3/4- La búsqueda de la estabilidad política en el África Subsahariana (por Jan Doxrud)

3) La búsqueda de la estabilidad política en el África Subsahariana (por Jan Doxrud)

Así, habría que tener en cuenta otros factores a la hora de evaluar el porqué la democracia fracasa en los PCM. Por ejemplo, Collier aborda  el tema de las identidades étnicas presentes en los PCM y cómo estas pueden constituir verdaderos obstáculos  para el establecimiento de una república democrática estable así como también la reducción de los niveles de violencia. En estos países, explica el autor, la manera más fácil de organizar las lealtades políticas es fundamentándolas en la filiación étnica, que son más profundas e intensas que en los países de renta alta, lo que se traduce en que los votos quedan sujetos o cautivos en bloques de identidades antagónicas, señala Collier. Otro problema evidente es la falta de aquel “pegamento social” que nosotros conocemos bajo el nombre de “nacionalismo” y que tiene el efecto de generar en las personas la idea de que pertenecen a una identidad superior: la nación. 

Formar un Estado puede ser fácil, pero otro asunto es generar en las personas que viven dentro de sus fronteras el sentimiento de pertenecer a un comunidad superior. Eso le sucedió a Italia tras su unificación en 1871, a algunos países europeos tras el final de la Primera Guerra Mundial y las diversas naciones que emergieron en África. Como señala Collier que, en realidad, varios países PCM carecen por lo general de soberanía nacional y, más bien, poseen una “soberanía presidencial” en donde el Presidente se preocupa de proteger su propia permanencia en el poder, por ejemplo, el fallecido Robert Mugabe.

HfjXSmJY2nX8WRWRDMgh95jn.jpeg

Pero sucede que en los PCM las personas sienten una filiación más estrecha con la etnia que con la idea de nación, por lo que la primera se impone por sobre la segunda. Esto, a su vez, tiene consecuencias en la dinámica política, para ser más específico, en la provisión de bienes públicos por parte del Estado. Se origina así un clientelismo étnico  en donde la políticas públicas quedan a merced de la filiación étnica. En palabras de Collier:

Según numerosos estudios, los servicios públicos son sistemáticamente peores como consecuencia de la diversidad étnica de los ciudadanos. La asociación es causal: no se trata simplemente de que las sociedades étnicamente diversas también padezcan servicios públicos deficientes . Tomando en consideración otras características, a mayor diversidad, peores servicios públicos. Y no solo eso, sino que los gastos más proclives al cliebntelismo étnico, como los salarios públicos, son más elevados”.

Collier cita el caso de su amigo John Githongo, comisario anti-corrupción del Gobierno de Kenia. Sucedió que Githongo quería poner fin a la corrupción dentro del seno del propio Gobierno. El problema es que Githongo pertenecía a la tribu kikuyu, es decir, a la misma tribu que pertenecían los miembros del Gobierno, de manera que Gothingo fue acusado de traidor por querer poner fin a la corrupción dentro del Gobierno. Finalmente Githongo se dio cuenta que la corrupción legaba hasta la esfera presidencial. Tras investigar e incluso grabar con el objetivo de tener evidencia de la corrupción en Kenia, finalmente Githongo se exilió e n Inglaterra debido a amenazas contra su vida. Así, la moral imperante en el Gobierno es una que se encuentra atada a la etnia por lo que la provisión de bienes públicos se hará en favor de un grupo étnico a expensas de otros. 

Captura de Pantalla 2020-01-31 a la(s) 21.51.59.png

Es por ello que Collier explica que, de acuerdo a sus estudios, la diversidad étnica puede afectar negativamente la política en los PCM en el sentido de que   favorece a las posturas más extremistas.De acuerdo al economista inglés, los votantes prefieren votar por el líder más extremista en vistas de que este (y su partido) lleven a cabo negociaciones que puedan favorecer más a su grupo étnico y no hacer fácilmente concesiones. Esta polarización radical, añade Collier, afecta tanto la cooperación así como también la introducción del mecanismo de frenos y contrapesos propio de los Estados de Derecho. Un ejemplo que da el autor es el de  Patricia Etteh, portavoz del Congreso nigeriano quien fue sorprendida malversando los fondos destinados a su cargo. ¿Qué hizo Etteh? Autorizar la adquisición de 12 Mercedez Benz y la reparación de su residencia oficial. La reacción no se hizo esperar entre los nigerianos y medios de comunicación, pero lo que llamó la atención fue a estas críticas.  Los políticos pertenecientes al grupo étnico de Etteh – los yoruba – salieron en su defensa.

Abigail Barr, economista de la Universidad de Nottingham e investigadora perteneciente al grupo de Collier, estudió los niveles de confianza exsitentes en Zimbabue, en donde se daba un escenario ideal debido a la existencia tanto de aldeas étnicamente homogéneas así como también de otras que habían sido el resultado de programas de asentamientos y que eran más diversas desde un punto de vista étnico. Un primer resultado del estudio fue que los habitantes de aldeas étnicamente más diversas presentaban menores niveles de confianza. Otro resultado fue que las personas se mostraban más dispuesta a pagar impuestos cuando beneficiaban a personas afines que cuando iban destinados a personas muy distintas. Otro caso que trae Collier a la palestra es el de Kenia rural en donde los consejos escolares, los cuales se encuentran formados por los apoderados de los alumnos, tienen la facultad de recaudar fondos y dirigir los colegios. 

Captura de Pantalla 2020-01-31 a la(s) 21.56.49.png

El estudio de  Edward Miguel,  economista y académico de la Universidad de Berkeley  y Mary Kay Gugerty  del  Evans School of Public Policy and Governance de la Universidad de Washingtonmostró que cuando un consejo escolar estaba compuesto por personas de etnia diferentes, la gestión era peor, puesto que cuando la composición era étnicamente más homogénea, los miembros se mostraban menos dispuestos a criticar a otro miembro proveniente de la misma extracción étnica. Collier, argumenta que, al igual con lo que sucede con la democracia, la diversidad étnica tendría efectos beneficiosos solo en países con rentas altas, como por ejemplo, los Estados Unidos. Collier baraja una hipótesis que podría dar respuesta a lo anterior y es que las ventajas clave de la diversidad derivan de las aptitudes y de los conocimientos. A este añade el mismo autor:

En una economía con un nivel elevado de conocimientos técnicos, cuanto más diversos sean éstos, mejor. Pero en las economías en donde el saber y la técnica son más rudimentarios, la diversidad tiene menos campo de acción y resulta menos útil”.

Pero también pueden intervenir otros condiciones previas para que el pluralismo cultural y el respeto de las minorías pueda operar de manera óptima, como lo es un sólido Estado de Derecho. Por ejemplo, Collier señala que existen naciones con un sentimiento nacional débil como es el caso de Canadá o Béligca pero que, aún así, funcionan bien. De acuerdo al autor esto podría explicarse a que las distintas identidades subnacionales cohabitan sin problemas dentro de un mismo Estado gracias a la existencia de un efectivo sistema de frenos y contrapesos.

Captura de Pantalla 2020-01-31 a la(s) 21.58.40.png

Frente al hecho de la inexistencia de un “pegamento nacional” que una a los ciudadanos y promueva la acción y cooperación colectiva, Collier sugiere que podríamos vernos tentados por la figura del dictador benévolo que logre la acción colectiva y la cooperación social por medio de la coacción como ha sido el caso de China o de Irak bajo el depuesto dictador Sadam Hussen. Pero en el caso de los PCM la solución autocrática no es una solución y esto se debe, entre otras razones a que, así como la diversidad étnica puede generar democracias defectuosas, también puede generar autocracias igualmente defectuosas. Explica Collier que en una sociedad étnicamente diversa los autócratas suelen  apelar a la “carta étnica” para construir su base de apoyo social tejiendo así una red clientelar étnica que busca aferrarse al poder mediante la expoliación de las cuentas públicas y la transferencia de estas mismas a su base de apoyo. Así tenemos que, siguiendo a Collier, el autócrata no tiene incentivos para preocuparse de construir una economía nacional así como tampoco interés en universalizar sus beneficios.

En suma, Collier junto al catedrático de la Universidad de Harvard, Robert Bates, concluyó que el cóctel consistente en dictadura sumada a una gran diversidad étnica resulta ser letal. Ante la polémica pregunta acerca de la ausencia de dictaduras benignas y modernizadoras en el continente africano, Collier trae a la palestra el estudio de Tim Besley y su alumna Masayuki Kudamatsu, el cual lleva el polémico título: “Cómo hacer que funcione la autocracia”. De acuerdo a este estudio la ausencia de autocracias próperas se debe principalmente a la existencia de un “selectorado” o un reducido grupo de individuos en el que descansa el poder del autócrata. 

9781452606903.jpg

Por su parte, dentro de este concepto de “selectorado”, los académicos de la Universidad de Nueva York, Bruce Bueno de Mesquita y Alastair Smith, dividen el paisaje político en tres grupos de personas. El primero es el “selectorado nominal” que son todas aquellas personas que tienen una influencia legal en las elecciones, por ejemplo, el cumplir con los requisitos para poder votar: el ciudadanos común y corriente. En segundo lugar tenemos el “selectorado real” que es el que “realmente” elige al dirigente, por ejemplo, en China son todos los miembros del Partido y en Arabia Saudita los miembros de la familia real. Por último tenemos la “coalición ganadora” que son aquellas personas cuyo apoyo resulta ser esencial para que el dirigente pueda mantenerse en el poder. Así ambos académicos enumeran 5 reglas básicas que todo dictador debe tener en consideración y que, ciertamente, los autócratas africanos han tenido en consideración, aunque también han ignorado algunos lo que les ha costado el poder

1) Procurar que la coalición ganadora sea los más pequeña posible, de manera que el autócrata dependa del menor número d epersonas posibles para mantenerse en el poder.

2) Procurar que el selectorado nomina sea lo más grande posible para así poder reemplazar fácilmente a los rebeldes o alborotadores. 

3) Controlar el flujo de ingresos: “Para un gobernante siempre es mejor determinar quién come que tener una tarta mayor de la cual la gente pueda comer por sí misma”.

4) Pagar a tus seguidores solo lo suficiente apra conservar su lealtad, de manera que tus seguidores no quieran sustituirte por otros.

5) No sacar dinero del bolsillo de tus seguidores para mejorar la vida de la gente, que vendría ser el reverso de la regla 4.