2/8-Tribalismo, victimización y emocionalidad tóxica: lectura terapéutica para el hedonismo egoísta (por Jan Doxrud)

2) Tribalismo, victimización y emocionalidad tóxica: lecturas terapéuticas para el hedonismo egoísta (por Jan Doxrud)


De tal modo que existe una policía de las marginalidades (…) un micronacionalismo igualmente patriotero. El chantaje a la solidaridad étnica racial, o religiosa, la denuncia de los traidores a los que se trata de mestizos o de macacos de servicio, sirven de llamada al orden para los posibles recalcitrantes y constriñen sus aspiraciones a la libertad

 (Pascal Bruckner. La tiranía de la penitencia. Ensayo sobre el masoquismo occidental)


Lo anteriormente señalado lleva a estos jóvenes a ser personas extremadamente hedonistas que buscan evadir a toda costa situaciones que les incomoden. Así, estas personas se muestran incapaces de aceptar un mundo crudo y complejo en donde conviven la vida y la muerte, la felicidad y la tristeza, el optimismo y el pesimismo, la esperanza y la angustia, la salud y la enfermedad, la juventud y la vejez, el consenso y el disenso, el acuerdo y el desacuerdo. Lo que estas personas desean es que sea el mundo el que se adapte a sus egos hedonistas que sólo buscan sensaciones placenteras o, como reza el dicho, quieren alfombrar el mundo entero en lugar de confeccionar sus propios zapatos para no dañarse al caminar. Así, la felicidad, el placer o la dicha no se alcanzan por medio de un esfuerzo propio y activo en donde yo confronto al mundo con todas su crudeza. Todo lo contrario, se quiere vivir placenteramente negando, censurando y acusando a cualquiera que pretenda desestabilizar mi pequeño nirvana hedonista. 

Es por ello que el corolario de esta mentalidad es la creación de “safe spaces”o espacios seguros. No estamos hablando de una mera seguridad física, sino que seguridad psíquica y emocional. Pero lo que no saben estos jóvenes es que hace tiempo hubo algunos personajes que se les adelantaron y fueron incluso más allá en sus ambiciones haciendo de su país entero un espacio seguro, en donde suprimían el pluralismo, las discusiones, la tolerancia y cualquier idea que desafiara el pensamiento dominante. Tales lumbreras fueron Stalin, Kim Il Sung , Pol Pot, Hitler, Fidel Castro y Mao. En suma, estas personas se vendrían a asemejar a aquel monje que cree que obtendrá la iluminación encerrándose en un monasterio o en una caverna, sin tener que atravesar la prueba más importante: enfrentar al mundo y a las personas. En el caso de parte de esta nueva generación de jóvenes hedonistas, estos buscan transformar el mundo mismo en un monasterio o caverna que les garantice permanentemente su estabilidad psíquica y emocional. 

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Quizás sea de ayuda que tales jóvenes lean autores y tradiciones religiosas, filosóficas y psicológicas que pueden resultar terapéuticas, en el sentido de que ayudan a combatir el fanatismo, la intolerancia y la violencia en el ser humano. Les podría ayudar a ver el mundo bajo otros muchos otros lentes y que no todo se reduce a lucha, opresión, dominación y jerarquías injustas. Ya  Kant cuando en el siglo XVIII había definido la Ilustración como la liberación del hombre de su culpable incapacidad. Kant entendía tal  incapacidad como la imposibilidad, por parte de nosotros,  de servirnos de nuestra inteligencia sin la guía de otro. Añadía que la causa de tal   incapacidad no consistía en la falta de inteligencia sino que en la falta de  decisión y valor para servirnos de nuestra inteligencia sin la tutela de otro. Es por ello que Kant lanzaba la célebre sentencia: ¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón!: he aquí el lema de la ilustración”

Pero no solamente la tradición europea nos ofrece antídotos ante el fanatismo y la intolerancia. También tenemos a los antiguos griegos y romanos como Sócrates, Aristóteles, Séneca o Marco Aurelio, quienes ofrecen también una lectura terapéutica y que pueden ayudar a formar ciudadanos maduros, críticos y tolerantes, como lo plantea Martha Nussbaum. Pero también existen innumerables tradiciones que no pertenecen a la “cultura occidental” que pueden ser de ayuda. Existió hace varios siglos un erudito bengalí de nombre Atisha, nacido en Bengala en el este de la India hacia el año 980 y quien, por lo demás, fue uno de los responsables de introducir el buddhismo en el Tíbet en el siglo XI y se esparcirlo en Asia.

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Para propósitos de este escrito, tenemos que Atisha da en clavo en sus “instrucciones”, cuando hablaba de la renuncia a los 8 intereses mundanos, que consisten en 8 apegos o actitudes mentales erróneas que impiden al ser humano mantenerse en paz y equilibrio. Puede decirse que tales actitudes son universales, y que están presente en todo ser humano. Estas 8 actitudes son en realidad 4 y que se pueden desglosar en pares en donde en un extremo está la “tesis” y en el otro polo su “antítesis”

1a-Anhelar aferradamente la comodidad física y mental

1b-Rechazar la falta de la comodidad física y mental


2a-Desear solo obtener cualquier tipo de bienes materiales

2b-No aceptar ningún tipo de pérdida material.

3a-Desear únicamente oír sonidos, palabras o noticias agradables

3b-Rechazar los ruidos, palabras o informaciones desagradables

4a-Desear ser alabado, famoso o de gran reputación.

4b-No aceptar las críticas ni la difamación.

Podemos apreciar que el ser humano se mueve entre estos polos y, en el caso específico del presente escrito, muchos jóvenes solamente se están situando en los extremos de cada par, específicamente en los que portan la letra “b”.  No tiene nada de malo querer ser famoso, desear ciertos bienes materiales o desear estabilidad emocional. El problema radica en quedarse aferrado (el apego) a ese polo y rechazar cualquier elemento que venga a perturbarlo. Es por ello que el  príncipe Siddharta, el   “Buddha” o  iluminado, decidió abandonar su palacio y comodidades tras presenciar 3 fenómenos propios de la vida pro las cuales sufrimos: enfermedad, vejez, muerte, pero también un cuarto fenómeno más alentador: el hombre iluminado. Lo que lo cautivó fue el cuarto fenómeno: un hombre en paz meditando, ¿cómo podía existir un tipo así entre tanta miseria y sufrimiento?

Llegamos así a las 4 nobles verdades a saber:

1) La primera Noble Verdad es dukkha, la naturaleza de la vida es sufrimiento.

2) La segunda Noble Verdad es el origen de dukkha, el deseo o "sed de vivir" acompañado de todas las pasiones y apegos.

3) La tercera Noble Verdad es la cesación de dukkha, alcanzar el Nirvana, la Verdad absoluta, la Realidad última.

4) La cuarta Noble Verdad es el Sendero que conduce al cese del sufrimiento y a la experiencia del Nirvana

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Siddharta pudo haberse encerrado en su palacio y evitar los tres fenómenos que lo perturbaban por medio de fiestas u otras distracciones, u ordenar que retiraran de sus dominios a todos los enfermos, viejos y muertos para no verse perturbado. Pero decidió abandonarlo todo, enfrentar el problema y adoptar una vida ascética en busca de la iluminación. Obviamente no hay que tomarse literalmente esta historia, es decir, no debemos abandonar nuestras posesiones y abrazar una vida de eremita en busca de la paz, puesto que tal decisión, en sí misma, no garantiza nada. Así, lo que hizo Siddharta se puede poner en práctica en la vida diaria, en nuestra vida cotidiana, en nuestra relación con cosas, con las demás personas y cuando afrontamos problemas de distinto tipo. 

 

Algunas lecturas:

Teun van Dijk. El discurso como interacción social.

Teun van Dijk. Ideología.

Giovanni Sartori. La sociedad multiétnica.

Peter L. Berger y thomas Luckmann. La construcción social de la realidad

Samuel Huntington. ¿Quiénes somos? Los desafíos de la identidad nacional estadounidense

Jaime Fierro. La ciudadanía y sus límites.

Charles Taylor. Fuentes del Yo.

Michael Walzer. Pensar políticamente.

 Francois Dubet. De la sociología de la identidad a la sociología del sujeto

 Judith Butler. El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad.

 Zygmunt Bauman. La Modernidad Líquida.

 Francois Dosse. Histora del Estructuralismo (2 tomos)

 Victoria Camps. Elogio de la duda.

 Victoria Camps. El gobierno de las emociones.

 Pascal Bruckner. La tiranía de la penitencia. Ensayo sobre el masoquismo occidental.

 Francis Fukuyama. Confianza. Las virtudes sociales y la capacidad de generar prosperidad.

 George Lukianoff y Jonathan Haidt. Malcriando a los jóvenes estadounidenses. Cómo las buenas intenciones y las malas ideas están preparando a una generación para el fracaso.