En pocas palabras: ¿Por qué votar por el “Rechazo”? (por Jan Doxrud)

En este breve escrito resumiré algunos de los argumentos a favor del rechazo y en contra del apruebo y, por qué razón estoy a favor del rechazo. Recordar que el rechazo es a una “nueva Constitución”, de manera que no se cierra a la posibilidad de realizarle reformas. Ya he escrito varios artículos sobre el tema constitucional, de manera que aquí solamente iré al grano, por lo que sacrificaré ciertos detalles. Para más información, el lector podrá consultar mis artículos al respecto.(Dejaré los links al final de este artículo)

I) Qué dicen los del “Apruebo” ¿Por qué Chile debe tener una “nueva” Constitución?

A-Es ilegítima (ilegitimidad de origen) porque fue elaborada en dictadura.

B-Es necesario restringir atribuciones del Tribunal Constitucional.

C-Es necesario reformar los altos quórums de las Leyes Orgánicas Constitucionales (4/7) y quórums de reforma Constitucional del Cap.XV, dependiendo de los capítulos. (3/5 y 2/3)

D-Hay que promover la descentralización administrativa.

E-Hay que garantizar derechos sociales.

F-Hay que promover un Estado de Bienestar y no uno Subsidiario.

G-Hay que cambiar la forma de gobierno presidencial puesto que es incompatible con el sistema proporcional y multipartidista actual. Los presidentes tienen dificultades de implementar sus programas de gobierno.

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*Cabe señalar que el argumento que más se repite es el de la ilegitimidad. Los demás son unos más técnicos que son manejados por especialistas y no por el público en general

**Ninguno de los puntos anteriormente mencionados requieren redactar una nueva Constitución, de manera que sólo se requiere de reformas.

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El presente artículo se divide en 3 y el lector podar comenzar por la que le interese más.:

1) La Constitución no es ilegítima.

2) No es un tema prioritario.

3) Resguardarse de los reduccionismos y el “populismo constitucionalista”

¿Por qué votar rechazo? 

1) La Constitución ¿es ilegítima?

La Constitución se legitimó mediante numerosas reformas (la Constitución que más reformas ha tenido) bajo diversos gobiernos a partir de 1989. Se han realizado 257 modificaciones por medio de 52 leyes y se han modificado cerca de 200 artículos. Por ende, esta NO es la “Constitución de Pinochet”.

La supuesta ilegitimidad no puede reducirse a la génesis o a su origen. Pueden haber Constituciones ilegítimas pero que pueden legitimarse en el proceso (mediante reformas). También pueden haber Constituciones legitimas, pero que pueden perder legitimidad con el paso de los años. Por ejemplo, la Constitución conservadora de 1833 fue objeto de numerosas reformas cuando entró en contradicción con la realidad social. Fue mediante reformas el cómo se fueron removiendo los “enclaves conservadores”. Pero el hecho de que una Constitución comience a tener tensiones con la realidad social, no constituye un argumento suficiente como para concluir que hay que confeccionar una nueva. Existen otros textos constitucionales cuyo “origen” no fueron democráticos y eso no ha constituido un obstáculo para que esos países prosperen.

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Carlos Carmona Santander. Las reformas a la Constitución (entre 1989 y 2013)

Carlos Carmona Santander. Las reformas a la Constitución (entre 1989 y 2013)

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Tengamos en consideración que algunas Constituciones de países europeos exitosos datan del siglo XIX (la de Noruega data de 1814). Sumado a esto, Japón y Alemania (Ley Fundamental)  tienen textos constitucionales elaborados bajo ocupación extranjera tras finalizar la Segunda Guerra Mundial en 1945. La Constitución de EE.UU fue confeccionada por hombres, blancos y esclavistas. Pero en EE.UU el tema constitucional “no es tema” (al igual que en Alemania o Japón), a pesar de la ilegitimidad de origen que podríamos advertir en esa Constitución. En Latinoamérica tenemos los casos de Bolivia o Venezuela que, a pesar de dotarse de un nuevo texto constitucional, son países que están por debajo de Chile en materia de pobreza y de desarrollo humano.

El relato que se viene repitiendo de que el “neoliberalismo” (término fantasmagórico utilizado preferentemente por la izquierda) habría fracasado en Chile no tiene correlato empírico. Pero, en nuestro país lamentablemente se ha invertido la frase: “El dato mata al relato”. Por lo demás, los problemas económicos no tienen soluciones constitucionales.

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Otro tema importante es que una Constitución elaborada, por ejemplo, por una Asamblea Constituyente, no será un texto elaborado por el “pueblo”, como se pretende vender. Eso no resulta más que una ficción de la mente y no se condice con la realidad. No se engañe, ya se trate de una Convención mixta o Asamblea Constituyente, en ninguna de estas participará el “pueblo” sino que personas con conexiones, recursos, tiempo y con apoyo de los partidos. La Constitución será elaborada igualmente por la élite política que es el verdadero problema de este país. Parte de esa élite es posee una cosmovisión ideológica que ha destruido países como lo es el foro de Sao Paulo cuyas recetas no son más que el viejo socialismo reciclado bajo nuevos términos.

Por lo demás, la “legitimidad democrática” (que no es la única fuente de legitimidad) no es suficiente, puesto que el método democrático se basa en la regla de la mayoría. Así, los resultados, producto del ejercicio democrático sólo reflejan las preferencias de una mayoría, es decir 50% + 1. Lo que esto nos dice es que una “mayoría” quiere algo pero no nos dice si ese algo es lo más conveniente (una falacia básica). Así, para ese otro porcentaje, la Constitución continuaría siendo ilegítima. Por ende, esa Constitución no vendría a ser una suerte de encarnación de la “voluntad del pueblo” sino que, más bien, reflejaría las preferencias de un sector de la ciudadanía.

Cabe aclarar que cuando hablo de legitimidad, no no lo estoy homologando con legalidad, puesto que lo legal no necesariamente es sinónimo de justicia. Al reducir legitimidad a legalidad estaríamos diciendo lo siguiente: Legitimidad jurídica = legalidad = obediencia a la ley. De esto tenemos que Estado de Derecho = Legitimidad Legal, de manera que la Unión Soviética y la Alemania nazi sería Estados de Derecho (como defienden algunos filósofos como Kelsen o Raz). La legitimidad tiene que ser también política donde aquí entra el respaldo mayoritario de la población, pero también otros requisitos: que respete los Derechos Humanos y las normas del Derecho Internacional. Esto último ha sido pasado a llevar por ejemplo, por Evo Morales quien se presentó de manera inconstitucional a una elección presidencia y, no bastando esto, las elecciones fueron intervenidas para que saliese vencedor. No me referiré al caso venezolano porque pienso que las personas ya sabrán de sobra la descomposición política, económica y social de ese país (recordar que gran parte de la izquierda extrema de nuestro país son cercanos a Morales y el chavismo. Muchos son miembros del Foro de Sao Paulo y ahora el reciclado Grupo de Puebla, que no es más que socialismo).

En suma, las personas tendrán derecho a afirmar que esta Constitución es ilegítima, pero esa es “su” opinión, la cual se opone a la opinión de otros que sí la consideran legítima y no pueden forzarlos a creer lo contrario.

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2-No es necesario ni prioritario:

-En el contexto de una pandemia, los recursos escasos con usos alternativos (y que compiten entre sí) deben asignarse a lo que es prioritario. La Constitución no fue una prioridad antes de la pandemia y, menos aún, los es ahora con la pandemia (el Servel estimó en 30 mil millones de pesos el plebiscito que se iba a realizar en abril).

-Los políticos han demostrado nuevamente no estar a la altura de las circunstancias al empecinarse en realizar un plebiscito. Pareciera que no han llegado a calibrar el daño que el país a recibido, en primer lugar, con el estallido de violencia de octubre d e2019 y, en segundo lugar, con la pandemia.

-El tema constitucional, si bien cada cierto tiempo cobró cierto protagonismo en el pasado, este no logró consolidarse como un tema medular dentro de la sociedad chilena.

-Si el lector recuerda, bajo el segundo gobierno de Michelle Bachelet el proceso constituyente y la formación de cabildos por medio de los cuales la población participaría, resultó ser no solamente un desperdicio de recursos, sino que fue un fracaso. En suma, la idea de una nueva Constitución no prosperó y no logró arraigar en la población.

-Tenemos también que el tema constitucional no figuraba en las encuestas o figuraba muy por debajo de otras necesidades como se puede ver en las imágenes más abajo.

-Las preocupaciones que las personas mostraban en las encuestas no pueden ser solucionados por medio de un cambio constitucional.

-Un cambio constitucional no va a aumentar los salarios ni disminuirá la corrupción o la delincuencia. Las necesidades y principales problemas que aquejan a las personas pasan por reformas que no requieren una nueva Constitución.

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-Un cambio constitucional puede cambiar el sistema de pensiones (estatizarlo o establecer uno tripartito), “pero” NO mejorará el monto de estas, porque no tiene una causa “constitucional”.

-Un cambio constitucional podrá cambiar el sistema de salud (por ejemplo, estatizarlo) pero NO necesariamente mejorará su calidad y eficiencia, como lo demuestra el actual sistema público

-Por lo anterior es importante NO formar falsas expectativas en la población, vale decir, no le pidamos a la Constitución algo que no puede hacer. Esto podría generar mucha frustración.

-Si no le convencen las encuestas, entonces tenemos que  en la última elección presidencial triunfó el candidato que NO ofrecía una nueva Constitución, es decir, Sebastián Piñera. En cambio el candidato perdedor, Alejandro Guillier, sí ofrecía esto.

-En virtud de lo anterior cabe objetar el acuerdo por una Nueva Constitución de noviembre de 2019. La razón de esto es que no existía ningún nexo causal entre los hechos de violencia ocurridos (quema de metro, saqueos de supermercados, destrucción de bienes públicos) y una nueva Constitución. Por ende, esto fue una jugada política en donde la oposición logró introducir el programa de gobierno del candidato perdedor en las presidenciales: Alejandro Guillier. Aquí fue el miedo y la incertidumbre los que se tomaron el protagonismo.

Sumado a esto la violencia y la destrucción no se redujo con tal acuerdo y continúa hasta la fecha (y aún debemos ver como evolucionará cuando la pandemia comience a retroceder) En suma: se inventó que lo que sucedía en Chile en aquellos días tenía una causa o raíz “Constitucional”. Así, fue la élite política la que impuso el tema constitucional aprovechándose de una situación particular que vivía el país. Así, los distintos sucesos que acontecieron en octubre-noviembre habrían tenido algún misterioso vínculo con la Constitución: los numerosos estallidos de violencia tenía una raíz constitucional.

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3-Reduccionismo

Evitar caer en la falacia de pensar que todos los problemas sociales tienen soluciones constitucionales. Hay problemas reales que afectan a las personas, pero tales problemas pasan por soluciones de índole económica, como es el caso de los bajos salarios (o pensiones) o el crecimiento económico. La Constitución no resuelve temas como aumento de salarios y pensiones, delincuencia, o mejora del sistema de salud (y tampoco tiene como objetivo hacerlo: para eso está la política ordinaria y las leyes). El papel aguanta muchas ideas, pero la realidad siempre termina por imponerse.

Las personas quieren resolver problemas concretos que los afectan en su vida diaria y no están preocupadas por las competencias del Tribunal Constitucional (que ha sido funcional y útil para distintos partidos políticos), ni por los quórums o si Chile necesita o no un sistema semipresidencial. Esto ahora resulta ser aún más patente con la pandemia: ahora muchos chilenos andan buscan algo aún más básico: trabajo.

El socialismo del Siglo XXI terminó por destruir Venezuela y la Constitución se transformado en un mero adorno que no tiene relevancia alguna puesto que no se cumplen ni garantizan los derechos más básicos.

El socialismo del Siglo XXI terminó por destruir Venezuela y la Constitución se transformado en un mero adorno que no tiene relevancia alguna puesto que no se cumplen ni garantizan los derechos más básicos.

Usted podrá escribir una larga lista de derechos sociales en la Constitución, pero tales derechos no se harán realidad si no están respaldado con un modelo económico eficiente. La Constitución venezolana es un paraíso de derechos sociales, pero ninguno se garantiza, todo lo contrario, las personas no tienen acceso a bienes y servicios básicos: el papel aguanta cualquier idea, pero es la realidad la que dispone.

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En Chile no está establecido formalmente un Estado subsidiario en la Constitución (no existe esa palabra en el texto). Pero aquí se enfrentan 2 visiones sobre el rol del Estado: aquellos que creen que más Estado es sinónimo de eficiencia (falso) frente a otros que más que un estado grande (o pequeño) quiere un Estado “eficiente”. El célebre “Estado de Bienestar” tiene que ser financiado, de manera que se requiere de un modelo económico eficiente. Los países en Europa no son ricos por tener un Estado de Bienestar, sino que por ser ricos pueden darse el lujo de tenerlos. Tales países se encuentran en los primeros lugares de libertad económica pero, paradójicamente, el Frente Amplio y el Partido Comunista, critican ese enemigo imaginario denominado neoliberalismo y, peor aún, han demostrado públicamente su afinidad con modelos nefastos como el de Argentina y el de Venezuela.

La extrema izquierda  en Chile (Frente Amplio y Partido Comunista) sólo utiliza a los países OCDE cuando el objetivo es subir impuestos, pero no cuando se trata de liberalizar los mercados, fomentar la competitividad y la innovación. Quieren crecer como Alemania y tener un Estado de Bienestar Noruego, pero con un modelo estatista obsoleto (es cosa de lee los programas de estas agrupaciones para identificar sus referentes ideológicos).

Los derechos sociales no son gratis, ya que tienen que ser financiados.Tal financiamiento solamente es posible por medio de impuestos y tales impuestos provienen del sector privado (individuos, familias, empresas). Por ende cuando usted reclama derechos al Estado, está solicitando que otras personas se lo financien.

No es conveniente “hiperconstitucionalizar” todo, puesto que se deja de lado la “política ordinaria”. En otras palabras si constitucionalizamos todo, entonces cerremos el Congreso y dejemos funcionando solamente al Tribunal Constitucional. Algunos personeros políticos hablan de que la Constitución no permite “hacer política”, pero constitucionalizar los derechos neutraliza también la política ordinaria.

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En suma: 

1-Reformas a la Constitución sí, pero NO una nueva Constitución. Los cambios propuestos por el apruebo pueden realizarse sin necesidad de confeccionar una nueva Constitución.

2-La única razón para querer una nueva Constitución es esgrimiendo el tema de la ilegitimidad de origen, puesto que los demás problemas que esgrimen los del apruebo no requieren de una nueva Constitución para ser solucionados. Sumado a esto, tenemos que el argumento de la “ilegitimidad de origen” es defectuoso, pero las personas están en su derecho a percibirla como ilegítima pero NO obligar a otros a percibirla igualmente así.

3-La Constitución tienen como objetivo primordial

a) Establecer la estructura política administrativa y territorial del Estado.

b) Establecer el funcionamiento de los órganos de poder del Estado y sus atribuciones.

c) Establecer las relaciones entre los órganos del Estado.

d) Establecer  los derechos y garantías de las personas.

4-La Constitución es importante, sin duda alguna, pero no se le puede pedir cosas que no puede (ni debe) hacer.

5-Chile necesita ajustes si, ¿qué país no lo necesita? Pero no hay que caer preso de aquel relato que carece de un correlato empírico y que nos presenta un país en decadencia, puesto que no es así. Con todos sus defectos, Chile es un país que ha sobresalido a nivel latinoamericano en distintos ámbitos, como en educación, reducción de la pobreza, crecimiento y desarrollo humano. Por ende hay que cuidar y mejorar lo que ya se tiene y no tirarlo por aborda y, menos aún, sustituyéndolos por modelos fracasados que son los que admiran y quieren probar en nuestro país los miembros del Frente Amplio y el Partido Comunista.

6-La opción rechazo es tanto contra una nueva Constitución así como también a la forma en cómo, forzadamente, una parte de la élite política impuso el tema del plebiscito valiéndose del clima de violencia que reinaba en el país en esos días.


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(II) ¿Qué es el Estado de Derecho? (por Jan Doxrud)

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