6/15-Apuntes sobre Immanuel Kant. Filosofía categorías, el  Yo y los esquemas trascendentales (por Jan Doxrud)

6/15-Apuntes sobre Immanuel Kant. Filosofía categorías, el  Yo y los esquemas trascendentales (por Jan Doxrud)

Tenemos entonces que la funcion propia de los conceptos es la de ordenar, unificar una multiplicidad bajo una representación común y a esto se le denomina juzgar. Esta multiplicidad que hay que unificar es la multiplicidad pura dada por la intuición pura, es decir, espacio y tiempo. Lo que el entendimiento hace es actuar sobre la multiplicidad por medio de una actividad unificadora que Kant denomina síntesis. El juicio, escribió Kant, es el conocimiento mediato de un objeto...la representación de una representación del mismo.

Por ejemplo en el juicio "todos los cuerpos son divisibles”, el concepto de divisible se refiere a otros conceptos y entre estos se refieren particularmente al concepto de cuerpo. Los diversos modos en que el entendimiento unifica y sintetiza son los conceptos puros del entendimientos: las categorías. La novedad es que, mientras que para Aristoteles las categorías eran modos del ser, para Kant son modos de funcionamiento del pensamiento, son las estructuras trascendentales del entendimiento, los conceptos puros de acuerdo a los cuales piensa el entendimiento.

Si las categorías fuesen determinaciones o nexos de los entes, tendriamos de ellos un conocimiento empírico y a posteriori, y de esa manera no tendríamos un conocimiento universal y necesario de estos. Kant enumera doce categorías, que corresponden a los doce juicios de la logica tradicional.  Veamos en primer lugar los juicios:

-Cantidad (particulares, singulares y universales).

-Cualidad (afirmativos, negativos e infinitos).

-Relacion (categoricos, hipiteticos y disyuntivos)

Modalidad (problemáticos, asertóricos y apodícticos).

Las doce categorias son las siguientes:  

-Cantidad (pluralidad, unidad y totalidad).

-Cualidad (realidad, negacion y limitacion).

-Relacion (substancia y accidente, causalidad y dependencia, comunidad o reciprocidad de acción).

-Modalidad (posibilidad e imposibilidad, existencia y no existencia, necesidad y cobtingencia)

Tras haber establecido el numero de las categorias, Kant muestra, en la deduccion trascendental de las categorias, la legitimidad de la aplicacion de las categorías a lo dado a la sensibilidad. Las categorías son aplicadas de manera adecuada cuando las aplicamos a los objetos que se dan a la experiencia y no a aquellos objetos que intentan ir más allá de estas. El concepto tiene un valor objetivo si lo utilizamos para pensar un objeto tal como un auto o una montaña que se encuentre frente a mí, pero no podemos utilizar el concepto, por ejemplo, de unidad, a la divinidad.

Lo mismo sucede con la categoría causa-efecto que tiene valor objetivo cuando se aplica a la relación que existe entre los fenómenos, pero no podemos utilizarla para pensar a una deidad y expresar que esta creó el mundo y todo lo que existe en este, o que el pan se convierta en cuerpo de Cristo. Para que las cosas sean conocidas de manera sensible tienen que estar sometidas a las formas de la sensibilidad y para que las cosas para ser pensadas, deben estar sometidas a las leyes del entendimiento y del pensamiento.

Cuando el sujeto adapta sensiblemente las cosas las ubica en el espacio y el tiempo y, al pensarlas, las ordena y determina conceptualmente de acuerdo con los modos propios del pensamiento. De esta manera podemos decir que los conceptos puros o categorias son las condiciones según las cuales es solamente posible que algo se piense como objeto de la experiencia.

Ahora continuemos con otra idea clave en Kant que es el "yo pienso" que es diferente al de Descartes. Con Kant cambia la relacion entre sujeto y objeto. Tradicionalmente el concepto de objeto era concebido como algo que se oponía o se enfrentaba al sujeto. Para Kant, en cambio, el objeto supone al sujeto. Kant introduce una nueva figura teórica que es el "yo pienso" o "apercepcion trascendental". En la segunda sección, sobre la posibilidad de un enlace en general, Kant señala que lo múltiple de las representaciones puede ser dado en una intuición que es meramente sensible y la forma de esa intuición puede estar a priori en nuestra facultad de representaciín.

Por otra parte dice que el "enlace" de lo multiple en general no puede venir nunca a nosotros por medio de los sentidos y tampoco puede estar contenido al mismo tiempo en la forma pura de la intuicion sensible. Este, continúa explicando Kant, es un acto de la espontaneidad de la facultad representativa, "y como esta facultad debe llamarse entendimiento...resulta que todo enlace, seamos o no conscientes de él, sea un enlace de lo multiple de la intuición o de varios conceptos, y, en el primer caso, de la intuición empírica o de la no empírica, es una accion del entendimiento, que vamos a designarcon la denominación general de sintesis...”[1].

De acuerdo con Kant no podemos representarnos nada como enlazado en el objeto sin haberlo enlazado previamente nosotros mismos y que de todas las representaciones, es el enlace la única que no es dada por medio de objetos, sino que sólo puede ser ejecutada por el sujeto. En resumen, el enlace es la "representación de la unidad sintética de lo múltiple. Ahora bien, esta representación no nace del enlace sino que es esta la que hace posible el concepto del enlace.

La unidad que precede a priori a los conceptos del enlace no es la categoria de la unidad, "pues todas las categorias se fundan en funciones del juicio; en estas empero se piensa ya enlace y por lo tanto unidad de conceptos dados. La categoría presupone pues ya enlace"[2]. Kant busca aquello que contiene el fundamento de la unidad de diferentes conceptos en el juicio, de la posibilidad del entendimiento. Es la unidad es el "yo pienso".

Recordemos que las categorías son doce y estas deben tener a sí mismo una unidad original que debe estar a la cabeza. Este es el yo pienso o la apercepción trascendental, que es la unidad trascendental original y suprema de la autoconciencia que encabeza las doce categorías. El yo pienso, escribió Kant: "tiene que poder acompañar a todas mis representaciones; pues, si no, sería representado en mi algo que no podría ser pensado, lo cual significa tanto como decir que la representación seria, o bien imposible o al menos nada para mí"[3].

Kant denomina intuicion a la representacion que puede ser dada antes de todo pensar. Pero esa representacion, "es un acto de la espontaneidad, es decir, que no puede ser considerada como perteneciente a la sensibilidad". Kant la denomina apercepcion pura para distinguirla de la apercepcion empirica o tambien percepción originaria, "porque es aquella autoconciencia  que, produciendo la representacion yo pienso (que tiene que poder acompañar a todas las demás y que es una y la misma en toda conciencia), no puede ser deducida de ninguna otra. A su unidad doy el nombre de unidad trascendental de la autoconciencia"[4].

Para Kant las múltiples representaciones que son dadas en una intuición no serían estas mis representaciones, si no que pertenecieran todas estas a una autoconciencia. El yo pienso no hay que entenderlo como el yo individual de cada sujeto empirico, sino que como la estructura del pensar común a cada sujeto empírico. Para Kant la unidad sintética de la apercepción es el punto más alto al que se debe ligar todo el uso del entendimiento, la lógica misma y la filosofía trascendental.

Regresando a la pregunta que nos hemos planteado desde el comienzo, acerca de cómo son posible los juicios sintéticos a priori, estos son posibles no sólo porque tengamos las formas puras de la intuición del espacio y del tiempo a priori, sino que debido a que nuestro entendimiento es actividad unificadora y sintetizadora que se explica por las categorías y culmina en la apercepción original, que es principio de la unidad sintética original. El yo pienso de Kant, el sujeto trascendental, es función y actividad, posibilidad última de todas las síntesis de conocimiento. Los románticos e idealistas llevarán esta idea al extremo, construyendo una verdadera metafísica del sujeto, que llegará a su etapa culmine con Hegel.

Pasemos a revisar otro problema abordado por Kant  que tiene que ver con la mediación entre intuiciones y conceptos o, como lo plantea Kant, sobre cómo es posible subsumir las intuiciones en los conceptos y, por ende, la aplicacion de las categorías a los fenómenos. Si se comparan los conceptos puros del entendimiento con las intuicones empíricas, resulta que son heterogéneos. Para esto es necesario recurrir a un tercer termino que sea homgéneo con la categoría y con el fenómeno. Tal representacion, de acuerdo a Kant, debe ser pura, sin nada empirico, pero que sea a la vez sensible e intelectual. Este intermediario es lo que Kant denomina esquema trascendental.

Tenemos que el espacio es la intuición de los fenómenos externos y el tiempo la intuición de los fenómenos internos. Los fenómenos externos, una vez aprehendidos,  se hacen internos en el sujeto por lo que el tiempo puede considerarse como la forma de la intuición que conecta todas las representaciones sensibles. Asi, el tiempo es homogéneo con los fenómenos, ya que no puede darse ninguna representacion empirica salvo por éste. En cuanto a que es forma, es a priori, puro y asi, homogéneo con las categorias. El tiempo vendría a ser la condición general según la cual solamente la categoria puede aplicarse a un objeto.

"Por eso una aplicación de la categoría a los fenómenos será posible por medio de la deteminación trascendental del tiempo que, como esquema de los conceptos puros del entendimiento, sirve de termino medio para subsumir los fenómenos en la categoría"[5].

El esquema trascendental es una determinación a priori del tiempo. Kant distingue el esquema de la imagen. Tomemos los ejemplos del propio Kant. Puedo ver cinco puntos uno tras otro  lo que equivale a tener una imagen del numero cinco. Ahora bien, cuando se piensa en un número en general, ese pensamiento es más la representacion de un método para representar, conforme a un cierto concepto, esto es, una muchedumbre en una sola imagen, que dificilmente se podria abarcar con la vista y comparar con el concepto.

"A esta representación de un procedimiento universal de la imaginacion para proporcionar su imagen a un concepto es a la que yo llamo el esquema del concepto"[6].

En la base de nuestros conceptos puros sensibles, afirma Kant, no hay imágenes de los objetos, sino esquemas. Por ejemplo, al concepto de triángulo en general no puede adecuarse ninguna imagen del mismo ya que no alcanzaría la universalidad del concepto. El esquema del triángulo, escribió Kant, "no puede nunca existir en otra parte que en el pensamiento y significa una regla de la sintesis de la imaginación respecto a las figuras en el espacio"[7].

Otro ejemplo para aclarar esto lo proporciona nuevamente Kant. Podemos representarnos un perro y así tener una simple imagen, pero cuando  imagino al perro o la figura de cierto cuadrupedo "sin estar limitada a alguna particular figura que la experiencia me ofrece, o a la imagen posible que puedo exponer in concreto", tengo un esquema. Lo anterior guarda relación con los esquemas en general, por lo que ahora veamos el caso de los esquemas trascendentales.

Tenemos que la imagen es un producto de la facultad empírica de la imaginación productiva y, el esquema de los conceptos sensibles, es un producto y como "un monograma de la imaginación pura a priori por el cual y según el cual se hacen posibles las imágenes; estas empero tienen que enlazarse con el concepto mediante el esquema que ellas indican y no son en si enteramente congruentes con el mismo"[8].

En lo que respecta al esquema puro del entendimiento, es algo que no puede ser puesto en imagen alguna. Como señala Kant, es solo la síntesis pura, "conforme a una regla de la unidad, según conceptos en general y que expresa la categoría; es un producto trascendental de la imaginación, que se refiere a la determinación del sentido en general, según condiciones de su forma (el tiempo), respecto de todas las representaciones, en cuanto estas en conformidad con la unidad de la apercepción, deben ser comprendidas a priori en un concepto"[9].

Los esquemas trascendentales deben ser tantos como las categorías. Por ejemplo,  el esquema es la permanencia de lo real en el tiempo, en otras palabras, la representación de lo real como un sustrato de la determinación empírica del tiempo en general, el cual permanece mientras lo demás cambia. El esquema de la causa y de la causalidad consiste en la sucesión de lo múltiple de acuerdo a una regla. El esquema de la necesidad es la existencia de un objeto en todo tiempo. Los esquemas de los conceptos puros del entendimiento son las verdaderas y únicas condiciones que permiten proporcionar a los conceptos relaciones con los objetos y de esa manera, una significación, y las categorías, continúa explicando Kant,

no tienen más uso posible que uno empírico, pues que sólo sirven para someter fenómenos a reglas universales de síntesis, mediante fundamentos de una unidad necesaria a priori (a causa de la necesaria reunión de toda conciencia en una apercepción originaria) y capacitar esos fenómenos de ese modo para un enlace general en una experiencia[10].

Todos nuestros conocimientos están en el conjunto de toda la experiencia posible y la verdad trascendental, señala Kant, que precede a toda verdad empírica y la hace posible, consiste en una referencia universal a toda experiencia posible.

Se puede concluir de la analítica que el conocimiento científico es universal y necesario, pero es fenoménico y, sólo así puede ser ya que el elemento de universalidad y necesidad proviene del sujeto y sus estructuras a priori. Este fenómeno constituye un ámbito restringido rodeado por un ámbito que se nos escapa que es la cosa en sí. El fenómeno, del griego phaimenon, significa aparición manifestación, no es el objeto de la intuición sensible. Nosotros captamos los fenómenos o cosa en mí y no el nóumeno o la cosa en sí.

La materia del fenómeno es dada por las sensaciones singulares y por ende es a posteriori y su forma proviene del sujeto, y así es a priori.

Así pues, el entendimiento no puede hacer de todos sus principios a priori y de todos sus conceptos más que un uso empírico y nunca trascendental. El uso trascendental de un concepto, en cualquier principio, consiste en referirlo a las cosas en general y en sí mismas. El uso empírico consiste en referirlo sólo a fenómenos, es decir, a objetos de una experiencia posible[11].

En un sentido positivo, el nóumeno es el objeto de la intuición intelectiva y, en un sentido negativo, el nóumeno es la cosa en sí, haciendo abstracción de nuestra forma de intuirla, es la cosa pensada sin relación con nuestra forma de intuirla. De esta manera, el nóumeno o cosa en sí no es objeto de los sentidos, sino que sólo puede ser pensado por nuestro entendimiento, en otras palabras, tiene un sentido que es el de no ser fenoménico.

Este concepto de nóumeno es problemático ya que no contiene contradicción alguna y,  como tal,  lo podemos pensar, pero nunca conocer efectivamente. En otras palabras el nóumeno, como cosa que ha der ser pensada pero no como objeto de los sentidos,  sino como cosa en sí, no es contradictorio, ya que la sensibilidad no es el único modo de intuición. El nóumeno es un concepto límite que sirve para circunscribir las pretensiones de la sensibilidad. En este sentido el nóumeno tiene un uso puramente negativo.

Por último, el concepto de nóumeno es necesario para que la intuición sensible no se extienda hasta la cosa en sí y se limite la validez objetiva del conocimiento sensible. Nosotros no podemos conocer positivamente el nóumeno ya que la intuición intelectual se encuentra fuera de nuestra facultad cognoscitiva. Esta intuición intelectual es propia de un entendimiento superior al humano.



[1] Ibid., 96.

[2] Ibid., 97.

[3] Ibid., 97.

[4] Ibid., 97.

[5] Ibid., 119.

[6] Ibid., 120.

[7] Ibid.

[8] Ibid., 121.

[9] Ibid.

[10] Ibid., 123.

[11] Ibid., 180.