6/13-Cuba: de la revolución a la dictadura (por Jan Doxrud)

6) Cuba: de la revolución a la dictadura (por Jan Doxrud)

Como explica Rafael Rojas – y regresando a “La historia me absolverá” – tenemos que la mayor parte de este escrito apela al pasado cubano y se dedica a justificar el derecho de rebelión bajo un orden de facto como el de Batista. Para ello, Castro apeló a una larga lista de autores del pensamiento jurídico y político de Occidente: Santo Tomás, Lutero o Juan de Mariana entre otros. Junto a esto Castro, basándose en las lecturas del académico de derecho de la Universidad de La Habana, Ramón Infiesta, diferenciaba entre una Constitución política y una jurídica. En el caso de Cuba, los estatutos constitucionales solo habían impuesto una nueva Constitución “jurídica”, pero la Constitución “política” – la de 1940 – continuaba siendo la vigente y es la que hacía de Cuba una sociedad democrática. 

Añade el Rojas que, si bien el documento hacía referencia a personajes como Martí y Chibás, lo cierto es que este escrito no hacía mayor énfasis en la afiliación ortodoxa de los revolucionarios. Esto marcaba una diferencia con un documento escrito días antes, el Manifiesto Moncada, en donde sí se aprecia una genealogía ideológica y política precisa, apunta Rafael Roja. Por su parte, Hugh Thomas explica que Castro en “La historia me absolverá” hacía omisión de otros problemas que azotaban a la isla como al presencia de negros y el racismo existentes . De acuerdo a Thomas, uno podría haber leído tal escrito sin enterarse de que en Cuba hubiese población negra.

3693.jpg

En palabras del hsitoriador británico una razón plausible sería la siguiente:

“(…) Castro sabía que Batista era bastante popular entre los negros y los mulatos. Este apoyaba sólidamente a varias sectas afrocubanas. Los soldados negros que capturaron a algunos de los partidarios de Castro negros o mulatos en la época de Moncada les reprocharon que siguieran a un jefe blanco que estaba en contra de Batista, el amigo de los negros”.

Otro punto que destaca Thomas sobre el contenido de la retórica de Castro es que no atacaba a Estados Unidos de manera signifcativa, al menos, no mas que los demás políticos nacionalistas cubanos. También atacaba la pasividad de la oposición, lanzando críticas al Colegio de Abogados, la FEU (universitarios) y al Movimiento Juvenil Ortodoxo que había atacado al  movimiento de Castro por ser destructivo. A esto, Thomas añade otras reflexiones de Castro que versaban sobre la jefatura revolucionaria. Aquí, Fidel hacía referencia a que el número excesivo de personalismos constituían un obstáculo para la integración de la oposición. Junto a esto Castro destacaba la importancia de la unidad, la disciplina y la ideología. En aplabras de Castro:

“No se puede organizar un movimiento en el que todo el mundo cree que tiene derecho a hacer declaraciones públicas sin consultar a nadie. Tampoco se puede esperar nada de una organización llena de hombres anárquicos que, ante la primera dificultad, toman el camino que consideran mejor, descomponiendo y destrozando el vehículo. La organización y el dispositivo de la propaganda han de ser tan poderosos que destruyan implacablemente a todo el que intente crear divisiones, camarillas, cismas (…)”.

e673f748a18966f18a0d8476bdcecda7.jpg

Entre tanto, Batista lograba ganar fraudulentamente las elecciones en 1954 y restablecía la Constitución de 1940, junto con la amnistía a los presos políticos. El 15 de mayo de 1955 Castro sería puesto en libertad y señaló al periódico Bohemia que no tenía la intención de crear un partido político y que no abandonaba la idea de apoyar al partido ortodoxo, puesto que eran necesarios para luchar contra Batista. En cuanto a la amnistía de la que él mismo se benefició, Castro señaló que fue fruto de la movilización popular apoyada por la prensa cubana. Paradójicamente, como advierte Thomas, Castro fue más famoso y célebre estando preso que en libertad. 

En realidad, cuando salió libre parecía que Castro no encajaba en el puzzle político. El clima que reinaba era el de un “diálogo cívico”. Finalmente, unas semanas después de su libertad, Fidel partiría al exilio en México en donde llevaría a cabo sus planes para derrocar a Batista. Como señala Rafael Rojas, la elección de México no era fortuita, puesto que este país concentraba un número importante de políticos cubanos exiliados, pertenecientes al Partido Auténtico y del derrocado gobierno de Prío Socarrás. A esto añade Rojas:

“México, Nueva York y Miami eran,  entonces , las capitales del exilio antibatistiano y Castro y sus hombres sabían que en esas ciudades encontrarían apoyos de exiliados cubanos, bien conectados con las altas esferas del gobierno de México y, también, con sectores de la opinión pública en Estados Unidos”.

Añade Rojas que Castro, antes de partir a México, dejó organizado 2 importantes grupos de apoyo urbano. El primero estaba en La Habana y era dirigido por Faustino Pérez y Armando Hart. El segundo estaba en Santiago, al mando de José Tey y Frank País

Desde allí mantuvo contactos con miembros ortodoxos y desde donde enviaba escritos con ideas y manifestaciones. Castro tuvo que viajar a Miami y Nueva York en busca de colaboradores, principalmente financistas puesto que la situación financiera no era buena. Los entrenamientos comenzaron en un campo de tiro, Las Guamitas, en Santa Fe, a las afueras de ciudad de México. En el país sufrieron de persecuciones y decomiso de armas, lo que hizo que Castro se retirara a un lugar más aislado para el entrenamiento, por lo que montó su campo en la hacienda Santa Rosa, que pidió prestada, como afrima Thomas, a “un tal señor Rivera”, en el distrito de Chalco. 

Aquí Castro aplicó lo dicho anteriormente, esto es, la férrea disciplina. Un hecho que cabe destacar fue su encuentro con Ernesto Guevara quien ya había sido testigo de un golpe contra el gobierno (con colaboración de la CIA), mientras residía en Guatemala, lo cual dejó en él un profundo sentimiento anti-estadounidense. El hecho es que aquí Guevara vio en Castro un líder digno de seguir y paso a ser parte de sus grupo y de su plan. Pero los problemas persistían en México puesto que Castro fue era hostigado por la policía mexicana, junto con  el servicio secreto de Cuba. Esta vez fue encarcelado, acusado de estar vinculado con los comunistas de México. Frente a esto, Castro señaló que tales acusaciones eran “absolutamente fantásticas”. A esto añadió:

“Por otra parte, ¿qué derecho moral tiene el señor batista para hablar de comunismo cuando, en las elecciones presidenciales de 1940, fue el candidato del Partido Comunista, cuando su propaganda electoral se ocultaba tras la Hoz y el Martillo, cuando sus fotografías colgaron junto a las de Blas Roca y Lázaro Peña, y cuando media docena de sus ministros y actuales colaboradores de confianza fueron miembros destacados del Partido Comunista?”

Castro saldría libre de la cárcel. Un acontecimiento importante fue el “Pacto de México firmado el 31 de agosto de 1956, en donde participó el Movimiento 26 de julio  de Castro y el Directorio Estudiantil Universitario, encabezado por José Antonio Echeverría. Al respecto comenta Rafael Rojas:

“Si hasta entonces, la mayoría de los documentos del Movimiento reservaban el sentido “revolucionario” e, incluso, el significado mismo de la palabra Revolución al grupo moncadista, ahora se admitía claramente, que el proceso revolucionario era un movimiento heterogéneo y plural, que contaba además, con la simpatía de la opinmión democrática de América”.

Pero Castro no podía permanecer mucho tiempo en México, por las presiones para que abandonara el país, de manera que finalmente, al no poder conseguir un hidroavión Catalina, tuvo que comprar (con dinero de Prío) un yate de 20 metros de nombre Granma a una pareja de estadounidenses por 15 mil dólares. Castro zarpó la noche del 24-25 de noviembre de 1956. 

Al momento de acercarse al sudoeste de la provincia de Oriente, al interior de la isla, Frank Pais había llevado a cabo el 30 de noviembre una insurrección contra Batista en Santiago. Mientras tanto el Granma arribaba a Cuba el 2 de diciembre desembarcando en la Playa de los Colorados. Pero el plan de ataque y sabotaje, mientras Pais atacaba en Cuba, no resultó puesto que el Granma fue avistado por una fragata de la Marina. El grupo de Castro tuvo que avanzar hacia la Sierra cruzando cañaverales y sin provisiones. 

Celebración del 60 aniversario del desembarco del Granma

Celebración del 60 aniversario del desembarco del Granma

Sumado a esto, el grupo sufrió de una traición cuando el guía del grupo 5 los abandonó por la mañana delatando su posición a un puesto de guardia rural. Otra parte del grupo fue atacado en un cañaveralm en donde algunos se rindieron y otros escaparon. Los rendidos fueron fusilados mientras que otros fueron tomados prisioneros. Dos de los miembros tomados prisioneros, Mario Fuentes y José Díaz, dieron a conocer detalles de la expedición. Castro y su grupo encontró refugio en la Sierra maestra en las fincas del hermano de un camionero partidario de Castro: Crescente Pérez, un bandido y criminal. 

Castro también logró juntarse con el resto de sus hombres en donde se encontraban su hermano Raúl y Ernesto Guevara. Nos describiré aquí todas las hazañas de Castro, pero basta señalar que, con el tiempo, el grupo comenzó a adaptarse a la selvática y montañosa Sierra Maestra, con 160 kms de longitud y entre 30 o 40 mts de anchura en su parte más ancha. 

Matthews y Fidel Castro

Matthews y Fidel Castro

Junto CON esto, el grupo comenzó también a ganar experiencia como guerrilleros, a ganar confianza y a moralizarse. También comenzaron a construir toda una red de suministros y a trabajar en conjunto con los habitantes del lugar. Mientras tanto, en las zonas urbanas circulaban rumores sobres este grupo. Se decía que Castro había muerto y se hablaba también sobre el número real de guerrilleros a su mando. Una hábil maniobra de Castro fue la de darle una entrevista a el periodista Herbert Matthews.

Como señala Hugh Thomas, fue este periodista quien creó para los estadounidenses la leyenda de Castro “el héroe de las montañas”. Matthews fue engañado por Fidel en lo que respecta al número de hombres con los que contaba, lo cual igualmente funcionó como propaganda. Otro tema que abordó fue el de Estados Unidos ante lo cual Fidel señaló que no tenían ninguna animosidad ante ese país y que lo único que deseaban era luchar por una Cuba democrática y poner fin a la dictadura.

Articulo complementario
Ernesto Guevara: el Necháiev del siglo XX (por Jan Doxrud)