “ha quitado a la industria su carácter nacional”[5]. Las nuevas industrias explotan la periferia, traen sus materias primas desde regiones lejanas, estas últimas crean nuevas necesidades que no pueden ser satisfechas por el mercado nacional. Se va perfilando así un mundo cada vez más globalizado:
“En lugar del antiguo aislamiento y de la amargura de las regiones y naciones, se establece un intercambio universal, una interdependencia universal de las naciones. Y esto se refiere tanto a la producción material como a la intelectual”[6].
La burguesía lo absorbe todo, hasta las naciones más bárbaras son arrastradas hacia la civilización, que no es más que hacerse burgués, forjando de esta manera la burguesía, un mundo a su imagen y semejanza. Otro fenómeno es el sometimiento del campo a la ciudad. Las urbes crecen, succionando población proveniente de zonas rurales. Marx se refiere a la sustracción de la idiotez de la vida rural. De acuerdo a Hobsbawm, se ha exagerado mucho esta frase, sin tener en cuenta que el lenguaje del Manifiesto dejó de ser el de sus lectores. De esta forma, con “idiotez rural”, hace referencia a la estrechez de miras o al aislamiento del resto de la sociedad en el que vive la gente del campo. Hobsbawm rescata e l significado de esta palabra que hace referencia a una persona que se preocupa por sus asuntos privados y no por los de la comunidad.
El fraccionamiento de los medios de producción, de la propiedad y la población, han sido suprimidos por la burguesía, la cual ha centralizado los medios de producción y ha concentrado la propiedad en manos de unos pocos. El uso de las nuevas tecnologías y el sometimiento de la naturaleza, hace que la profecía baconiana se cumpla con rapidez. Se intensifica cada vez más el empleo de nuevas maquinarias, ferrocarriles, barcos a vapor, el telégrafo eléctrico y la aplicación de la química a la industria y la agricultura. Marx compara a la burguesía con un mago quien ha desencadenado un conjuro que no es capaz decontrolar. Ejemplo de esto son las numerosas crisis comerciales, que no destruyen solamente parte de los productos elaborados, sino que también a las fuerzas productivas ya creadas. “Durante las crisis, una epidemia social, que en cualquier época anterior hubiera parecido absurda, se extiende sobre la sociedad: la epidemia de la sobreproducción”[7]. Existe demasiada civilización, industria y comercio. Las relaciones burguesas ya no pueden contener tal riqueza en su interior, por lo que a la pregunta que plantea Marx es sobre cómo vence la burguesía esta crisis. A lo anterior responde:
“De una parte, por la destrucción obligada de una masa de fuerzas productivas; de otra , por la conquista de nuevos mercados y la explotación más intensa de los antiguos…Preparando crisis más extensas y más violentas y disminuyendo los medios de prevenirlas”[8].
Ahora cabe preguntar ¿quién es el sepulturero de la burguesía? La burguesía ha creado no solamente las armas que le darán muerte, sino que también a los hombres que realiarán eso: el proletariado.
[1] Karl Marx y Friedrich Engels, El manifiesto comunista, 156-157.
[2] Ibid., 157.
[3] Ibid., 158.
[4] Ibid., 159.
[5] Ibid.
[6] Ibid., 159-160.
[7] Karl Marx y Friedrich Engels, El manifiesto comunista, 161.
[8] Ibid., 162.