Siguiendo con los sucesos de 1934, Pío Moa defiende la idea de que la guerra, iniciada en 1936, tan sólo fue el reanudamiento de lo que había quedado a medias en el año 1934, “tal como las brasas de una hoguera mal extinta se resuelven en grandes llamas al recibir nuevo combustible y aire”. Añade Moa que el conflicto de octubre ede 1934 determinó la política española durante los siguientes 21 meses y que, a su calor, “se cocieron a lo largo de 1935 varios procesos belicosos, y se quemaron los tímidos intentos de pacificación”.
18/39- La Guerra Civil Española . El Segundo Bienio, 1934-1936 (por Jan Doxrud)
Ricardo de la Cierva también cita las palabras de Miguel de Unamuno escritas en “Ahora”, el 3 de julio de 1936. Ahí, Unamuno, refiriéndose al ambiente que se vivía, señalaba que ya no se podía hablar de ideología, puesto que no había tal y, en su lugar, solo había barbarie, suciedad, malos instintos y, lo que para él era peor aún, la estupidez.
17/39- La Guerra Civil Española . El Segundo Bienio, 1934-1936 (por Jan Doxrud)
Regresando a Preston, el británico también trae a la palestra al nuevo Ministro de la Gobernacion, Rafael Salazar Alonso “representante de los agresivos terratenientes de Badajoz”, quien promulgó un decreto que criminalizaba las acciones de la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra (FNTT). Tal acción, de acuerdo a Preston, habría frustrado las negociaciones entre la FNTT y los Ministros de Agricultura y Trabajo. Sumado a esto estaban los actos de violencias entre falangistas y otros grupos de izuqierda, así como una nueva concentración por parte delas JAP en Covadonga, Asturias (punto de origen de la Reconquista). Mientras tanto en Cataluña Luis Companys (1882-1940), Presidente de la Generalitat, proclamó que Cataluña era un Estado independiente dentro de la República Federal de España. Ahora bien, de acuerdo a Preston, tales ambiciones fracasaron ya que Companys se negó a armar a los obreros.