¿Qué es ser inteligente?
Howard Gardner es un influyente psicólogo, investigador, autor y académico. Gardner es titular de la cátedra de Cognición y Educación John H. & Elisabeth A. Hobbs de la Escuela Superior de Educación de la Universidad de Harvard. Desde 1972 ha sido codirector y presidente del comité del Proyecto Zero de la Universidad de Harvard, que se ha dedicado a la investigación y estudio de los procesos de aprendizajes en niños y adultos. En el 2011 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales. Gardner se saltó a la fama con su teoría acerca de las inteligencias múltiples propuesto en 1983, lo que significó una revolución en el ámbito de la psicología así como en nuestra manera de concebir la inteligencia. Desde ese momento la inteligencia dejaría de estar únicamente asociada al “coeficiente intelectual” así como a los tests que miden el “IQ”, costumbre iniciada por el francés Alfred Binet (1857-1911) en colaboración con el psiquiatra Théodore Simon (1872-1961) para predecir cual sería el desempeño y la posibilidad de éxito y fracaso de los niños dentro de las escuelas. Este enfoque de la inteligencia trascendería las fronteras parisinas para ser adoptada en otros países convirtiéndose así en “el” instrumento de “medida” y gran oráculo acerca del desempeño futuro de las personas.
Tenemos pues, que el afán de querer cuantificarlo absolutamente todo se instaló en la psicología y la inteligencia, es más, lo mental sería otro aspecto humano que podía ser medida como el peso y la altura. Así hoy tenemos pruebas estandarizadas como la Prueba de Selección Universitaria (PSU) en Chile o el Scholastic Assesment Test (SAT) en Estados Unidos. De acuerdo a este tipo de pruebas, a partir de cierto puntaje, una persona podría ser considerada “inteligente” aunque no esté claro que se quiere decir con tal concepto. Gardner vino a romper con esta estrecha y fosilizada visión que existía sobre la inteligencia, es decir, con aquella concepción psicométrica de la inteligencia que la define operacionalmente como la habilidad para responder distintos ítems de un test de inteligencia. Como explica Gardner, la teoría de las inteligencias múltiples vino a pluralizar el concepción tradicional que teníamos de este concepto. Más que definir la inteligencia desde operacionalmente, Gardner la define como una capacidad computacional, es decir, como la capacidad de procesar cierto tipo de información.
De esa manera, Gardner hacía un llamado a trascender la concepción estrecha y tradicional de inteligencia, que la reducía a capacidades lógicas y lingüísticas que son las que realmente se valoran dentro de los establecimientos educacionales. Por lo demás, esta capacidad de la que habla Gardner se fundamenta en nuestra biología y psicología humana. En una entrevista Gardner afirma: “Una inteligencia es el potencial biológico y psicológico para analizar información de formas específicas, con el objetivo de solucionar problemas o crear productos valiosos para la cultura”. El mensaje de fondo de Gardner es que no existe “una sola inteligencia”, pero no se limitó solamente a afirmar eso, sino que además afirmó que existen ocho inteligencias. Estas inteligencias son:
1-Inteligencia lingüística: ¿cómo te expresas por escrito y de manera oral? ¿Tienes facilidad para escribir y expresarte por medio de las palabras? ¿Tienes facilidad para aprender idiomas?
2-Inteligencia musical: ¿tienes un sentido del ritmo? ¿Tienes capacidad para escuchar música, identificar notas y los instrumentos involucrados en una canción? ¿Tienes facilidad para crear y componer piezas musicales? ¿Tienes facilidad para aprender a tocar un instrumento?
3-Inteligencia lógica-matemática: ¿consideras que el método científico es el más fiable? ¿Tienes facilidad para realizar cálculos complejos o resolver ecuaciones? ¿Valoras el razonamiento claro, preciso y sólidamente argumentado?
4-Inteligencia espacial: ¿tienes facilidad para elaborar modelos mentales en tres dimensiones? ¿Tiendes a pensar de manera “visual”? ¿Consideras que tienes una memoria “visual”?¿Disfrutas realizando esculturas, armando estructuras, haciendo dibujos o bosquejos? ¿Percibes detalles en las objetos que ves? ¿Tienes facilidad para orientarte en un lugar determinado?
5-Inteligencia corporal-kinestésica: ¿te gustan los deportes, bailar o meditar? ¿Te gusta la idea de interpretar un rol teatral? ¿Eres capaz no sólo de sentir emociones sino que también demostrarlas corporalmente? ¿Eres hábil para manipular objetos u artefactos con tus manos?
6-Inteligencia intrapersonal: ¿consideras que te conoces a ti mismo? ¿Sientes interés por explorar tu propia persona identificando tus fortalezas y debilidades? ¿Sientes interés por profesiones como la psicología o la psiquiatría? ¿Te gusta meditar? ¿Te gusta tener espacios de soledad para estar contigo mismo? ¿Eres una persona autodisciplinaza, tienes control sobre ti mismo?
7-Inteligencia interpersonal: ¿tienes capacidad y facilidad para relacionarte con las demás personas? ¿Te consideras una persona empática? ¿Eres capaz de reconocer los sentimientos y emociones de las personas con las que compartes? ¿Eres capaz de identificar cómo se sienten las demás personas observando su posturas o expresiones faciales?
8-Inteligencia naturalista: ¿eres consciente del medioambiente que te rodea? ¿Te sorprendes por los distintos fenómenos naturales? ¿Eres curioso, observador, te gusta investigar los fenómenos de la naturaleza?
Capacidades que debemos desarrollar para el futuro
En el libro “5 Minds for the Future”, Howard Gardner nos presenta las “cinco mentes para el futuro”, es decir, cuáles son aquellas habilidades y capacidades que necesitamos y que las generaciones futuras necesitarán para un mundo cambiante como el nuestro. Estas cinco mentes son:
1-Mente disciplinada: es aquella que ha dominado al menos una manera de pensar, esto es, un modo de cognición distintiva de una particular disciplina académica, arte o profesión. Puede suceder que los estudiantes pueden acumular una gran cantidad de conocimientos, pero que no han aprendido a pensar de una manera disciplinada. Gardner ejemplifica utilizando casos de distintas disciplinas. En biología, los estudiantes tienden a concebir la evolución como un proceso teleológico, que si no es guiado por Dios (en caso de teístas), es guiada por una suerte de mano invisible. El hecho es que no pueden concebir que este proceso carezca de un fin determinado. En historia, los estudiantes pueden mostrarse incapaz de identificar las múltiples causas que pueden intervenir por ejemplo en la Primera Guerra Mundial. También se muestran incapaces de concebir que en la historia los distintos procesos pueden suceder de manera simultánea.
Gardner afirma: “The old habits die hard, and the new ways of thimking and acting are hardly natural”. De manera que disciplinar la mente no hay que concebirla como violentarla o simplemente imprimirle orden, sino que es tener la capacidad de cambiar y adaptarse al medio en que un se desenvuelve. Un profesor no puede pretender en este siglo enseñar utilizando métodos y estrategias utilizadas en la década de 1990 , ya que los niños y jóvenes de hoy no son los mismos. Tenemos entonces que la disciplina constituye una manera distintiva de pensar acerca del mundo. Ya no basta con acumular datos, nombres, fechas, fórmulas, sino que lo importante es qué hacemos con esa información, qué conexiones somos capaces de establecer, que consecuencias en el corto y largo plazo tuvo ese nombre, descubrimiento o acontecimiento histórico.
¿Qué trascendencia tuvo Charles Darwin? ¿Qué influencias tuvieron las ideas de Darwin en otras disciplinas? ¿Qué desafíos plantearon sus descubrimiento en la interpretación religiosa sobre la creación y el ser humano? Qué repercusiones tuvieron las ideas de Darwin en el desarrollo posterior de la biología? ¿Cuál fue la relevancia de la Revolución Francesa para el mundo actual? ¿Por qué estalló la revolución en Francia y no en otros reino? Gardner afirma que los estudiantes y alumnos no deben concebir la información como un fin en sí mismo, tampoco como un medio o un trampolín para otros tipos de información más avanzada (tomaré microeconomía I para poder tomar Microeconomía II). La información debe ser concebida “as means of better informed practice”. ¿Cómo disciplinar una mente en las distintas disciplinas? Gardner responde:
A-Identificando los tópicos o conceptos verdaderamente importantes dentro de la disciplina específica. Lo anterior puede incluir contenidos, metodología (el “cómo”).
B-Dedicar una significativa cantidad de tiempo a estudiar ese tópico, de manera profunda, utilizando múltiples ejemplos y modos de análisis.
C - Aproximarse al tópico de múltiples maneras. De acuerdo a Gardner, cualquier tópico es comprendido de una mejor manera si se le aproxima desde diversos puntos de entrada tale como la exposición lógica, debate, diálogo, humor, descripciones gráficas, juegos de rol o historias. En este punto es cuando la mente disciplinada entra en contacto con la teoría de las inteligencias múltiples, ya que. Mientras algunas disciplinas puede priorizar un tipo de inteligencia específico, un buen pedagogo sabrá implementar los distintos tipos de inteligencia para enseñar conceptos y procesos. Un docente puede ser un gran experto en la materia, pero puede que su deficiente inteligencia interpersonal genere un clima poco favorable hacia al aprendizaje, y los alumnos verán al profesor como una persona lejana y desinteresada por sus alumnos. Puede que un profesor maneje muy bien los contenidos de la disciplina, pero su manera de enseñar es inefectiva ya que no hace uso de imágenes, mapas, caricaturas o videos para enseñar su materia de una manera más lúdica.
D-Importante son aquellos desempeños que reflejen lo que el alumno ha aprendido y comprendido (“performances of understanding”). Es importante que el docente genere las instancias para que los alumnos sean capaces de demostrar y expresar lo que han aprendido, lo cual no debe reducirse solamente a pruebas escritas o preguntas de selección múltiple. Es aquí donde entra en escena la destreza e imaginación del docente para estimular al alumno a pensar, reflexionar y a expresar lo que aprendió. Pero esto no debe ser un mero ejercicio repetitivo, sino que hay que estimular al alumno relacionar, comparar, elaborar juicios propios y otras habilidades de nivel superior. Más importante aún, y que debe ser una tarea en la que no se debe claudicar, es generar en los alumnos el placer por aprender, que valoren el aprendizaje independiente de si le ofrece o no una utilidad específica, ya sea dinero, éxito, fama.
2-Mente sintetizadora: esta mente es capaz de tomar información proveniente de distintas fuentes, pudiendo posteriormente comprenderla y evaluarla objetivamente, y reunirla de una manera coherente, que haga sentido tanto para el sintetizador como para el público. Gardner señala que esto no es algo nuevo y el afán de síntesis ha estado presente en filósofos presocráticos, en Platón y Aristóteles. Podemos añadir a otros pensadores que tuvieron la misma ambición como San Agustín, Santo Tomás de Aquino, Jean le Rond D'Alembert y Denis Diderot (enciclopedistas), G. W. F. Hegel, Immanuel Kant, Karl Marx y actualmente Mario Bunge.
Por lo tanto, la habilidad de recolectar, entender y organizar información proveniente de distintas fuentes para hacer de estas un todo coherente y comprensivo es una habilidad que la persona debe aprender a desarrollar. Ahora bien, esta no es una habilidad fácil, ya que requiere que la persona no sólo tenga aquella habilidad, sino que también debe tener un manejo de distintas disciplinas. Así podemos concebir al ser humano desde un punto de vista biológico, materialista, pero no se puede dejar de lado aspectos psicológicos, así como la dimensión religiosa o existencial de este mismo. Además, dominar distintas disciplinas requiere curiosidad, interés, esfuerzo y tiempo. Gardner distingue distintas clases de síntesis:
a) Narrativas: el sintetizador es capaz de reunir el material en una narrativa coherente. Ejemplos dados por el autor: la Biblia, libros de texto de Historia o Ciencias, “Historia de la decadencia y caída del imperio romano” de Edward Gibbon y “Guerra y paz” de León Tolstói.
b) Taxonomías: capacidad de ordenar el material de acuerdo a características sobresalientes. Ejemplos dados por el autor: el sistema decimal de Dewey en las bibliotecas, la clasificación de plantas y animales de Carlos Linneo, la tabla periódica de Dmitri Mendeléyev o Gil Chaverri.
c) Conceptos complejos: un concepto estipulado puede unir o fusionar una serie de fenómenos. Ejemplos dados por el autor: Charles Darwin y el concepto de “selección natural”, Sigmund Freud y el concepto de “inconsciente”, Adam Smith y el concepto de “mano invisible” (podemos añadir la “destrucción creativa de Joseph A. Schumpeter), T. S. Eliot y el concepto de “correlato objetivo”
d) Reglas y aforismos: se refiere a aquellas frases memorables y aplicables a múltiples casos. Son una suerte de “sabiduría popular”, como por ejemplo: “piensa primero, actúa después”, “las acciones dicen más que mil palabras”, ‘más vale pájaro en mano que cien volando”, “diversifica tu portafolio”.
e) Metáforas poderosas, imágenes y temas: por ejemplo, Darwin explicó la evolución utilizando la imagen de un árbol que se va ramificando. Platón, en el Fedro, utilizó la imagen del auriga y los caballos para representar, el alma intelectual, la parte racional del ser humano y las pasiones del mismo. Para representar la división tripartita freudiana, esto es, el ello, el yo y el supero yo, se utiliza la imagen del iceberg, donde la punta de este (que queda expuesta) representaría el yo, nuestra parte consciente.
f) Realizaciones sin palabras: ejemplos de esto son representaciones artísticas como “Guernica” de Pablo Picasso, “La Libertad guiando al pueblo” de Delacroix, “Tiempos Modernos” de Chaplin o “El Juicio Final” de Miguel Ángel.
g) Teorías: los conceptos pueden ser “amalgamados” en una teoría tal como la teoría económica de Adam Smith, la evolución de Darwin o el psicoanálisis freudiano.
h) Metateoría: estas son una suerte de marcos generales, metarrelatos (para utilizar el término empleado por Lyotard). Ejemplos de esto son los grandes sistemas filosóficos como el de Aristóteles, G. W. F. Hegel, Karl Marx o San Agustín de Hipona.
Más adelante, Gardner explica los componentes para poder desarrollar la síntesis, pero que el lector tendrá que consultar por su cuenta.
3-Mente creativa: es aquella que propone y lleva a cabo nuevas ideas, plantea nuevas interrogantes y llega a respuestas inesperadas. La mente reativa exige apertura, vale decir, estar abierto al cambio, a lo inesperado y a la posibilidad de que puedo e star equivocado o que mis investigaciones me puedan llevar por caminos que no tenía contemplado. La creatividad exige flexibilidad y la capacidad de abordar un problema desde diversos puntos de vista . En pocas palabras, la mente creativa exige “pensar fuera de la caja”. La mente creativa también exige perseverancia y valor, ya que muchas veces la sociedad no estará preparada para aceptar los resultados de la mente creativa. Tenemos el caso de Copérnico y Galileo, que defendieron un modelo del universo que chocaba con la creencia popular defendida por la Iglesia. Otro ejemplo es el de Albert Einstein cuyas ideas desafiaban el sentido común, señalando, entre otras cosas, que a velocidades de la luz los cuerpos se dilatan y que el tiempo se contrae. Por último, podemos citar el ejemplo de Alfredo Moser y su “bombilla para los pobres” o Louis Braille quien inventó el sistema de lectura que lleva su nombre. En relación a la creatividad, el lector puede también recurrir a los trabajos del psicólogo y estudioso de esta: Mihály Csíkszentmihályi.
4-Mente respetuosa: es aquella que tolera, da la bienvenida a las diferencias y trata de entender a “los otros”. Esta mente respetuosa exige muchas veces la capacidad por parte de nosotros de trascender nuestra burbuja cultural o el etnocentrismo, a la hora de evaluar y emitir juicios de valor sobre otras culturas. Cabe aclarar que lo anterior no significa abrazar el relativismo moral o el “todo vale” en materia moral.
5-Mente ética: es aquella que reflexiona acerca de la naturaleza de nuestro trabajo y sobre las necesidades y deseos de la sociedad en la cual habitamos. Esta mente, señala Gardner, es aquella que puede conceptualizar como nosotros podemos servir a propósitos que va más allá de nuestros propios intereses y como los ciudadanos pueden trabajar de manera no egoísta para mejorar la situación de todos. En una clase, el profesor puede reflexionar junto a los alumnos acerca del rol de estos últimos como estudiantes y como futuros profesionales, y las contribuciones que ellos pueden hacer para que la sociedad en que viven pueda mejorar, desde el punto de vista, por ejemplo, de las relaciones humanas.
En su libro, Gardner profundiza en los aspectos que he destacado y explica también cómo es posible desarrollar estas cinco mentes en las personas. En la conclusión, Gardner explica la manera de cultivar estas cinco mentes proporcionando ejemplos que pueden ser empleados en la sala de clase o en el trabajo. También menciona en algunos casos algunas resistencia con las que podemos encontrarnos, como por ejemplo, en el caso de la mente ética, que tiene que hacer frente al conservadurismo. En resumen, este es un libro que recomiendo a padres, madres, solteros, solteras, adolescentes y jóvenes universitarios, y por su puesto, a los profesores.
Artículos complementarios
1) Hablemos de educación (por Jan Doxrud)
2) Hablemos de educación (por Jan Doxrud)
3) Hablemos de educación (por Jan Doxrud)
4) Hablemos de educación (por Jan Doxrud)
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