15/22-La teoría económica de John Maynard Keynes (por Jan Doxrud

15) La teoría económica de John Maynard Keynes (por Jan Doxrud)

Pasemos ahora con la critica del liberalismo, específicamente de los adherentes a la  Escuela Austriaca de Economía. Comencemos con uno de sus fundadores: Ludwig von Mises.  En sus lecciones dada en la Universidad de Buenos Aires en 1959 señaló que Keynes fue un integrante más de la larga lista de inflacionista del siglo XX que tuvieron en común, entre otras cosas, la crítica al sistema de patrón oro. Añadía que Keynes, en su “TG”, elevó las medidas de emergencia implementadas entre 1929 y 1933   a la “categoría de principio y de fundamental sistema de política”.  

En su libro de 1952, “Planificación para la Libertad”,  Mises también destina varios párrafos para criticar a Keynes a quien tilda de “nuevo profeta inflacionario” del gobierno británico. En cuanto a la obra de Keynes, Mises asevera que esta no es más que una adhesión a las ideas del economista argentino-alemán S ilvio Gesell (1862-1930), del cual a su vez  “adoptó también la peculiar jerga mesiánica de la literatura inflacionista”. De hecho Keynes hace varias veces referencia a este autor especialmente en el capítulo 23 (parte VI). Keynes describe a Gesell como un hombre con tintes proféticos que intentó instaurar un socialismo antimarxista y anti laissez-faire. Añadía Keynes que el porvenir aprendería más de Gesell que de Marx.

30313510085.jpg

Regresando a Mises, el austriaco hace una precisión y es que lo que Keynes tomó prestado de Gesell no fue el contenido de su doctrina sino que las “conclusiones prácticas y las tácticas que aplicaron para socavar el prestigio de sus oponente”. Tales estratagemas Mises las ordena como sigue:

 a) “Todos los adversarios, es decir, todos aquellos que no consideran la expansión artificiosa del crédito como una panacea, son colocados en el mismo paquete y llamados  ortodoxos”.

b)  “Se da por sentado que la evolución de la ciencia económica culminó en Alfred Marshall y finalizó con él. Los hallazgos de la moderna economía subjetiva no son considerados” (principalmente a los aportes de Menger”).

c) “Todo lo que los economistas han hecho desde David Hume hasta nuestros días para esclarecer los resultados provenientes de cambios en la cantidad de moneda y en la de sustitutos de la moneda, es simplemente ignorado. Keynes nunca se abocó a la "inútil" tarea de refutar estas enseñanzas a través del raciocinio”.

Ludwig von Mises es parte de la Escuela Austriaca de Economá

Ludwig von Mises es parte de la Escuela Austriaca de Economá

Para Mises, la “TG” de Keynes vino a transformar en una suerte de sustento ideológico para la causa progresista que abogaba por la idea de que la desocupación podía remediarse por medio del estímulo de la “demanda efectiva” de Keynes, por medio del  gasto público financiado por la expansión del crédito y la inflación. Sin embargo, Mises señalaba que el modelo keynesiano, a pesar de tener fervientes defensores, estaba llegando a su fin, al menos en Estados Unidos (donde se exilió el economista tras la invasión nazi) y Gran Bretaña:

“Pero ahora las consecuencias inevitables del aumento en la cantidad de moneda y de depósitos se han hecho evidentes: los precios son cada vez más altos. Lo que hoy presenciamos en los EE.UU. es el fracaso final del keynesianismo”.

Ahora bien Mises se muestra mesurado y no culpa a Keynes de todos los problemas, por ejemplo, la política suicida de Inglaterra durante el período de entreguerras, así como los fracasos de las políticas económica y financiera seguidas por Gran Bretaña en la década de 1950. En suma, de acuerdo al economista austriaco, Gran Bretaña había abandonado el liberalismo antes de que Keynes se pusiera a escribir, gracias a la influencia de personajes como el socialcristiano John Ruskin (1819-1900) y del socialista (para otros protofascista) Thomas Carlyle (1795-1881).

CR__TICA_DEL_INT_4c08e5d6e50b8.jpg

Continuemos ahora con las observaciones de  Henry Hazlitt (1894-1993), periodista y escritor especializado en materias relacionadas con economía. Hay que señalar que Hazlitt, además de ser un liberal clásico, era también cercano a la Escuela Austriaca de Economía. En su libro “Los errores de la nueva Ciencia Económica. Un análisis de las falacias keynesianas” (1959), el autor comienza destacando la figura de Keynes, aseverando que era el más famoso economista del siglo XX, que su “TG” era “el libro de economía más influyente de la era actual, tanto en el aspecto teórico como en el de la política económica”. Añadía Hazlitt que lo anterior era reconocido tanto por sus admiradores y discípulos, como por sus más agudos críticos. 

En lo que respecta a las críticas  mencionaré solo algunas de las muchas presentes en su libro, de manera que no revisaré el libro de Hazlitt en detalle. Hazlitt se lamenta sobre la escasez de crítica a la obra de Keynes, existiendo solo artículos breves,  algunas pocas páginas a modo de paréntesis, mientras que otros autores adoptaban una postura de retirada, en el sentido de que una crítica no valía la pena puesto que la obra del inglés se desmoronaría a causa de sus propias contradicciones. Pero Hazlitt considera de suma importancia llevar a cabo una crítica seria, puesto que la refutación constituía “un importante método no solo para defender, exponer y aclarar las verdades conocidas, sino también para avanzar hacia nuevas verdades y hacia un conocimiento más profundo”. 

Henry Hazlitt

Henry Hazlitt

En cuanto a la crítica propiamente tal, Hazlitt no se va con rodeos y de entrada plantea que ha sido incapaz de encontrar en la obra de Keynes una sola doctrina importante que sea a la vez cierta y original. Explica que lo que es original en la “TG” de Keynes no resulta ser cierto, y aquello que es cierto no es original. A esto añade que  mucho de lo que hay de falso en la obra de Keynes no es original, “sino que puede ser hallado entre los trabajos de escritores anteriores”.  Uno de los conceptos utilizados de manera imprecisa por Keynes, señala Hazlitt, es el de “economía clásica”. 

El resultado de esto es una distorsión del concepto ya que Keynes presenta las doctrinas económicas anteriores a la publicación de su libro como si fuesen homogéneas. En otras palabras, Keynes no es capaz de reconocer la influencia de los marginalistas como Menger (1840-1921), Böhm-Bawerk (1851-1914), Irving Fisher(1867-1947), John Bates Clark (1847-1938), etc. Así, Keynes simplemente borra de un plumazo las diferencias entre distintas escuelas de economía de manera que todas quedan engullidas bajo el rótulo de “economistas clásicos”. La consecuencia de lo anterior es que el armazón de referencia es limitado y parece ser que no fue capaz de ir más allá de las obra de Marshall y Pigou y del círculo de Cambridge.

Otro punto débil de la obra de Keynes es su falta de organización así como también el uso de un lenguaje que oscurece las ideas. Por lo demás Keynes, desde el comienzo, se escudaba ante cualquier crítica e incomprensión de su obra utilizando el  argumento  ad hominem  de que tales personas estarían aun muy aferradas a la “teoría clásica”. Pero esta  nos sería la única falacia lógica utilizada por Keynes, puesto que Hazlitt advierte otra y es que Keynes, para desacreditar una doctrina, tiende a exagerar, es decir, crea el famoso “ hombre de paja”. Por ejemplo Hazlitt cita aquellas palabras de Keynes en donde critica la idea de que el paro en Estados Unidos en 1932 se se debiera a la obstinada posición de los trabajadores de negarse a cualquier reducción de sus salarios nominales. Frente a esto Hazlitt responde que ningún economista podría afirmar de manera reduccionista que la causa de la crisis y posterior depresión fuesen unos tipo de salarios excesivos. Esto sería obviar el carácter complejo de la crisis de 1929 y la posterior depresión en donde intervinieron varios factores, de manera que estamos ante una causa necesaria pero no suficiente. 

Artículos complementarios

La Crisis económica de 1929 y la Gran Depresión (I) (por Jan Doxrud)

La Crisis económica de 1929 y la Gran Depresión (II) (por Jan Doxrud)

Crisis subprime: ¿de qué estamos hablando? (por Jan Doxrud)

La turbulencia económica mundial de 1973 (por Jan Doxrud)

PIB potencial, crecimiento potencial: ¿de qué estamos hablando? (por Jan Doxrud)

Teoría cuantitativa del dinero: ¿de qué estamos hablando? (por Jan Doxrud)

Adam Smith 1 (economía): división del trabajo, egoísmo y complejidad (por Jan Doxrud)

Adam Smith 2 (economía): Los Precios (por Jan Doxrud)

Adam Smith 3 (economía): El Capital (por Jan Doxrud)

John Stuart Mill (1): Economía Política y Capital (por Jan Doxrud)

John Stuart Mill (1): Economía Política y Capital (por Jan Doxrud)

John Stuart Mill (3): Dinero, crédito y precios (por Jan Doxrud)

Karl Marx (1, El Capital): mercancía, trabajo y valor (por Jan Doxrud)

Karl Marx (2, El Capital): circulación de las mercancías (por Jan Doxrud)

Karl Marx (3, El Capital): Transformación del dinero en capital: fetichismo, la teoría del valor trabajo y el surgimiento del capitalista (por Jan Doxrud)

Karl Marx (4, El Capital): teoría del valor trabajo y proceso de valorización (por Jan Doxrud)

Karl Marx (5, El Capital): capital constante, capital variable y plusvalía (por Jan Doxrud)

Karl Marx (6, El Capital): Concentración, Centralización y la Composición orgánica del capital (por Jan Doxrud)

Karl Marx (7, El Capital): Revolución Industrial y maquinismo (por Jan Doxrud)

Karl Marx (8, El Capital): Tendencia decreciente de la tasa de ganancia y el colapso del capitalismo (por Jan Doxrud)

(I) Carl Menger y la refutación de la teoría del valor marxista (por Jan Doxrud)

(II) Carl Menger y la refutación de la teoría del valor marxista (por Jan Doxrud)

Reseña: dos libros sobre delirios financieros (por Jan Doxrud)