5/13-Rusia: de la Revolución de Febrero de 1917 a la dictadura de Octubre (por Jan Doxrud)

 

5/13-Rusia: de la Revolución de Febrero de 1917 a la dictadura de Octubre

Por su parte, el historiador  Robert Service  en su “Historia de Rusia en el siglo XX” señala que el zar Nicolás II saltó a las tinieblas de la “Gran Guerra” sin que nadie le empujara a ello. Service destaca el rol decisivo que tuvo la Primera Guerra Mundial no sólo en cómo afectó económica, social y moralmente a Rusia, sino que también en cómo los sucesos se dieron de tal manera que permitieron a Lenin retornar a Rusia con la ayuda de los alemanes. En palabras de Service:

“De no ser por la Gran Guerra, Lenin habría sido siguiendo un teórico exiliado dedicado a escribir en bibliotecas suizas, y aunque se hubiera depuesto a Nicolás II mediante una transferencia pacífica del poder, la creación de un orden comunista difícilmente habría sido posible”.

El hecho es que la guerra resultó ser la lápida que pondría fin a más de 300 años de gobierno por parte de la dinastía Romanov. Service también se refiere a la debacle económica, problemas de abastecimiento y comunicación, escasez e inflación. Explica que la red ferroviaria apenas se había adecuado a los usos del país en épocas de paz, por lo que las necesidades en tiempos de guerra hizo que este colapsara. Service menciona algunas de las causas de la situación económica. En primer lugar  tenemos que no alcanzaban a firmar contratas con el gobierno terminaban por irse a la quiebra.  

Nicolas II y su hijo Alexei

Nicolas II y su hijo Alexei

En segundo lugar  muchas pequeñas y medianas empresas sufrieron un impacto negativo en su producción lo que terminó pro llevarlas a la bancarrota. Service afirma que  en el invierno de 1915-1916 el gobierno impuso un precio fijo a los cereales que compraba, prohibiendo a los comerciantes negarse a venderlo.  En tercer lugar  los terratenientes afrontaron problemas como la devaluación monetaria y al escasez de jornaleros para el trabajo ya que muchos habían sido reclutados en el ejército. En palabras del historiador inglés:

“En todo el imperio se producía un déficit de artículos de consumo: se debían realizar largas colas para obtener pan y no era seguro que se pudiera conseguir; la vivienda y la sanidad empeoraron, y todos los artículos de consumo que se vendían en las ciudades perdieron calidad a medida que la población de las ciudades se añadió a los inmigrantes del campo que iban a ellas en busca de empleo en una fábrica y a los refugiados que huían de la ocupación alemana”.

Sumado a esto tenemos a un Zar que no supo estar a la altura de lo sucesos y problemas que afectaban a su imperio. Como señala Service, Nicolás II era más adicto a los métodos represivos que a cooperar con los políticos. También no tomó las decisiones más afortunadas frente a los sucesos de febrero en Petrogrado y, para cuando ya se había dado cuenta de la magnitud de los eventos, ya era demasiado tarde.

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Los sucesos en Petrogrado no pueden explicarse al margen de todo lo señalado anteriormente. Pepes explica que el 20 de febrero comenzó a correr el rumor de que el gobierno estaba a punto de racionar el pan y limitar su compra a menos de medio kilo por adulto. Lo anterior, como era de esperar, generó que los incentivos esperados y las personas se dirigieron rápidamente a abastecerse de alimentos lo que provocó la formación de largas colas y el agotamiento de la paciencia de los ciudadanos. Como comenta el historiador francés,  Marc Ferro, en su biografía sobre Nicolás II, a mediados de febrero en Petrogrado las reservas de harina habían caído al nivel más bajo y fue justamente los rumores de las cartillas de racionamiento lo que agitó a las muchedumbres. Al respecto señala Ferró:

“Se formaron aglomeraciones, se destrozaron escaparates, y estos incidentes se repitieron los días posteriores; estallaban después de largas horas de espera (…) cuando la muchedumbre escuchaba el fatídico niet (no hay más)”.

Sucedió que en otoño las frías temperaturas bajaron subiendo a 8º en Petrogrado lo cual preparó el escenario ideal para que las mujeres pudieran marchar para conmemorar el  Día Internacional de la Mujer el jueves 23 de febrero de 1917.  Pero pronto a este grupo de mujeres que demandaban igualdad, así como también mayor bienestar, se sumaron obreros de manera que las protestas se fueron intensificando. Pero nada hacía pensar que una protesta por alimentos terminaría por desencadenar una revolución que terminaría por acabar con la dinastía Romanov.  

León Trotsky,  en su historia sobre la revolución rusa, también destaca el 23 de febrero – Día Internacional de la Mujer –  añadiendo que a nadie se le había pasado por la cabeza que tal evento conmemorativo pudiese convertirse en el primer día de la revolución.  Explicaba Trotsky que los elementos socialdemócratas pretendían festejarlo en la forma tradicional, es decir, con asambleas, discursos y manifiestos, pero nada más allá de eso

Ahora bien, Trotsky reconoce que ninguna organización hizo un llamamiento a la huelga para ese día y que la organización bolchevique más combativa de todas, el Comité de la barriada obrera de Viborg, aconsejó que no se fuese a la huelga. Basándose en las afirmaciones del revolucionario bolchevique Vasili Kajurov (1876-1936), las masas estaban excitadísimas y que cada movimiento de huelga amenazaba convertirse en choque abierto. En palabras de Trotsky:

“Es evidente, pues, que la Revolución de Febrero empezó desde abajo, venciendo la resistencia de las propias organizaciones revolucionarias; con la particularidad de que esta espontánea iniciativa corrió a cargo de la parte más oprimida y cohibida del proletariado: las obreras del ramo textil, entre las cuales hay que suponer que habría no pocas mujeres casadas con soldados”. 

Trotsky argumenta en su escrito que tal revolución  no fue espontánea como solían argumentar algunos. Ya regresaremos a esto. En palabras del revolucionario ruso los acontecimientos de febrero constituyeron un proceso que gradualmente fue escalando tanto en sus tácticas así como también en violencia. Para el autor, el  23 de febrero –  "Día de la Mujer" – marcó  la insurrección de las masas obreras de Petrogrado, “latente desde hacía mucho tiempo y desde hacía mucho tiempo también contenida”. 

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Continúa explicando Trotsky que el primer peldaño de la insurrección fue la huelga la cual fue ganando terreno a lo largo de los días, para terminar en convertirse en una de carácter general. Paso seguido la huelga va tomando cada vez más un carácter ofensivo,   combinándose con manifestaciones callejeras que ponían a las masas revolucionarias en contacto con las tropas. Así, la insurrección iba, para Trtosky,  imponiéndose y triunfando, registrando todos los días un éxito nuevo

Así, las protestas fueron intensificándose y, de acuerdo a Pipes, llegaron a aglomerar una cifra situada entre los 160 mil y 200 mil trabajadores.  Siguiendo a Pipes,   los agentes catalizadores del movimiento eran intelectuales radicales, especialmente los denominados  mezhraiontsi, que eran socialdemócratas favorables a la reunificación de los bolcheviques y los mencheviques y cuyo programa suponía el poner fin a la guerra y hacer la revolución. 

La violencia iría en ascenso, especialmente cuando los manifestantes se percataban que las fuerzas represivas no actuaban, particularmente los cosacos. Entre las protestas ya se escuchaban consignas en contra el zarismo y la zarina alemana, es decir, a Alejandra (nacida como Alix), hija del gran duque Luis IV de Hesse-Darmstadt (1837-1892). También se entonaba la Marsellesa y comenzaron los taques los cuales eran principalmente al elemento más odiado del régimen: la policía. León

Nicolás II y la zarina (1894)

Nicolás II y la zarina (1894)

Trotsky comenta al respecto:

Entretanto, el desarme de los "faraones" se convierte en la divisa general. los gendarmes son el enemigo cruel, irreconciliable, odiado. No hay ni que pensar en ganarlos para la causa. No hay más remedio que azotarlos o matarlos. El ejército ya es otra cosa. La multitud rehuye con todas sus fuerzas los choques hostiles con ellos, busca el modo de ganarlo, de persuadirlo, de fundirlo con el pueblo”. 

Pipes cita las siguientes palabras de la zarina Alejandra sobre los sucesos en Petrogrado:

“Este es un movimiento de gamberros , jóvenes que corren y gritan que no hay pan, simplemente para excitar a la gente, junto con obreros que impiden trabajar a otros. Si hiciera mucho frío, probablemente se habrían quedado todos en sus casas. Pero todo esto pasará y volverá la calma tan solo con que la Duma se comporte como debe”.

 Fin parte de 5 de 13