1/5-Israel, israelíes y judíos: la persistencia de prejuicios y  estereotipos (por Jan Doxrud)

1/5-Israel, israelíes y judíos: la persistencia de prejuicios y  estereotipos (por Jan Doxrud)

El 7 de octubre el “Movimiento de Resistencia Islámico” (“Hamas” o Harakat al-Muqawama al-Islamiya), y otros civiles residentes en la Franja de Gaza, llevaron a cabo un pogromo que le costó la vida a miles de israelíes y que, además, dejó en evidencia el nivel de violencia con el que actuaron los asesinos. Para ser más específicos ese 7 de octubre el sadismo extremo hizo acto de presencia en territorio israelí en donde hubo torturas, violaciones de mujeres, amputaciones de miembros femeninos, asesinatos de familias completas, cuerpos calcinados, asesinatos de ancianos, adolescentes y menores de edad, asesinatos en masa, así como saqueos y secuestros. Hay que recordar que, producto de este ataque, fueron también asesinados beduinos árabes que habitan la zona,  trabajadores rurales tailandeses, nepalíes, un jove de Tnazania que fue a estudiar agricultura, además de sudamericanos, estadounidenses y europeos.

Map que muestra la Franja de Gaza y los kibbutzim atacados

Los israelíes fueron perseguidos y masacrados tanto en los kibutzim, donde muchos hogares fueron saqueados, destruidos y quemados, así como en el festival de música electrónica Supernova que estaba por comenzar (en el momento al parecer se albergaba otro festival, el “psytrance” llamado Unity) transformándose así  este  festival en un área de cacería humana para Hamas. También hay videos donde se ve como asesinaban a las personas en las calles, adentro de sus autos o en paraderos y hacían estallar un vehículo con civiles haciendo uso de un lanza cohetes. Los terroristas de Hamas (algunos disfrazados de soldados israelíes) dispararon y lanzaron granadas a jóvenes israelíes que se escondieron en los refugios anti bombardeos en las carreteras, lo cual quedó documentado en un video donde están los jóvenes parapetados en shock y uno sin su pierna en el suelo.

Refugios israelíes

Muchos fuimos testigos de la exhibición del cuerpo de la joven Shani Louk en una camioneta en donde un palestino tenía su pierna puesta encima del cuerpo mientras otro lo escupía (tiempo después fue declarada muerta al encontrarse partes de su cráneo en la Franja de Gaza). También tenemos el caso de Erick Peretz quien fue asesinado junto con su hija Ruth (con parálisis cerebral y distrofia muscular), quienes habían asistido al festival de música. No podemos dejar otro caso como el de Moshe Ridler, sobreviviente del Holocausto y quien a sus 91 años fue asesinado junto con un moldavo que lo cuidaba, Petro Busko, en el kibutz Holit (donde era visto como “el abuelo”). Incluso los asesinos subieron en las cuentas de Facebook los cadáveres de los israelíes asesinados. Este fue el caso de Bracha Levinson (de 74 años). Su nieta Hagar Shimoni, que se encontraban en ese momento en Japón, supo de su muerte debido a que los terroristas habían subido un video del cadáver su abuela en la cuenta de Facebook (de Bracha).

Moshe Ridler y Shani Louk

Estos son solo algunos ejemplos de lo acontecido y en realidad no hay palabras que puedan transmitir el nivel de sadismo, ensañamiento y violencia con el que actuaron los terroristas. Los actos cometidos fueron tan aberrantes que algunos llegaron a cuestionarlos, a catalogarlos de inventos o meras exageraciones. De hecho las Fuerzas de Defensa Israelí liberó un videos para la prensa y también los miembros del Kneset para mostrar parte de las atrocidades cometidas por Hamas.

Continuando con los acontecimientos, tenemos que  Israel llevó a cabo una contraofensiva (legítima defensa) y, a partir de ese momento, hemos sido testigos de un múltiples manifestaciones en distintos países. Estas voces críticas se mantuvieron en silencio cuando ocurrió el ataque de Hamas. Incluso se ponía en duda los crudos relatos y la evidencia (mucha de la cual provenía de las cámaras de los asesinos) y del calibre de la masacre. Todo cambió en el momento en que Israel comenzó a ejercer su derecho a su legítima defensa. Las manifestaciones comenzaron a mostrar otra cara: la del antisemitismo, basado en viejos prejuicios y estereotipos.

Israel debe luchar contra un enemigo que no viste de uniforme, que vive bajo tierra (bajo la población civil) en donde ha invertido miles de millones en la construcción de túneles (el “Metro de Gaza”) y que lanzan constantemente miles de cohetes que en su mayoría son interceptados por el “domo” israelí (de hecho estos ataques contra Israel casi no son noticias).

https://www.vox.com/2014/7/17/5912189/yes-gaza-militants-hide-rockets-in-schools-but-israel-doesnt-have-to

Para Hamas la población civil que vive en la superficie es irrelevante y es por ello que lanzan sus ataques (morteros, cohetes) desde hospitales y mezquitas, sin importar el dejar expuesta a la población civil a una represalia israelí.  Cuando se habla de “escudos humanos” nos referimos a como la define la Corte Penal Internacional. Aquí podemos leer que dentro de esta categoría se encuentra a quienes usan población con la intención de proteger un objetivo militar de un ataque o proteger, favorecer o entrabar operaciones militares” y que “la conducta haya tenido lugar en el contexto de un conflicto armado internacional y haya estado relacionada con él”. ¿Cuál es la lógica de los escudos humanos o poner a la propia población civil como primera línea en el campo de batalla? Una respuesta podría ser esta:  para ganar esa otra guerra paralela, la de la imagen, que se proyecta al mundo. Si el enemigo contraataca matará a civiles inocentes por lo que su imagen quedará negativamente manchada por ello.

El intelectual estadounidense, Sam Harris, añade otro punto y es que grupos como Hamas (o el Estado Islámico) saben que sus enemigos tienen un código moral más civilizado que los hará reacios (en la medida de lo posible) a responder, por temor a matar o mutilar a inocentes no combatientes. Por ejemplo, recordemos que en el año 2010 dos soldados israelíes fueron degradados por utilizar a un niño palestino como escudo humano (específicamente) para que abriera un paquete sospechoso (para algunos no fue suficiente, pero al menos fue sancionada la acción). Es aquí donde llegamos a una paradoja. El ejército israelí nunca utilizaría su propia población civil como escudos humanos, no solo por un tema de inmoralidad y cobardía, sino que sería algo absurdo puesto que saben que para Hamás la vida de los israelíes en su conjunto le es irrelevante. Como comenta Harris en su podcast:

“Imaginemos a los israelíes utilizando a sus propias mujeres y niños como escudos humanos contra Hamás. Hay que reconocer lo impensable que sería esto, no sólo para los israelíes tratar a sus propios civiles de esta manera, sino también para ellos esperar que sus enemigos pudieran ser disuadidos por tal táctica, dado quiénes son realmente sus enemigos”.

Regresando a los terribles hechos de octubre tenemos que, a medida que Israel continuaba con su contraataque y pasaban los días, ya poco se hablaba de los miles de judíos masacrados y de los secuestrados, puesto que el centro se desplazó a la Franja de Gaza. En redes sociales he visto personas ya no defendiendo al “pueblo palestino” sino que defendiendo directamente a Hamas y deshumanizando y demonizando la figura de los judíos con los ya clásicos estereotipos asociados a ellos.

En algunas manifestaciones se podían ver personas llevando como un símbolo de “resistencia” los parapentes utilizados por Hamas para introducirse en Israel y llevar a cabo su masacre. En Francia se profanaron tumbas de soldados judíos que participaron en la Primera Guerra Mundial en Moulin-sous-Touvent. Han habido declaraciones que  pretenden poner en el mismo nivel a Hamas y a Israel, como es el caso de Erdogan en Turquía en donde presenta a Hamas como un partido político electo democráticamente y a Israel como un Estado terrorista

Cuenta de Black Lives Matters

De esta manera, si Hamas es una organización islamista terrorista, entonces  Israel debe situarse en ese mismo plano, es decir, debe caer bajo esa misma categoría. Pero si Israel realmente fuese el equivalente a Hamás y operara bajo esa mentalidad fanática y criminal, entonces los palestinos hubiesen sido asesinados y habrían desaparecido de aquella zona hace mucho tiempo, y no habría  siquiera rastro de Gaza y de Cisjordania.

En los campus universitarios y en protestas masivas en espacios públicos, hemos presenciado un profundo rechazo, no únicamente hacia el Estado de Israel, sus aliados, su ejército, sus políticos o incluso sus ciudadanos, sino que también hacia los judíos en general, sin importar si residen o no en el Estado de Israel. Hemos vistos actos de hostigamiento en las universidades hacia estudiantes judíos, personas sacando de los postes y paredes las imágenes de los israelíes secuestrados por Hamas y, más sorprendente aun, miles de personas reivindicando y apoyando el pogromo perpetrado por este grupo terrorista.

Otros se escudan apelando al sionismo, es decir, “no tenemos problemas con los judíos, sino que con los sionistas”.  Ahora bien, habrá que preguntarse que entienden estas personas por “sionismo” y si acaso puede esta palabra disociarse tan fácilmente (como creen) del “ser judío”. La respuesta es que, para estos críticos, el sionismo (palabra con una fuerte carga negativa) no sería más que un movimiento colonialista “blanco”, imperialista y racista que arrebató a los palestinos su territorio dando origen si a la “nakba”. Se nos dice que “antisemitismo” es racismo pero el “antisionismo” es una suerte de postura de resistencia anticolonialista (dentro de la cual se insertaría Hamas) . El punto es que esta es una división artificial, puesto que no se puede simplemente separar un concepto del otro, más aún para el caso de quienes habitan en el Estado de Israel (y que defienden la existencia de su Estado).

El fin último del anti sionismo es poner fin a su máxima creación: el Estado de Israel. En virtud de lo anterior, cualquiera que apoye la existencia de este Estado será catalogado de sionista o “pro-sionista” como si se tratara de una ofensa (como si ser sionista fuese algo digno de vergüenza). Mi opinión es que no se puede simplemente disociar el ser judío y el ser sionista y, por lo demás, no concuerdo con la representación que se hace del sionismo. Ahora bien, esto no significa que existan judíos antisionistas, algunos incluso académicos mediáticos como Noam Chomsky, Norman Finkelstein y Judith Butler (podemos incluir también al grupo Neturei Karta).

https://www.latimes.com/opinion/story/2023-10-29/antisemitism-college-campus-israel-hamas-palestine

En los campus universitarios, los  mismos expertos en detectar “microagresiones”, minimizan e invisibilizan la masacre realizada por Hamas y buscan una serie de subterfugios para justificarlos y dar una imagen de Hamas que se adecúe a su relato. También hemos presenciado la cínica intervención de personalidades políticas como Putin (y su vocero Lavrov) y el ya mencionado Erdogan. El primero critica la política israelí de atacar la Franja de Gaza, mientras Rusia masacra a la población ucraniana y bombardea Siria desde hace años. Erdogan, quien ha realizado bombardeos en el norte de Siria, califica a Hamas como un “movimiento de liberación”, mientras reprime a los kurdos y no reconoce la existencia del genocidio armenios por parte de Turquía.

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