5/5- De las Ciencias Sociales a la Sociología (por Jan Doxrud)

5) De las Ciencias Sociales a la Sociología (por Jan Doxrud)

“Las ciencias sociales – o, mejor dicho, los científicos sociales –  se proponen estudiar lo social con el fin primordial de comprenderlo. En cambio, quien se interese por controlar o reformar la sociedad deberá agregar algo al conocimiento de lo social: deberá diseñar o rediseñar organizaciones, con las consiguientes normas, políticas o planes. Puesto que el diseño es el núcleo de la técnica, quien hace diseño social fundándose en las ciencias sociales es un sociotécnico, y quien conduce o repara un sistema o un proceso social es un artesano social”. 

Mario Bunge. Ser, saber y hacer.

 

Por descabellado que esto pueda parecer, como nos recuerda Bunge, fue el influyente el filósofo e historiador marxista Boris Hessen quien sugirió en su “The social and economic roots of Newton’s Principia” que la obra de Newton era hija de tiempo (algo correcto), de su clase (incorrecto) y que su trabajo respondía a dar solución a los problemas planteados por el auge del capitalismo (incorrecto). Aun así la obra de Hessen tendría una gran influencia en la sociología del conocimiento occidental a mediados de la década de 1930 y la mitad de la decada de 1960. 

Los sociólogos marxistas posteriores en Occidente, explica Bunge, fueron más moderados (no reivindicaron que las matemáticas y las ciencias naturales tuviesen un contenido social). Añade que la orientación de estos sociólogos marxistas era más bien práctico que teórico, preocupados por las aplicaciones de la ciencia, la organización de esta misma y la tecnología. El problema con esto es que no tuvieron una formación en ciencias sociales y añade Bunge que se desorientaron producto de los dogmas marxistas a los cuales se adherían. Pero, añade, que estos autores al menos tenían una sólida formación científica, a diferencia de los actuales sociólogos de la ciencia

rop-copy-2-1-1-1280x720.jpg

Ahora bien, el marxismo tuvo algunas  afortunadas influencias, aunque fueron indirectas como lo fue en las Escuela de los Annales, especialmente en la obra del historiador Fernand Braudel. Ahora bien, Bunge centra su atención en la influencia indirecta del marxismo en el pensamiento del sociólogo  estadounidense Robert K. Merton  (1910-2003) , además de Max Weber y Emile Durkheim). En palabras de Bunge:

(…) el marxismo tuvo que ser lavado y activado (en vez de recitado) para ser de utilidad: lavado, esto es, despojado de su tesis externalista radical según la cual el contexto determina el contenido; y activado, es decir, transformada su retórica en investigación”.

Bunge siempre ha mostrado su admiración por la obra y legado de Merton. De acuerdo al filósofo argentino, este sociólogo e historiador de las ideas estadounidense fue el verdadero fundador de la sociología de la ciencia en tanto que ciencia y profesión, y que su escuela había constituido la cima de la sociología de la ciencia. Entre otras obras, Bunge trae a la palestra su escrito de 1938 titulado “La ciencia y el orden social” en donde resumió el “ethos” de la ciencia de la siguiente manera: honradez intelectual, integridad, escepticismo organizado, desinterés e impersonalidad.

getBookImg.jpeg

Dentro de las diversas contribuciones del sociólogo estadounidense, Bunge destaca el hecho de que Merton haya sido (al parecer) el primero autor en plantear que la ciencia poseía un ethos propio que se resumían en 4 imperativos institucionales a saber:

-Universalismo o no relativismo.

-Comunismo epistemico, o compartir, sin restricciones, el conocimiento científico.

-Desinterés o libertad de motivaciones y limitaciones políticas y económicas.

-Escepticsmo, o énfasis en la duda metódica, la argumentabildiad y contrstibilidad.

La  debacle de la sociología de la ciencia comenzaría, de acuerdo a Bunge, en la década de 1960 y 1970 con el denominado “programa fuerte”. Este constructivismo de esta nueva sociología del conocimiento, explica Bunge, considera que todos los “hechos científicos” son construcciones y, en particular, el resultado de comunidades científicas. Aquí se cae en la falacia sociologista y no se establece una diferenciación entre contenido y contexto (externalismo). Para esta escuela, el conocimiento está conformado por la sociedad y “trata de” la sociedad. Así, tal como el externalismo en psicología que tomó la forma de conductismo en donde el individuo era un ente pasivo que podía ser moldeado a voluntad, en el externalismo sociológico, el sociólogo de la ciencia también es un ente irremediablemte determinado por el entorno social, al igual que sus ideas y como las corrobora. 

Como explica Bunge, lo que él denominado como  externalismo moderado global declara que la ciencia “está sujeta al contexto social externo más que al control interno que ejerce la comundiad científica”. Este reduccionismo llega al punto de distorsionar nuestra concepción de la realidad, es decir, se abandona el realismo científico por un subjetivismo constructivista en donde se niega la existencia de un mundo independiente que existe en sí y por sí mismo. En cambio son los sujetos quieens cosntruyen literalemtne la realidad. Tal postura ha llevado a la negación de la existencia de enfermedades las cuales son rotuladas de construcciones sociales. 

Fuente: https://partiallyexaminedlife.com/2019/10/07/ep227-1-social-construction/

Fuente: https://partiallyexaminedlife.com/2019/10/07/ep227-1-social-construction/

En suma la realidad no existe sino que se construye. Dentro de este constructivismo-relativismo, Bunge lanza sin piedad sus dardos contra Thomas S. Kuhn (1922-1996), Paul Feyerabend (1924-1994), David Bloor, Steve Woolgar y Bruno Latour entre otros autores. Bajo esta escuela la verdad universal y transcultural, así como también el método científico queda sepultado bajo el relativismo. Así ya no solo hablamos de un “anarqusimo epistemológico” (Feyerabend) sino que también ontológico,  metodológico, semántico y ético. También son criticados los miembros de la Escuela de Frankfurt quienes se mostraron incapaces de separar ciencia e ideología. Esto se tradujo en que la ciencia obedece a intereses ideológicos e incluso que la ciencia misma “es” ideología (al igual que la tecnología que tanto atacó Heidegger). La ciencia es poder y busca legitimar los poderes facticos en las sociedades capitalistas.

Regresando a la problemática sobre si acaso la sociología puede constituirse en una ciencia, Bunge se mostraba optimista y que este era un ideal alcanzable. Claro que esto implica abandonar lo que denomina como   “prejuicio romántico” contra la cuantificación, a la medición y también contra el pensamiento científico. Como explica el mismo autor,  cantidad y cualidad se complementan, puesto que toda cantidad consiste en la numerosidad, intensidad o grado de una colección de elementos que comparten una determinada cualidad, de manera que la cualidad precede a la cantidad ( por ejemplo, el índice de Gini mide la desigualdad del ingreso). Ahora bien una cualidad que es intrínsecamente cualitativa como lo es la existencia escapa a la cuantificación puesto que no existen grados de existencia, de manera que este concepto es uno dicotómico (de si o no)

ruler.jpg

Para que esto llegue a buen puerto se debe abandonar la “sociología literaria” y abrazar una que adopte un riguroso método. Por  método, Bunge entiende un procedimiento regular y bien especificado para hacer algo. En otras palabras, de acuerdo al filósofo argentino, un método constituye una secuencia ordenada de operaciones dirigidas a un objetivo. En lo que respecta al  método científico, este consiste en una secuencia en donde se inspecciona un cuerpo de conocimiento, se elige un problema de tal cuerpo de conocimientos, se formula o reformula el problema, se aplica o inventa un enfoque para afrontar el problema, se llega a una solución tentativa (hipótesis, teoría), se examina la solución tentativa, se evalúa la solución tentativa a la luz de la prueba como el conocimiento de trasfondo, se revisa o repite cualquiera de los pasos previos y, finalmente, se realiza una evaluación final.

Artículos complementarios  (hacer click en los títulos)

Ciencia y Pseudociencias (por Jan Doxrud)

Sistemas y sistemismo (por Jan Doxrud)

(I) De la neurona a la conciencia: ¿Qué es el materialismo? (por Jan Doxrud)

(II) De la neurona a la conciencia: ¿Qué es el materialismo? (por Jan Doxrud)

(III) De la neurona a la conciencia: ¿Qué es el materialismo? (por Jan Doxrud)

(II) El debate en torno a la Naturaleza Humana (por Jan Doxrud)

(I) El debate en torno a la Naturaleza Humana (por Jan Doxrud)

¿Por qué vivimos en sociedades? (1): La idea del Contrato Social (por Jan Doxrud)

¿Por qué vivimos en sociedades? (2): La teoría de juegos (por Jan Doxrud)

¿Por qué vivimos en sociedades? (3): Contrato Social y Naturaleza Humana (por Jan Doxrud)

Breve reflexión en torno al concepto de “racionalidad” (por Jan Doxrud)