2/4-Carl Menger: reflexiones sobre la economía y su método (por Jan Doxrud)

2) Carl Menger: reflexiones sobre la economía y su método (por Jan Doxrud)

Menger también se refiere al excesivo énfasis puesto en la historia, un enfoque que también había permeado la ciencia política, la jurisprudencia y el Derecho. Así, para Menger, este debate representaba la vieja reacción del empirismo contra la especulación apriorística. Esto, añade el mismo autor, era algo ya presente en Platón cuando señaló que el estudio de los temas políticos no debían fundamentarse en teorías vacuas, sino que en acontecimientos reales, siendo esta idea el verdadero principio de investigación de Aristóteles. 

La misma disputa continuó a lo largo de los próximos siglos entre los racionalistas continentales como Descartes y los empiristas ingleses como fue el caso de John Locke, y que posteriormente continuaría con el positivismo lógico del Círculo de Viena. En una nota a pie de página Menger señala cómo este enfoque de las “escuelas históricas” terminó por contagiar a la economía, teniendo como consecuencia el que la economía política considerase que su único fundamento era la historia y la experiencia y, no así, la especulación. 

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De acuerdo a Eckelund y Hébert, el éxito y supremacía de esta escuela en Alemania se debe a algunas razones específicas. La primera radica en un entorno intelectual que le fue favorable, en donde la “economía teórica” no había logrado arraigar como en otras escuelas, por ejemplo, en Inglaterra. Otra razón es que la filosofía continental y, particularmente la alemana, había insistido en un enfoque orgánico (holista) de los fenómenos económicos y culturales, en contraposición con aquellas aproximaciones más individualistas (atomismo metodológico). 

Por su parte Joseph A. Schumpeter en su escrito póstumo, “Historia del Análisis Económico”, añadía a esto el gran desarrollo que la historiografía había alcanzado en Alemania, así como también el respeto al “hecho histórico”. Junto a esto destaca también el bajo nivel de la economía teórica, la importancia suprema atribuida al Estado y la escasa importancia concedida a todo lo demás. 

 Wilhelm Roscher (representante de la vieja escuela), se desempeñó como académico de Economía Política en la Universidad de Leipzig.Se trataba de un genuino erudito de primer nivel que, en 1854, publicó su gran obra titulada “Sistema de Economía Política”. Como señalan Eckelund y Hébert, esta obra dejaba en evidencia no solamente la erudición de Roscher sino que también su capacidad para abordar numerosos problemas, y así también demostraba su calidad como historiador del pensamiento económico. 

Añaden los autores que el método histórico, como el de Roscher, intentaba combinar el análisis orgánico y biológico, junto con las estadísticas, con el objetivo de descubrir las leyes del fenómeno en cuestión. Ahora bien, en el caso de Roscher, tales leyes eran relativas a un conjunto específico de instituciones que cambiaban a lo largo del tiempo. Roscher no desechó la teoría y generalizaciones, de manera que no pretendió introducir un corte radical con las ideas de autores como Adam Smith o David Ricardo. 

En palabras de Roscher, lo que era “general” en Economía Política se asemejaba bastante al caso de las ciencias matemáticas, es decir, estaba repleta de abstracciones. Abstracciones tales como “todos los hombres son iguales” eran elementos constitutivos de la economía política y que, por ende, el especialista no podía ignorar. De esta manera Roscher aceptaba como un método útil el explicar fenómenos complejos por medio de modelos reduccionistas en donde la realidad era simplificada y se asumían como constantes algunos fenómenos. 

Tal procedimiento resultaba útil a la hora de comprender las causas de los cambios de ciertos fenómenos, pero advertía la importancia de no olvidar y descuidar la praxis y el mundo real (no confundir el mapa con el territorio). Otra característica del pensamiento de Roscher era la idea de descubrir leyes amplias del desarrollo histórico, con las que pudiese comparar las etapas existentes en los Estado-nación y entre estas.

Gustav Schmoller

Gustav Schmoller

En cuanto a la escuela “joven” de la EHA, tenemos al polémico Gustav Schmoller, quien fue el que sostuvo la polémica contra Carl Menger, siendo un contrincante cuya crítica rayaba en la vulgaridad. Como escribió Menger en una carta, Schmoller  “dominaba magistralmente un estilo tan personal como vulgar”. Schmoller, explicaba Schumpeter, fue el autor de una monografía – sobre el gremio de tejedores y pañeros en Estrasburgo – que pasó a transformarse en su planteamiento programático y modelo de trabajo “de un ejército de alumnos y de seguidores que no eran alumnos suyos”. 

Schmoller criticó y consideraba inútil los sistemas de pensamiento de Smith y Ricardo es decir, rechazó la posibilidad de establecer leyes económicas atemporales, así como la aplicación del método abstracto - deductivo dentro de la disciplina económica. Como explica Schumpeter, Schmoller guardaba un fiel respeto al “hecho económico” y la “voluntad de dejarle hablar por sí mismo”. Así, este autor se insertaba en la misma tradición del historiador alemán Leopold von Ranke (1795-1886). El historiador alemán se oponía a aquella idea en virtud de la cual la historia tenía por misión enjuiciar el pasado e instruir el presente en beneficio del futuro. 

Por el contrario, para Ranke la historia tenía una pretensión que calificaba de más modesta y que consistía simplemente en exponer cómo ocurrieron, en realidad, las  cosas. Junto a esto, Schumpeter destaca otro rasgo del pensamiento de Schmoller y era su reticencia a las amplias generalizaciones que eran connaturales a la filosofía de la historia.

Libro sobre la política industrial y social de Schmoller

Libro sobre la política industrial y social de Schmoller

De acuerdo a esto, Schmoller se oponía a leyes tales como las que planteó August Comte o Karl Marx. En palabras del economista austriaco:

“Schmoller se dio cuenta, desde luego, de la inevitabilidad de las teorías en el sentido de hipótesis explicativas, y era menos cauto en su construcción que la mayoría de los historiadores profesionales. Pero nunca intentó llegar a una reducción del entero proceso histórico a la acción de uno o dos factores. Ni siquiera consideraba objetivo último la obtención la obtención de una hipótesis única del tipo Comte-Buckle-Marx”.

Otra característica que destaca Schumpeter era el rechazo de Schmoller contra aquellos análisis que tendían a aislar fenómenos económicos y suponer que se podía mantener, en virtud del análisis, ciertos fenómenos como “constantes”, “invariables”

Descartado estos caminos, Schmoller dejaba la puerta abierta a un único enfoque en economía política: el histórico. Ahora bien, como señala Roll, Schmoller no negó la existencia de leyes en la vida económica pero sí objeto el método de la economía clásica para poder descubrirlos. Añadía Roll que, tanto Schmoller como sus discípulos,  terminaron por rechazar la idea de una “filosofía de la historia” y, en cambio, lo que produjeron fue una “historia de la economía”. 

En suma, la EHA de Schmoller fue la más radical en su crítica a los autores de la denominada “Escuela Clásica” de economía. Tenía un sesgo anti-teórico y anti-especulativo, rechazando el método deductivo, así como también el atomismo o individualismo metodológico. Como explica Eric Roll, la critica efectuada por la EHA a la “Escuela Clásica” significó el abandono por esta del método deductivo en favor del inductivo. Así, se pasó por alto que ambos métodos, lejos de ser mutuamente excluyentes, eran complementarios y necesarios dentro de la ciencia económica. 

Adam Smith y David Ricardo, pertenecientes a la Escuela Clásica

Adam Smith y David Ricardo, pertenecientes a la Escuela Clásica

En este tema, el académico italiano, Dari o Antiseri, explica en su estudio introductorio de la obra de Menger que, en realidad, Schmoller no desechaba la teoría de un plumazo y, más bien, lo que deseaba era “construir una base descriptiva cada vez más amplia y sólida capaz de sostener el aparato teórico”. En virtud de estas ideas, la EHA criticaba ideas tales como que el beneficio personal podía tener como resultado un mayor beneficio y que, por ende, el móvil de cada individuo era el interés propio o el lucro (independiente de la época histórica. 

La razón de este rechazo es que existían numerosos factores que entraban en juego en los móviles de las conductas de los distintos individuos además del interés personal. Frente a esto, Menger, en distintas parte de su obra, deja claro que es una caricatura o una exageración presentar a los economistas clásicos y a los filósofos ilustrados como personas carentes de un sentido histórico, de manera que estaríamos ante la falacia del “hombre de paja”. En palabras de Menger:

“Tampoco los escritores de la Ilustración francesa, a los que se les reprocha no tener, en general, sentido histórico, y que en política tienen una inclinación al absolutismo, rechazaron completamente, como sostiene la Escuela histórica alemana, al importancia del estudio de la historia para el hombre de Estado y el principio de la justificación puramente relativa de las instituciones estatales”.