3/7- John Locke: Ensayo sobre el entendimiento humano (por Jan Doxrud)

3) John Locke: Ensayo sobre el entendimiento humano (por Jan Doxrud)

 En resumen, para Locke el que las ideas innatas estén impresas en el alma del individuo y que no sean percibidas, es una contradicción, ya que la presencia de la idea en el alma y la consciencia de esta sobre tal presencia deben necesariamente coincidir. De esta forma,  concluye Locke (sobre argumento del consentimiento universal) que si se dice que existen las ideas innatas, pero que por otra parte estas no sean asentidas, esto constituiría alga que para él resulta ininteligible, como que un hombre conozca una verdad y al mismo tiempo la ignore. 

¿Qué sucede con estos principios innatos cuando consideramos otras culturas no occidentales? ¿Acaso para un antiguo inca del siglo XV era evidente que 2 + 2 = 4? ¿Acaso es evidente para un buddhista o un vedantista el principio de no contrdicción? Cuando hablamos de los principios innatos, debemos extender el contexto e incluir las culturas no europeas .  Rozamos aquí a un tema que aún persiste en nuestra época y que tiene que ver con la moral y el relativismo moral. En el capítulo III del libro I, Locke se refiere a los principios prácticos innatos. En este se puede leer:

Los hombres tienen principios prácticos opuestos. Quien lea cuidadosamente la historia de la humanidad y examine los diversos pueblos de la tierra para considerar con ojo indiferente sus acciones, se convencerá de que no se puede nombrar un principio de moral o regla de virtud…que no sea en algún lugar del mundo despreciado y condenado por los hábitos generales de alguna sociedad que esté gobernada por opiniones pragmáticas y por reglas de vida opuestas a las de otras sociedades[1].

Teniendo lo anterior como telón de fondo, revisemos qué quiso decir Locke con esto. Locke, teniendo en consideración la diversidad no sólo entre estratos socioeconómicos, sino que también raciales y culturales, plantea que no existe algo como una moral absoluta, evidente por sí misma, impresa en nuestras almas. Locke no pretende poner en duda la veracidad de las máximas morales, sino que deja en evidencia que estas no son tan evidentes como uno puede suponer.  En una sociedad guerrera, por ejemplo, los espartanos, un personaje inclinado hacia la meditación y el ayuno no hubiese sido respetado y muy útil para esa clase de sociedad. Por lo tanto, para Locke no existen principios morales que sean tan claros y acogidos  por los seres humanos en general. 

Para Locke, si las máximas especulativas de las que hablamos unas líneas arriba no gozaban de un asentimiento universal, entonces los principios morales demuestran ser aún más complicados en lo que se refiere a su valides universal: “Las máximas llevan consigo su evidencia; los principios morales, en cambio, requieren raciocinio y discurso y algún ejercicio de la mente para que se descubra la certidumbre de su verdad”[2]El punto de Locke es que las reglas morales requieren de pruebas y por ello no pueden ser innatas. Así, por ejemplo, nadie me exigiría pruebas de que 2 + 2 = 4, pero, en cambio, sí se me podría preguntar sobre pruebas que sustentan una regla moral. 

De esta manera, lo que no lleva consigo su propia luz y evidencia,  no puede ser admitido como un principio innato. ¿Por qué debo ser bueno con los demás? Si esto último es cierto, ¿siempre es deseable ser bueno con los demás, es decir, independiente del contexto en que estemos situados? Si esta regla fuera innata, no resistiría mayor demostración y sería inmediatamente aceptada ya que sería evidente por sí misma. Revisemos otros ejemplos dados por Locke. Tomemos el caso de la obligación de guardar los compromisos. 

Para Locke es sin duda una importante regla moral, pero al momento de preguntar el motivo por el cual resulta ser deseable que el ser humano mantenga siempre su palabra, se me puede dar la siguiente respuesta: porque Dios así lo establece. Todo muy bien, pero como Locke escribió, podríamos preguntar esto mismo a un secretario de Hobbes, que contestaría que “el público así lo requiere, y que si no lo hace el Leviatán los castigará[3]. Si esta pregunta se las formuláramos a los antiguos paganos, habrían dado como respuesta que obrar de modo contrario habría sido deshonroso y contrario a la virtud. 

Locke cita otros ejemplos como los de nativos de continentes lejanos como lo documentaba Garcilaso de la Vega que “nos habla de un pueblo en el Perú que tenía el hábito de engordar y de comer a los hijos habidos en las mujeres cautivas que servían de concubinas para ese propósito…[4]. También menciona el caso de los tupinambos en América, “que creían que las virtudes que les harían merecer el paraíso eran la venganza y el comer en gran abundancia a sus enemigos[5]. Hasta aquí llegamos con los principios prácticos innatos. 

Hemos visto cómo Locke lleva a cabo una crítica a la existencia de ideas innatas. Ahora preguntémonos qué propone Locke como alternativa a la existencia de las ideas innatas. Hasta ahora sólo se han esgrimido argumentos contra la existencia de esta clase de ideas. Locke escribió: 

“Los pasos por los cuales la mente alcanza distintas verdades. Inicialmente los sentidos dan entrada a ideas particulares y llenan el receptáculo hasta entonces vacío, y la mente, familiarizándose poco a poco con algunas de esas ideas, las aloja en la memoria y les da nombre. Después procediendo más adelante, la mente las abstrae, y poco a poco apréndelos usos de los nombres generales. De este modo, la mente llega a surtirse de ideas y de lenguaje…”[6]

Llegamos a dos puntos clave. En primer lugar que el hombre es un receptáculo vacío, una tábula rasa. Nuestro entendimiento recibe el material del conocimiento solamente de la experiencia, por lo que nuestra “alma” sólo puede pensar tras haber recibido este material a través de los sentidos. Esta idea de la tábula rasa tednrá consecuencias importantes en la sociedad de la época, ya que si todas las personas vienen a este mundo con una mente que sería equivalente a una hoja en blanco, entonces nadie sería superior al otro debido a su nacimiento o sangre. Recordemos cómo se estructuraba la sociedad en la época, por ejemplo el Antiguo Régimen en Francia y la división social en estamentos. 

Locke viene a poner en duda este supuesto ya que todos nacemos con las mismas facultades que, por lo demás, podemos perfeccionar a través de la educación. La superioridad de una persona sobre otra dependería de la educación que esta recibiese, así la educación sería un mecanismo de emancipación de aquellas capas inferiores dentro de la sociedad estamental.. El segundo punto importante son los sentidos,que son la puerta de entrada del conocimiento. Teniendo en consideración el rechazo de las ideas innatas, la defensa de la mente como una tábula rasa y los sentidos como puertas de entrada del conocimiento, podemos entonces entender el concepto de empirismo

Desde un punto de vista epistemológico el empirismo es una familia de filosofías de acuerdo a las cuales la experiencia es la única fuente del conocimiento, claro que haciendo una excepción para la lógica y las matemáticas. Desde el punto de vista ontológico el empirismo sostiene que el mundo se compone de experiencias. De acuerdo a esta concepción, todas las ciencias serían reductibles a la psicología. Locke analiza la naturaleza de las ideas y para esto explica el fenómeno de la experiencia. Realiza esta labor en un sentido amplio. Examina el conjunto de la vida psíquica del hombre, de manera que  podemos aseverar que  la teoría del conocimiento de Locke está basada en el psicologismo.




[1] Ibid., 47.

[2] Ibid., 40.

[3] Ibid., 43.

[4] Ibid.,46.

[5] Ibid.

[6] Ibid., 29.