9/13-Cuba: de la revolución a la dictadura (por Jan Doxrud)

9) Cuba: de la revolución a la dictadura (por Jan Doxrud)

 A Urrutia le siguió otro presidente:  Osvaldo Dorticós, un político proveniente de una familia adinerada pero de tendencia comunista. Dorticós sería Presidente hasta el año 1976, mientras que Castro permanecería como Primer Ministro. Sobre estos eventos comenta Huber Matos:

“El nuevo presidente de la República, Osvaldo Dorticós, es un incondicional del comandante.  Para los cuatro o cinco hombres que estamos alerta, si no se logran los contrapesos necesarios con urgencia, la Revolución caerá en el abismo. La mayoría de los miembros del Movimiento 26 de Julio da señales de inquietud pero se mantiene a la expectativa”,

Pero el tema del comunismo no quedó aquí, puesto que otra influyente figura, Huber Matos, decidió renunciar a su cargo. Como comenta Carlos Franqui, Matos, exiliado en Costa Rica, había aterrizado en la Sierra Maestra en 1958, haciéndose cargo de la columna 9. Matos era uno de los pocos comandantes no fidelistas y que, además, no era ni comunista ni moncadista. Pero ante el avance y la infiltración comunista, decidió poner fin a su participación en la revolución, puesto que la otra opción era tomar medidas violentas contra ellos en Camagüey.

Huber Matos

Huber Matos

En su declaración, Matos señalaba que no quería convertirse en un obstáculo para la Revolución y que entre adaptarse o dimitir, prefería optar por la segunda alternativa. También advertía a Fidel que “los grandes hombres empiezan a decaer cuando dejan de ser justos”.  Pudiendo haberse resistido, Matos se entrego sin lucha ante su camarada Camilo Cienfuegos. 

Matos relata cómo fue este episodio. En primer lugar señala que la idea de Fidel era que, al enviar a Camilo Cienfuegos a arrestarlo, se generara un combate que terminara por acabar con ambos (o al menos uno de ellos), de manera que Matos evitó este derramamiento de sangre entregándose sin resistencia. Añade Matos que sostuvo una conversación con Cienfuegos, en donde este último le poder perdón porque tenía la orden de arrestarlo. Ambos hombres abordaron el tema de la gradual infiltración de los comunistas en la revolución, respecto a la cual mantenían una misma postura. Finalmente Matos le señaló a Cienfuegos que cumpliera con su orden e hicieran como si nunca hubiesen tenido el diálogo sobre la amenaza comunista.

Poco después  Camilo Cienfuegos (1932-1959), tras su regreso de Camagüey, fallecería en un accidente de avión y cuyo cuerpo nunca sería recuperado. Huber Matos piensa que pudo haber sido asesinado por Fidel ya que Camilo representaba un a figura muy carismática que le hacía sombra y, además, era visceralmente odiado por Raúl Castro.  

Camilo Cienfuegos

Camilo Cienfuegos

También podía darse la posibilidad de que no estuviese de acuerdo con el juicio que se iniciaría contra Matos, por lo que podrían generar divisiones internas. En palabras de Matos: 

“Seguramente lo que más les preocupaba a Fidel y a Raúl es que no estaban seguros de cuál sería la conducta de Camilo en mi juicio. De Camilo ellos podían esperar una sorpresa. Ahora ha desaparecido un compañero de liderazgo revolucionario que era un estorbo y un competidor en potencia”.

Huber Matos sería juzgado y condenado a 20 años de cárcel, de manera que Fidel se deshacía de una importante figura anticomunista, lo mismo sucedía con el carismático Camilo Cienfuegos. 

Castro continuó con las expropiaciones y aplicando una reforma agraria que no estaba dando resultados fructíferos a pesar de las asesorías que recibió, como por ejemplo, del chileno Jacques Chonchol y del economista Albán Lataste. En diciembre de 1959 se abolió a Santa Claus y los árboles de Navidad (se prohibió su importación). Como señala Hugh Thomas, esta fantasía protestante del imperialismo fue sustituida por Don Feliciano quien llevaba una guayabera, un sombrero de paja y barba. El gobierno, como señalé más arriba, comenzó a purgar ciertas instituciones de elementos no deseados. Por ejemplo se purgaron los sindicatos de los seguidores del sindicalista  Eusebio Mujal (1915-1985).  Como explica Thomas, el método era “brutalmente simple”: mediante encerronas, falsas acusaciones, expulsión. 

Camilo Cienfuegos (Plaza de la Revolución)

Camilo Cienfuegos (Plaza de la Revolución)

El mismo método fue aplicado en los sindicatos de artistas,en la Federación de Obreros Metalúrgicos y la prensa. En este último caso la prensa no revolucionaria como “Diario de la Marina”, “Prensa Libre” y “Avance” fueron sometidas a fuertes presiones y hostigamientos. Pero el problema es que el colegio de Periodistas y el Sindicatos de Artes Gráficas (quienes imprimían) ya habían sido intervenidas por los partidarios de la revolución. Las próximas víctimas serían Abel y Goar Mestre, propietarios de la emisora de la CMQ, y finalmente el gobierno clausuraría “El Diario de la Marina” y “Prensa Libre”

Para ese entonces,  Estados Unidos  aun no manifestaba hostilidad al nuevo gobierno, pero esto comenzaría gradualmente a cambiar con el acercamiento de castro a la URSS, especialmente cuando el influyente hombre del Kremlin,  Anastas Mikoyan (1895-1978),  visitó la isla y terminó en un acuerdo comercial. Siguiendo a Hugh Thomas, la URSS compraría 425 mil toneladas de azúcar a Cuba en 1960 y 1 millón de toneladas anuales en los 4 años siguientes. Junto a esto, la URSS prestaría 100 millones de libras a Cuba durante 12 años al 2,5% y prestaría ayuda técnica para construir fábricas y desecar marismas. Así tenemos que mientras la URSS compraba el azúcar cubano a precios de mercado, Estados Unidos hacía lo mismo pero a precios 3 veces más caros. 

Mikoyan y Castro

Mikoyan y Castro

Aun así, el gobierno estadounidense no sobre-reaccionó ante esto, puesto que un acuerdo comercial no dignificaba que Cuba se inclinara hacia el comunismo. El quiebre final se daría en febrero-marzo de 1960 por desavenencias en relación con los términos de intercambio comercial. Para añadir más tensión ocurrió un hecho fortuito que fue la explosión de un buque de carga francés que transportaba 76 toneladas de material de guerra ante lo cual Castro acusó, sin pruebas, a Estados Unidos. Ese mismo año el Senado autorizó al Presidente Eisenhower a reducir el cupo de azúcar cubano si era necesario. En palabras de Eisenhower esto no era una medida de represalia sino que era un modo de garantizar de que Estados Unidos tuviera el azúcar que necesitara. En julio, el gobierno redujo el cupo de Cuba en 700 mil toneladas. 

Como explica Rafael Rojas, para septiembre de 1960 el gobierno había decidido nacionalizar toda la banca estadounidense, incluyendo las sucursales y agencias de The First National City Bank of New York, The First National City Bank of Boston y The Chase Manhattan Bank. Añade el mismo historiador cubano  que el golpe final de ese primer ciclo de nacionalizaciones vendría con la expropiación forzosa de 105 ingenios azucareros, 18 destilerías, 6 compañías de bebidas alcohólicas, las principales empresas de jabones y perfumes, derivados lácteos, fábrica de chocolates, molinos de harina, productoras y distribuidoras de envases, pinturas, químicos, metalurgia básica, papelerías, lámparas, 61 empresas de textiles y confecciones, 16 molinos de arroz, 47 almacenes de víveres, tostaderos de café, droguerías, 8 empresas de ferrocarriles, las imprentas, los cines, las constructoras, medianas y pequeñas compañías de electricidad y 13 operadoras marítimas y portuarias. 

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Como bien señala Rojas esta oleada de nacionalizaciones no estaba contemplada en ninguno de los programas políticos del Movimiento de julio o de cualquier otra organización antibatistiana. El 13 de octubre Eisenhower anunció que quedaban completamente prohibidas todas las exportaciones hacia Cuba, excepto las de medicinas y algunos productos alimenticios.

A esto hay que añadir que sería bajo el gobierno Eisenhower que se prepararía la desastrosa invasión a Bahía de Cochinos (llevada a cabo en abril de 1961), costo que tendría que asumir el Presidente Kennedy, aunque como se había mostrado a favor de una intervención antes de llegar a la presidencia. En suma, el año 1960 marcaría el quiebre de relaciones de Estados Unidos con Cuba y al Iglesia Católica cubana publicaría una serie de cartas pastorales denunciando el giro hacia el comunismo que había tomado la revolución. 

Sería el 15 de abril de 1961 cuando Fidel Castro el carácter socialista de la revolución. Fidel Castro permanecería como Primer Ministro desde 1959 hasta 1976. Sería bajo Kennedy el comienzo del embargo a Cuba dando inicio así a lo que se conocería como el falso “bloqueo” a Cuba, que nos presenta la idea de una isla amurallada que no puede comerciar con los demás países. No debe sorprender el anterior giro ideológico tomado por Castro.

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Como señala Hugh Thomas, Fidel ya era un revolucionario y nacionalista antes de ser comunista y, más interesante aún, él nunca tuvo ningún cuerpo de principios firmemente organizado. Lo anterior se prestaba para que Castro se transformara en un verdadero camaleón ideológico. De hecho, como afirma el mismo historiador británico, el régimen de Castro posee rasgos muy propios del fascismo. Por ejemplo, tenemos el culto desmedido al líder, el sentido de decadencia y la necesidad de una regeneración humana y moral, la exaltación de la violencia, la denigración del liberalismo, el capitalismo (de propiedad privada y libre mercado) y la denigración de la “democracia burguesa”. 

Por su parte,  Juanita Castro, hermana menor de Fidel, señala que él nunca fue marxista-leninista, así como tampoco lo fue la revolución. Así, en opinión de su hermana, esto fue un acto teatral y que tuvo como objetivo perpetuarse en el poder. Y esto tiene sentido aunque, considerando la megalomanía de Fidel, ni siquiera una ideología podía estar por encima de su persona, es por ello que sería mejor hablar de “castrismo” o “fidelismo”, como una fase “superior del socialismo”. Por su parte el líder guerrillero (traicionado por Castro),  Huber Matos,  señala que cuando se enteró desde la cárcel de la nueva posición ideológica de Castro, simplemente lo tomó como que Fidel se había quitado la máscara. A esto añade el mismo Matos:

“El país está ya sometido a un control totalitario. Con el pretexto de defender la revolución, Castro ha hecho desaparecer las libertades públicas y todo vestigio de garantías ciudadanas. La mordaza, la delación, la prisión política y el paredón se imponen como instrumentos del terror revolucionario”.

A continuación añade el mismo Matos:

“No creo en el marxismo de Fidel Castro. Es un ardid mentiroso para perpetuarse en el poder y manejar a su antojo el país. Con el mismo propósito se habría declarado fascista si el modelo de Mussolini y Hitler estuvieran de moda”.

https://www.xlsemanal.com/personajes/20091128/juanita-castro-fidel-cuba.html

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